Calderón y los concesionarios
"El pelele" pidiendole a su 1/2 neurona que le ayude.
jenaro villamil
México, D.F., 9 de octubre (apro).- Horas antes de que el Senado de la República aprobara el 13 de septiembre la reforma constitucional en materia electoral, una comisión de la CIRT, el organismo cúpula de los empresarios de la radio y la televisión comerciales, acudieron al hangar presidencial.Fueron a solicitarle al presidente Felipe Calderón, recién llegado de su gira por la India, que frenara o vetara las polémicas reformas que tanta animadversión generaron entre los concesionarios. Dos días antes protagonizaron un fallido talk show en las comisiones del Senado.“Esta no es la forma de abordar al presidente”, les habría respondido Calderón. Argumentó que estas reformas estaban siendo analizadas en el Congreso, y que él era respetuoso de la división de poderes.A cambio, Calderón Hinojosa les ofreció sostener un encuentro para analizar los alcances, no sólo de esa reforma sino de los cambios a las leyes federales de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones, cuya redacción se negocia ahora en las comisiones del Senado.Este encuentro se concretará finalmente este miércoles 10 de octubre, en el marco de la 49 semana de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión.La fecha coincide, además, con el fatídico decretazo de 2002, cuando una gestión privada entre Marta Sahagún y Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa y entonces presidente de la CIRT, echó por la borda las negociaciones que durante año y medio se realizaron en la Secretaría de Gobernación para reformar precisamente la ley del sector.El decretazo marcó la “luna de miel” que durante la segunda mitad del sexenio caracterizó las relaciones entre el gobierno de Vicente Fox y los dueños del dinero que se invierte en los medios masivos de comunicación.Difícilmente Calderón realizará algún anuncio sorpresivo.Sin embargo, la agenda del sector está cargada de puntos conflictivos. Algunos de estos temas son el inocultable pleito entre la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por la regulación del sector.También está el tema de la contraprestación de Teléfonos de México (Telmex) para que cambie su título de concesión y pueda competir con Televisa en la televisión de paga; la posición del gobierno sobre la tercera cadena de televisión; las perspectivas frente a la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión, que se negocia en el Senado.Así mismo, la situación de los medios públicos –con un inminente cambio en Canal Once ante la salida de Julio Di Bella--, y la transición del estatuto de la radio analógica a la digital, entre muchos otros asuntos.Las señales del gobierno de Calderón apuntan a mantener el statu quo del sector. Su secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, insistió el lunes pasado en los mismos mensajes que pronunció a finales de 2006:“Nunca he reconocido que haya monopolios en la industria de la radio y la televisión. La radio es de las más competidas”, señaló en su discurso ante la CIRT.Una semana antes, Téllez Kuenzler le declaró a la agencia Reuters que no existe ninguna intención de licitar alguna estación o estaciones de televisión, con lo cual volvió a cerrar la posibilidad de licitar la tercera cadena, por la cual ha expresado su abierto interés la empresa Telemundo, subsidiaria de la poderosa multinacional General Electric.La posición de Téllez también representó un posicionamiento político: les recordó a los concesionarios que es con la SCT que él encabeza donde se negocian, se otorgan o se renuevan las concesiones en radio y televisión.Su contrincante Héctor Osuna, presidente de la Cofetel, señaló que Téllez está equivocado, prolongando así el diferendo entre ambos organismos que ha dejado paralizado al sector en asuntos vitales como la propia regulación de la comisión o las reglas del juego en materia de convergencia o triple play.Todavía no se olvida que fue el propio Téllez Kuenzler quien acusó a Cofetel, en una entrevista con The Financial Times, de que los comisionados de este organismo estaban “capturados” por los organismos dominantes del sector –léase Televisa y Telmex--. Téllez nunca se desdijo, pero tampoco aportó elementos que acreditaran su juicio.Si algo debe aclarar Calderón es la posición de su gobierno frente a esta aguda diferencia entre los dos pilares regulatorios del sector.De no hacerlo, no sólo mantendrá el statu quo, sino también la discrecionalidad que les ha permitido a los consorcios que controlan y concentran los medios electrónicos evitar la democratización del sector, una promesa incumplida desde el gobierno del cambio de Vicente Fox.
jenaro villamil
México, D.F., 9 de octubre (apro).- Horas antes de que el Senado de la República aprobara el 13 de septiembre la reforma constitucional en materia electoral, una comisión de la CIRT, el organismo cúpula de los empresarios de la radio y la televisión comerciales, acudieron al hangar presidencial.Fueron a solicitarle al presidente Felipe Calderón, recién llegado de su gira por la India, que frenara o vetara las polémicas reformas que tanta animadversión generaron entre los concesionarios. Dos días antes protagonizaron un fallido talk show en las comisiones del Senado.“Esta no es la forma de abordar al presidente”, les habría respondido Calderón. Argumentó que estas reformas estaban siendo analizadas en el Congreso, y que él era respetuoso de la división de poderes.A cambio, Calderón Hinojosa les ofreció sostener un encuentro para analizar los alcances, no sólo de esa reforma sino de los cambios a las leyes federales de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones, cuya redacción se negocia ahora en las comisiones del Senado.Este encuentro se concretará finalmente este miércoles 10 de octubre, en el marco de la 49 semana de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión.La fecha coincide, además, con el fatídico decretazo de 2002, cuando una gestión privada entre Marta Sahagún y Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa y entonces presidente de la CIRT, echó por la borda las negociaciones que durante año y medio se realizaron en la Secretaría de Gobernación para reformar precisamente la ley del sector.El decretazo marcó la “luna de miel” que durante la segunda mitad del sexenio caracterizó las relaciones entre el gobierno de Vicente Fox y los dueños del dinero que se invierte en los medios masivos de comunicación.Difícilmente Calderón realizará algún anuncio sorpresivo.Sin embargo, la agenda del sector está cargada de puntos conflictivos. Algunos de estos temas son el inocultable pleito entre la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por la regulación del sector.También está el tema de la contraprestación de Teléfonos de México (Telmex) para que cambie su título de concesión y pueda competir con Televisa en la televisión de paga; la posición del gobierno sobre la tercera cadena de televisión; las perspectivas frente a la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión, que se negocia en el Senado.Así mismo, la situación de los medios públicos –con un inminente cambio en Canal Once ante la salida de Julio Di Bella--, y la transición del estatuto de la radio analógica a la digital, entre muchos otros asuntos.Las señales del gobierno de Calderón apuntan a mantener el statu quo del sector. Su secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, insistió el lunes pasado en los mismos mensajes que pronunció a finales de 2006:“Nunca he reconocido que haya monopolios en la industria de la radio y la televisión. La radio es de las más competidas”, señaló en su discurso ante la CIRT.Una semana antes, Téllez Kuenzler le declaró a la agencia Reuters que no existe ninguna intención de licitar alguna estación o estaciones de televisión, con lo cual volvió a cerrar la posibilidad de licitar la tercera cadena, por la cual ha expresado su abierto interés la empresa Telemundo, subsidiaria de la poderosa multinacional General Electric.La posición de Téllez también representó un posicionamiento político: les recordó a los concesionarios que es con la SCT que él encabeza donde se negocian, se otorgan o se renuevan las concesiones en radio y televisión.Su contrincante Héctor Osuna, presidente de la Cofetel, señaló que Téllez está equivocado, prolongando así el diferendo entre ambos organismos que ha dejado paralizado al sector en asuntos vitales como la propia regulación de la comisión o las reglas del juego en materia de convergencia o triple play.Todavía no se olvida que fue el propio Téllez Kuenzler quien acusó a Cofetel, en una entrevista con The Financial Times, de que los comisionados de este organismo estaban “capturados” por los organismos dominantes del sector –léase Televisa y Telmex--. Téllez nunca se desdijo, pero tampoco aportó elementos que acreditaran su juicio.Si algo debe aclarar Calderón es la posición de su gobierno frente a esta aguda diferencia entre los dos pilares regulatorios del sector.De no hacerlo, no sólo mantendrá el statu quo, sino también la discrecionalidad que les ha permitido a los consorcios que controlan y concentran los medios electrónicos evitar la democratización del sector, una promesa incumplida desde el gobierno del cambio de Vicente Fox.
Comentarios: jenarovi@yahoo.com.mx
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