Angélica Enciso L.
Los niveles de agua de las pozas de la reserva Cuatro Ciénegas, Coahuila, siguen en descenso, a pesar de la temporada de lluvias de este año; la laguna Churince ha sido la más afectada y en la laguna Grande ya no existe el nivel original de líquido, que da vida a las especies milenarias y únicas de este hábitat, señaló la especialista Valeria Souza.
La investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM detalló que hasta el mes de agosto el manto freático no se había recuperado, luego del descenso del año pasado, por lo que urge adoptar medidas apremiantes.
Cuatro Ciénegas y los valles cercanos que contienen hábitat jurásico aún están en riesgo, señaló. La experta informó el año pasado que las pozas habían perdido 70 por ciento de agua en unos meses.
En esa reserva protegida es posible encontrar, en cinco milímetros de agua, actividades similares a las del océano Atlántico, y cada vez aparecen nuevas bacterias; hay al menos 18 mil especies de virus, que regulan las poblaciones en 10 gramos de estromatolitos (bacterias milenarias). En suma, se trata de una zona donde hay evidencias de la vida antigua del planeta.
Souza indicó que frente al déficit de agua, la solución sería cerrar los pozos de Soriana; aplicar medidas propuestas por el gobierno federal, como cambiar el sistema de riego, cerrar canales y recuperar humedales, así como poner en marcha sistemas de veda en Ocampo y Cuatro Ciénegas.
Recordó que el cierre de los pozos de Florentino Rivera, en febrero 2007, permitió que diminuyera el efecto sifón, que comenzó en marzo de 2006 y llevó a las lagunas a uno de sus más bajos niveles de líquido.
Explicó que el problema más común en las pozas de Cuatro Ciénegas y valles aledaños son la contaminación del manto freático, así cimo los efectos del turismo.
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