Gral. Badillo Pelea en el Congreso Vs. "Plan México"
Un general del Ejército Mexicano y diputado por el PRI (nadie es perfecto), lucha con denuedo en el Congreso contra el entreguismo de Los Pinos, soslayado por la titular de Relaciones ante diputados. Lean la propuesta del Gral. Badillo, que el PAN congeló.
Gral. Badillo Pelea en el Congreso Vs. "Plan México"
PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO DE URGENTE Y OBVIA RESOLUCIÓN, POR EL QUE SE EXHORTA AL EJECUTIVO FEDERAL A NO PONER EN RIESGO LA SOBERANÍA NACIONAL, AL PERMITIR EL INGRESO DE MILITARES Y ASESORES EXTRANJEROS, A TERRITORIO NACIONAL.
El suscrito, diputado federal del grupo parlamentario del P.R.I., Roberto Badillo Martínez, integrante de la LX Legislatura de la H. Cámara de Diputados, con fundamento en los artículos 58 y 59 del reglamento para el gobierno interior del Congreso General de los Estados unidos mexicanos, someto a la consideración de esta soberanía, la siguiente Proposición con Punto de Acuerdo, de Urgente y Obvia Resolución las siguientes
Consideraciones
Históricamente, patriotismo y entreguismo han convivido y luchado a través de todos los gobiernos mexicanos de cualquier ideología, sean de centro, de derecha o de izquierda, republicanos o monárquicos.
Los patriotas apoyados en nuestra historia, luchan por México y sus causas populares, en todas las reuniones de gabinete, en foros y organizaciones nacionales, continentales y mundiales.
El entreguismo y el patriotismo se enfrentaron abiertamente o por debajo de la mesa, en los últimos cuatro gabinetes ministeriales de los gobiernos de la ya desgastada Revolución Mexicana y en el primer gabinete del cambio (2000-2006), al que ya la historia, a sólo unos meses de su terminación, lo está calificando como el más inepto y despilfarrador que ha tenido México.
El entreguismo y el patriotismo se están enfrentando hoy en la Secretaría de Relaciones Exteriores y en todas las dependencias del Ejecutivo. Hoy los entreguistas se escudan en la globalización, y para conservar el cargo y seguir ascendiendo en la administración pública o en la diplomacia, son capaces de servir, de sonreír y de doblegarse, y decir SÍ, sin tomar en cuenta la historia del país.
Como presidente del jurado calificador de un curso de seguridad nacional en el Colegio de Defensa, observé en el personal de Relaciones Exteriores que hasta en un grupo de 3 cursantes, se manifestaba la lucha de globalizadores-entreguistas y patriotas.
Los globalizadores están para decir "Sí" a todo lo que viene del exterior, sin tomar en cuenta la situación privilegiada —desde el punto de vista geoestratégico— de nuestro país: con el mayor mercado del mundo al norte; contactos directos con los casi 500 millones de habitantes del Caribe, Centro y Sudamérica, al sur; con el Atlántico como vía de comunicación con todos los países de Europa y la Cuenca del Mediterráneo al este, y con el Pacífico comunicándonos con el área de mayor crecimiento económico en la actualidad, la Cuenca del Pacífico. Esa alternativa geopolítica nos permite la estructuración de una política internacional, seria, de larga permanencia, patriótica, independiente y soberana, respecto a cualquier potencia.
¿Cuántos países de cualquier parte del mundo desearían esa inigualable situación geopolítica?
Lo expresado anteriormente es el preámbulo para referirme a un tema por demás trascendental para la soberanía de la nación.
Me refiero a la posible aplicación en nuestro territorio, de una “estrategia conjunta” de lucha antidrogas entre México y Estados Unidos, denominado “Plan México”, llamado así en analogía con el Plan Colombia, cuyos alcances y contenido nos resultan hasta ahora desconocidos, teniendo como única información al respecto, las declaraciones vertidas por el ciudadano Presidente de la República, la secretaria de Relaciones Exteriores y el Procurador General de la República, así como innumerables artículos periodísticos que han tratado el tema, e incluso, por declaraciones del propio presidente de los Estados Unidos, George Bush, quién dijo: “Esta operación conjunta tiene por objeto enfrentar un problema común que es el narcotráfico y la violencia en nuestra frontera”.
Agregando que “no habrá soldados estadounidenses en suelo mexicano”. Este señalamiento fue secundado por el presidente Felipe Calderón.
Sobre los montos de la ayuda estadounidense, el presidente Bush señaló que, “el paquete, cuando esté desarrollado, será suficientemente robusto para alcanzar un objetivo común, que es: menos violencia en ambos lados de la frontera y enfrentar al narcotráfico”. Ningún "paquete", por muy robusto que sea, terminará con éxito, si antes los Estados Unidos no bajan su enorme consumo de drogas. Perderían la razón, si no tienen su consumo diario, millones de norteamericanos.
El argumento del presidente Calderón radica en que “el narcotráfico y la violencia en la frontera entre Estados Unidos y México, no pueden ser enfrentados de manera aislada”.
Por otra parte, la secretaria de Relaciones Exteriores declaró y admitió, ante un diario de circulación nacional, cuya información fue publicada el pasado 20 de agosto, que lo que está en estos momentos en la mesa de negociación, es el rango de 800 a mil millones de dólares en asistencia militar.
Quiero enfatizar que México no es Colombia,
El Plan Colombia, aplicado en aquel país, surgió por la desesperación de una nación sumergida en la violencia, provocada por cuatro vertientes:
Número Uno.- Dos movimientos guerrilleros sólidamente consolidados, que controlan un territorio de más de 150 mil kilómetros cuadrados y que gobiernan en esos territorios en todos los aspectos.
Número Dos.- El narcotráfico, que también controla territorios y se coordina con grupos guerrilleros.
Número Tres.- Otro movimiento armado, mal llamado “paramilitar”, que “defiende” los intereses de quienes lo armaron, como son ganaderos, cafetaleros y hacendados.
Número Cuatro.- La injusticia social que prevalece en Colombia, como en toda Latinoamérica.
Esa violencia colombiana, no es menor, pues ha provocado conservadoramente —desde el “bogotazo” en 1948— más de 300 mil muertos, incluyendo población de las áreas urbanas y rurales, así como autoridades de todo tipo y diplomáticos.
Y por la ambición de otro desesperado, Estados Unidos, que siempre está a la expectativa para intervenir.
En nuestro país, particularmente durante el sexenio pasado, se han acrecentado los índices delictivos en toda la nación, debido en gran parte a la deficiente capacidad de las fuerzas policíacas para implementar estrategias y políticas adecuadas en este rubro. Se estima que con una adecuada organización y coordinación entre las fuerzas federales con las corporaciones estatales y municipales, se puede —de manera conjunta— enfrentar este problema con mejores resultados. Hay que recalcar que las Fuerzas Armadas que sólo están como coadyuvantes, destruyen o aseguran más del 80% de los enervantes al año.
Con base en lo anterior, se puede asegurar que no resulta necesario ningún tipo de acuerdo con Estados Unidos para erradicar este problema, que no sea de cooperación y coordinación, y no como se está negociando.
Una compañía con sede en Estados Unidos, que presta servicios a diversas agencias y al Departamento de Defensa de ese país, está ya solicitando personal con experiencia militar mínima de 3 años, para ocupar puestos de técnico en centros de operaciones de vigilancia aérea, en diversos lugares de Veracruz, que sepa manejar vehículos aéreos no tripulados y con experiencia también en helicópteros y aviones (estos vehículos aéreos no tripulados, cuentan con cámaras de visión nocturna y envío de imágenes en tiempo real).
El personal debe contar, según la misma compañía, con experiencia internacional en programas de seguridad en Centro y Sudamérica, y tener conocimientos en el manejo de aviones y helicópteros.
Como podemos ver, esto vulnera nuestra soberanía y afecta a nuestras fuerzas armadas, que ya tuvieron agravios desde el momento en que a unidades completas (miles de militares) les cambiaron el uniforme para hacerlos policías, y los pusieron bajo las órdenes de civiles, ya que al único civil que deben obedecer las fuerzas armadas es a su Comandante Supremo, el Presidente de la República.
El establecimiento de estos centros en lugares de Veracruz, sería una falta de respeto y desprecio a la historia de México y de Veracruz. En efecto, Veracruz ha luchado contra los invasores, más que ninguna otra entidad federativa. Ha tenido miles de bajas, de civiles, militares y marinos que han dado su vida para preservar y mantener la libertad de todos los mexicanos, Bajo las balas del invasor norteamericano, el puerto ha resistido y por ello, el congreso veracruzano lo ha denominado “Heroico” en varias ocasiones.
Además, su territorio vio el nacimiento de dos instituciones heroicas y gloriosas: el Colegio Militar, que vio su primera luz en Perote, y la Escuela Naval, que lo hizo en el puerto de Veracruz.
En efecto, a los entreguistas globalizadores no les interesa la historia de su país. En este mismo recinto, a mi espalda, se encuentra en letras de oro, conmemorando el hecho histórico más importante de la defensa de nuestra soberanía, la frase: “A los defensores de Veracruz” y ahora, los entreguistas y globalizadores quieren ubicar en ese estado a militares o mercenarios, que vienen a hollar nuestra soberanía. Militares disfrazados de civiles, exactamente eso son los mercenarios contratados por el Pentágono o agencias del gobierno de Estados Unidos. No es posible que los entreguistas globalizadores no conozcan las compañías al servicio del Pentágono, cuyos beneficiarios son conocidos personajes del gobierno de Estados Unidos y actúan en todo el mundo.
Respeten las decisiones de anteriores diputados, al escribir en letras de oro en este recinto el homenaje al Heroico Colegio Militar y a la Heroica Escuela Naval Militar, cuyos jóvenes cayeron combatiendo al invasor norteamericano. Contraten historiadores patriotas, para que no cometan errores que los pondrán en lo más negro de nuestra Historia.
Existen problemas de seguridad, de narcotráfico y otros muchos de muy diversa naturaleza, entre México y Estados Unidos; pues bien, que haya cooperación, mas no humillación a nuestro país; que haya coordinación, mas no entrega de nuestra soberanía. No queremos soldados norteamericanos en nuestro territorio.
no queremos militares norteamericanos disfrazados de civiles en nuestro país, ni tampoco mercenarios norteamericanos, sean civiles o militares, enviados por el pentágono a nuestro territorio. Tampoco asesores de ese país en México. Este tipo de actividades las está realizando Estados Unidos en Irak, Afganistán y otros países del mundo, mediante contratos multimillonarios en dólares que sólo benefician a personas del gobierno norteamericano.
No queremos ninguna cooperación que no sea pagada por el gobierno mexicano; el armamento de todo tipo debe ser pagado; vehículos de tierra, helicópteros, aviones y material de comunicaciones, deben ser pagados; asesorías y adiestramiento a policías, a militares o civiles mexicanos deben ser pagados y efectuados fuera de nuestro territorio; no queremos deberles nada a quienes nos arrebataron más de la mitad de nuestro territorio y por cierto, que de ese despojo derivan muchos de los problemas que se tienen ahora, los dos países; por ello también equipos de tierra, mar y aire y sus comunicaciones, deben ser pagados, y en tierra mexicana, manejados por mexicanos.
No queremos militares extranjeros ni militares disfrazados de civiles, ni civiles mercenarios o asesores, bajo ninguna circunstancia, actuando en territorio mexicano.
Repito, seria otro agravio, a nuestras fuerzas armadas.
La negociación debe ser abierta y el Senado de la República debe participar, actuando en defensa de la soberanía de la nación.
Por lo anteriormente expuesto y fundado, me permito presentar a esta Honorable Asamblea, el siguiente
Punto de Acuerdo de Urgente y Obvia Resolución
Único. Por el que se exhorta al ciudadano Presidente de la República, a no poner en riesgo la Soberanía Nacional, al permitir el ingreso de militares y asesores extranjeros, o a civiles contratados por el gobierno de Estados Unidos a nuestro territorio, por la posible puesta en marcha del denominado "Plan México".
Palacio Legislativo de San Lázaro, septiembre 3 de 2007.
C. DIP. GRAL. ROBERTO BADILLO MARTÍNEZ.
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