lunes, octubre 15, 2007

Autoridades de Hidalgo impiden protesta contra basurero de tóxicos

Casi mil policías cerraron accesos a la cabecera municipal

Matilde Pérez U.

Cerca de mil elementos policiacos de Zimapán, Hidalgo, y del estado obstruyeron los accesos a la cabecera municipal, tras el anuncio de una protesta que iban a llevar a cabo los pobladores hasta el paraje Botiñá, ejido Cuauhtémoc, donde la empresa española Befesa construye un confinamiento de residuos tóxicos y altamente peligrosos.

Ante el despliegue policiaco y las advertencias de autoridades “de aplicar órdenes de aprehensión”, hechas en medios de información locales, los pobladores acordaron suspender su protesta y lamentaron que en lugar de atender las razones ciudadanas y de proteger los derechos de la gente a agua limpia, vida digna y sana, e impedir la contaminación de los mantos freáticos, las autoridades repriman y enardezcan a la población.

José María Lozano, presidente de la asociación civil Unidos por Zimapán, comentó que el sábado y ayer los uniformados detuvieron a automovilistas bajo el pretexto de revisiones. En el transcurso del día, apuntó, algunos elementos se retiraron, pero mantuvieron la vigilancia en la entrada al municipio y en los parajes conocidos como Los Remedios y Sierra de San Pedro. Inclusive, la noche del sábado y en las primeras horas del domingo los pobladores no tuvieron servicio telefónico y corrió el rumor de que en los próximos días tampoco habrá electricidad.

La construcción de dicho confinamiento fue autorizada por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y por los gobiernos del estado y municipal en 2004. Ese año Befesa –que en España ha sido acusada de contaminar el río Tinto– firmó con el ejido el contrato de renta de 133 hectáreas por 10 mil pesos mensuales. Los habitantes, agregó Lozano, “estábamos contentos, porque nos habían dicho que sería una planta recicladora de basura y que se iban a crear al menos mil 500 empleos, pero al comienzo de este año descubrimos que aquí se depositarán residuos altamente tóxicos”.

A partir de entonces, abundó, la población empezó a preocuparse y a exigir a la Semarnat, al gobierno del estado y al presidente municipal, Eusebio Aguilar, que suspendieran el permiso, ya que el confinamiento está a siete kilómetros de la cabecera municipal, a un kilómetro del nacimiento de las aguas termales de Xajá, a 16 kilómetros de la presa hidroeléctrica de Zimapán y a unos cinco kilómetros de la presa El Infiernillo. Además, el terreno no es apto, ya que está sobre la falla geológica conocida como la Cabalgadura del Diablo. “Esto lo han confirmado especialistas y hemos presentado la documentación a la Semarnat, pero su respuesta ha sido que para construir una casa se requiere primero tener un baño.”

Un mes antes de que se aprobara el permiso para lo que inicialmente iba a ser, según las autoridades, un confinamiento de basura, la Semarnat modificó la NOM 055, la cual establecía que éstos debían estar a 25 kilómetros de poblaciones mayores a 10 mil habitantes, pero redujo la distancia a cinco kilómetros.

“No es posible que las autoridades pongan en riesgo a la población, en este caso a 48 comunidades ñañús de Hidalgo y Querétaro, y a la gente que habita en la cabecera municipal, ya que el gobernador del estado, Francisco Garrido, anunció que se hará un acueducto para que de El Infiernillo se lleve agua a varias poblaciones.”

Así como reprimen a los ciudadanos que protestan por los basureros tóxicos, así reprimen por las protestas contra los prianistas que son auténticos basureros tóxicos para los mexicanos.

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