Exigen que les regresen con vida a sus padres y se castigue a los responsables
Integran red de denuncia social; buscan que se condene cualquier tentativa de represión
Alfredo Méndez
Hace más de tres décadas perdieron a sus padres. Fueron detenidos sin orden judicial y desde entonces forman parte de la larga lista de más de 600 desaparecidos en México durante las deécadas de los 70 y 80. Hoy, estos hijos son jóvenes que enarbolan las inquietudes de cualquier persona a su edad, pero no bajan la guardia en el caso de la desaparición de sus familiares.
Su grito ya no sólo se encamina a la exigencia de que les regresen con vida a sus progenitores y se castigue a los responsables de su desaparición. Ahora se dicen una generación con ímpetu renovado.
Por ello, en conferencia de prensa, anuncian que se han inclinado por la “denuncia social” como método para crear conciencia en los mexicanos, con el propósito de que todos condenemos cualquier tentativa de represión de parte de las autoridades gubernamentales. Son los Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), versión México.
Aunque acto simbólico, lo saben bien, se jactan de haber conseguido eliminar los nombres de represores de las calles citadinas. Vías públicas que antes llevaban nombres como el del ex presidente Luis Echeverría Álvarez ahora se enmarcan con el apellido de algún guerrillero desaparecido durante la llamada guerra sucia, gracias a sus gestiones con los vecinos de alguna colonia.
Además, anuncian que su labor social implica salir a las calles para “hacer señalamientos públicos” en los lugares en que estuvo o habitó algún represor del pasado.
También están informados y acusan al gobierno calderonista de “tener miedo” y estar tentado a “desaparecer” a quienes se opongan a su régimen por su falta de legitimidad política.
Tania Ramírez Hernández perdió a su padre hace 30 años. En 1976, Rafael Ramírez Duarte, ex miembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre, salió de su casa, ubicada en la delegación Azcapotzalco, y fue detenido ilegalmente. Hasta la fecha se desconoce su paradero.
Para ella es lamentable que el gobierno del presidente Felipe Calderón “busque confundir a la gente al intentar mezclar el concepto guerrilla con terrorismo”. Se refiere al caso del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y de sus integrantes Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez, quienes fueron desaparecidos recientemente en Oaxaca, lo que ha motivado que el grupo armado haya colocado artefactos explosivos en instalaciones estratégicas de Petróleos Mexicanos.
Juan Carlos Mendoza Herrera también es hijo de un desaparecido. Su padre es Juan Carlos Mendoza, un profesor disidente, quien fue detenido en marzo de 1982. Hasta la fecha nada se sabe de él.
Desde la perspectiva de Juan Carlos, el gobierno calderonista, como lo hicieron los ex presidentes priístas, está optando por desaparecer a quienes se oponen a su régimen y encuentran eco en algún sector de la sociedad. “Estamos hablando de un gobierno que tiene miedo por falta de legitimidad; tiene miedo de que el pueblo, el que se supone representa, se le vuelque y de pronto exija los derechos que históricamente le pertenecen”, puntualizó.
Los integrantes de HIJOS-México realizarán del 9 al 14 de octubre en el teatro-bar El Vicio una serie de actividades para dar a conocer su trabajo, centrado en la denuncia social contra las desapariciones forzadas.
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