El PAN destaca “efectos favorables” del TLCAN
Roberto Garduño y Enrique Méndez
La apertura total en materia agropecuaria, programada para el primer día de enero próximo, y las “notables diferencias estructurales” entre los productores de México, Estados Unidos y Canadá, dieron pie al rechazo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el pleno de la Cámara de Diputados. Frente a la mayoría de los grupos partidistas que se pronunciaron en contra del mecanismo trinacional, el PAN ponderó los efectos favorables del mismo.
Al inicio de la sesión ordinaria en San Lázaro, la presidenta de la mesa directiva, Ruth Zavaleta, dio pie a los posicionamientos parlamentarios en torno al aparato comercial. Gustavo Pedro Cortés, del PT, refirió que el acuerdo comercial ha provocado graves daños a 80 por ciento de campesinos y productores agropecuarios en el país, y “desde que entró en vigor se han perdido un millón 800 mil empleos en el sector, con el consecuente disparo de la migración rural hacia las zonas urbanas de Estados Unidos; en los últimos 14 años, un promedio de 600 campesinos dejaron su tierra cada día”.
El llamado de todas las bancadas –excepto la panista– se centró en la renegociación inmediata del capítulo agropecuario del TLCAN y sacar del acuerdo el frijol y el maíz.
Jorge Godoy, de Convergencia, también ponderó la desigualdad entre las economías de los tres países firmantes del tratado. Refirió que esas asimetrías se manifiestan en la transformación de México en importador de alimentos. “A este factor añadimos los beneficios que el gobierno de Estados Unidos otorga al campo mediante la ley agrícola, como son los subsidios”.
Por su parte, Héctor Padilla, presidente de la Comisión de Agricultura, advirtió que ante la destrucción de la estructura productiva del agro nacional, se incrementaron dramáticamente las importaciones de trigo, sorgo, soya, arroz y maíz.
“Según el Banco Mundial, los resultados de la aplicación del TLCAN en el sector agropecuario han sido decepcionantes. Se tiene un campo en regresión, estancado económicamente, falto de competitividad, en constante despoblamiento y abandono de tierras, con espacios ocupados por cultivos ilícitos, convertido en un problema de seguridad nacional por la acción de la delincuencia y los riesgos de estallidos sociales”.
En 1991 se dijo que en el campo mexicano se ocupaban 9.9 millones de personas, y en 2006 el número descendió a 4 millones 900 mil.
De tal forma, Carlos Navarro, del PRD, aclaró que la soberanía alimentaria no es un concepto demagógico, porque los hechos redundan en que México se encuentra frente a la competencia desleal y a grandes asimetrías.
Ernesto Oviedo, del PAN, señaló que si el TLC “puede ser modificable” en las áreas que perjudiquen al sector productivo, se debe trabajar de la mano para lograrlo.
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