El reclamo nacional porque se termine el
baño de sangreal que Felipe Calderón ha llevado a un país horrorizado cada vez más por la muerte de múltiples inocentes, está siendo respondido por el gobierno de la derecha con una absoluta intransigencia y la advertencia de que tiene prisa.
1. En el acto propagandístico Diálogos por la Seguridad, que organizó  el gobierno de facto en el Campo Marte el miércoles 12, durante el cual  tuvo que reconocer que como consecuencias de su supuesta “guerra contra  el narco” hubo 15 mil 273 muertos en 2010, con un nerviosismo  ya desenfrenado Felipe Calderón aseveró que tiene prisa
 en esta  que presentó como su lucha personal, dando a entender que las políticas  irracionales de violencia que ha auspiciado van a intensificarse en los  próximos meses.
2. El mensaje es amenazador sobre todo porque se da en un contexto en el que el repudio a las políticas gubernamentales es generalizado y no evidencia más que la mafia en el poder quiere seguir anteponiendo sus intereses espurios a los derechos de los mexicanos. La prisa de Calderón no es nada más el temor fundado al hecho de que los panistas van a perder el poder en 2012 y no podrán seguir con sus políticas bárbaras, sino a que sus intereses privados fundamentales van a estar en riesgo. De ahí la prisa por desmantelar a la nación, aniquilar al Estado y despojar al pueblo de sus derechos sociales fundamentales.
3. La campaña ¡Basta de sangre!
, iniciativa del dibujante  Eduardo del Río (Rius) y del periodista Julio Scherer García,  anunciada el domingo 9 de enero, que han respaldado en diversos medios  varios dibujantes –entre ellos Rogelio Naranjo, Antonio Helguera, José  Hernández y Rafael Barajas, El Fisgón–, así como múltiples  intelectuales, y a la que aludía La Jornada en su editorial del  lunes 10, es un llamado a la civilidad y la legalidad para terminar con  la barbarie que está colmando al país, pues como ahí se decía la  actual administración ya no está en condiciones en los dos años que le  restan, de conseguir algo semejante a logros reales en materia de  imposición del estado de derecho, como no sean acciones puramente  mediáticas
.
4. La campaña es una convocatoria a la racionalidad, y sin embargo  recibió en un primer momento una serie de críticas que evidencian la  reticencia de la derecha mexicana a aceptar que el país requiere detener  estas políticas desquiciadas. La pretendida guerra de Calderón
  contra el narco no fue nunca desde la perspectiva nacional más  que un ardid de los panistas para legitimar su gobierno espurio y darle  una pretendida autoridad a quien buscaba encabezarlo, no obstante que  estaba siendo impulsada desde Washington para acelerar la descomposición  de las instituciones mexicanas y tener una mayor injerencia en nuestro  país a fin de controlar espacios estratégicos. Como en esta columna se  ha señalado desde hace varios años, la ruptura a la legalidad en la que  se sustentaba no podía conducir más que a la barbarie, pero ello no  obsta para que se sigan argumentando todo género de falacias para tratar  de seguir sobre la misma vía.
5. Una primera mentira consiste en sostener que los miles de muertos  se deben atribuir a los cárteles y que son narcocrímenes, lo  que es falso por completo. No, no son las bandas delictivas
 las  que está literalmente matándose
, como dijo Calderón en este acto,  a menos que esté reconociendo que su gobierno es una banda delictiva
  y que tiene intereses en el narco. Los miles de muertos que se  han producido en cada uno de los cuatro años de su desastroso gobierno  no pueden atribuirse a los narcotraficantes pues son obra también tanto  de las fuerzas militares y policiales como de los grupos paramilitares  formados precisamente para perpetrar matanzas por el mismo gobierno, que  quiere ahora culpar a los otros de sus propios crímenes. Las fuerzas  oficiales han disparado contra los civiles por impericia y por error  pero también con un totalitario afán aleccionador o por brutalidad  gratuita e irracional, como se ve en múltiples denuncias presentadas  ante la CNDH y organismos internacionales, sin descartar los casos en  que lo han hecho con premeditación.
6. El caso de los migrantes centroamericanos es en particular  grave pues el gobierno de Felipe Calderón auspició una política muy  clara de terror y amedrentamiento en contra de ellos, buscando  disuadirlos de ingresar al territorio nacional al alentar su extorsión  por funcionarios de migración y su eliminación con los grupos  paramilitares, que según se ha señalado creó el gobierno actual en  absoluto desprecio del principio establecido en el artículo primero  constitucional que establece que en los Estados Unidos Mexicanos todo  individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución
.
7. La aseveración de que poner un alto al irracional baño de sangre  significaría rendir la plaza
, como pretenden algunos, es no sólo  perversa sino absurda. Luego de más de cuatro años de la supuesta guerra
  calderonista, los narcos mexicanos tienen su poder  acrecentado, disponen de mayor capacidad armada, controlan más extensos  territorios, como más poder en el aparato burocrático y financiero del  régimen. La violencia del gobierno panista no sólo engendró más  violencia sino que convirtió a los cárteles de organizaciones  comerciales en organizaciones armadas y políticas más exitosas. Un  gobierno cuya principal fuerza es la violencia armada es un gobierno sin  futuro.
8. No extraña, por lo mismo, que en los actos del Campo Marte hayan  estado siempre presentes para el simulado diálogo
 los  representantes de las ONG de lujo uncidas al gobierno panista: la  sociedad civil blanquiazul, que ni es civil ni es ciudadana,  pues está financiada por el Estado ya que desde los años de Fox las ONG  son como los partidos entidades de interés público
 y reciben un  macrofinanciamiento público. La señora Wallace goza en la capital de  todas las prerrogativas y actúa como agente policial, mientras que a  Marisela Escobedo, que buscaba la detención del asesino de su hija, se  le dejó morir acribillada el 16 de diciembre a las puertas del palacio  de gobierno de Chihuahua.
9. La extrema derecha ha estado sufriendo severos reveses en distintas partes al revertírsele sus políticas como resultado de las nuevas formas de organización y de respuesta de la sociedad ante la corrupción del poder político. En Estados Unidos, la matanza de Tucson del 9 de enero dejó seis muertos y gravemente herida a la congresista demócrata Gabrielle Giffords, pero se revirtió contra el Partido Republicano y el Tea Party que durante meses alentaron la violencia contra los políticos reformistas y los migrantes con la pretensión de crispar la política de su país, pues abrieron un nuevo debate sobre las armas, los derechos de los indocumentados y la tolerancia. Y en México, las iniciativas de creciente violencia de Felipe Calderón, que él mismo bautizó en 2007 como “guerra contra el narco”, le han generado un repudio absoluto al PAN y al Yunque y han instaurado una más intensa discusión sobre la urgencia de terminar con el delirio calderonista.
10. El equipo de Felipe Calderón tendrá que responder algún día tanto política como judicialmente por sus políticas criminales, pero ahora al menos, en medio de la tragedia que vive México por la ambición y la estulticia de unos cuantos ultraderechistas, queda un saldo positivo por el hecho de que la sociedad civil ha encontrado nuevas formas de organización y de resistencia, de las cuales los múltiples casos de heroísmo civil quedan como ejemplo de la dignidad de un pueblo.

 
 

 
 







 
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