Calderón ya negocia reformas “más oscuras y restrictivas”, advierte Arturo Alcalde
Creció 40% el número de subcontratados, afirman en foro realizado en Casa Lamm
Patricia Muñoz Ríos
El sindicalismo mexicano está en crisis y se vislumbra un futuro inmediato peor. Además, crece el empobrecimiento de los trabajadores, hay desbandada de obreros de sus organizaciones y se incrementó 40 por ciento el número de subcontratados y de empleados que no tienen prestaciones.
Esa es la situación que plantearon especialistas en derecho laboral como Arturo Alcalde, Graciela Bensunsan, Héctor Barba y Salvador Arellano en el foro que organizó Casa Lamm sobre la situación actual del sindicalismo en el país.
En ese contexto, Alcalde manifestó que a la situación que atraviesa el sector se suma la amenaza de las “modificaciones laborales calderonistas”, que ya se están negociando y no son más que la resucitación de la llamada reforma Abascal, pero “más oscura y restrictiva”, ya que contempla cambios legales que vendrán a violentar los derechos de los trabajadores, sobre todo en relación con la ampliación de la jornada laboral y la flexibilización de las formas de contratación.
El abogado planteó que, sin embargo, no hay unidad entre las organizaciones obreras que permita hacer frente a la embestida gubernamental y patronal contra los trabajadores, y que los sindicatos en México han perdido credibilidad. Inclusive, destacó, se da un fenómeno de desafiliación en los sindicatos y crecen a pasos agigantados esquemas como la subcontratación.
Al respecto, la abogada, escritora y catedrática Graciela Bensunsan presentó cifras alarmantes al señalar que en México 20 por ciento del total de los trabajadores están subcontratados, es decir, uno de cada cinco fue reclutado por outsourcing. Así las cosas, agregó, en pocos años serán escasos los sindicalizados.
Sobre todo, continuó, porque la subcontratación crece 40 por ciento al año. Añadió que entre las razones por las que no se ha generado en el país una “huelga nacional”, como en otras naciones, destaca la falta de liderazgo de los sindicatos y el gran temor de los obreros a perder sus fuentes de trabajo.
En el acto, el laborista Héctor Barba aseveró que es dramático el nivel de pobreza que alcanzan los obreros mexicanos, así como la falta de verdadera representatividad sindical, ya que de casi un millón de contratos colectivos que hay en el país sólo son reales, es decir, se revisan, entre 7 y 8 por ciento. El resto, apuntó, “es de pantalla”.
Desde su punto de vista, el sindicalismo se encuentra en el marasmo, y defendió el papel de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) ante críticas a esa organización y algunos de sus dirigentes, como Francisco Hernández Juárez.
Por su parte, Salvador Arellano, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Casas Comerciales, advirtió que en ese sector son práctica común los contratos de protección. Además, dijo, los sindicatos blancos, que tienen controlado el rubro, son protegidos por las autoridades, ya que prácticamente no se les puede demandar la titularidad de los contratos colectivos.
Los empleados del sector enfrentan las peores condiciones, ya que en la práctica no tienen derecho a la libre sindicalización, mientras los de servicios, como los de gasolineras, carecen de prestaciones y de seguridad social. Además, padecen las peores formas de explotación laboral y total inseguridad jurídica, concluyó.
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