Dispuestos a todo
En el arranque de la campaña formal por la dirigencia nacional del PRD, sus corrientes –denostadas como factor de división, pero que se asumen baluartes de la pluralidad democrática interna– admiten que su partido tiene que acabar con el clientelismo que padece desde que comenzó a gobernar. Sin embargo, la coincidencia acaba ahí; la configuración de alianzas rumbo a la elección amenaza atomizar más al PRD, en vez de recomponerlo.Encarrerados para contender por las dirigencias nacional y estatal del Partido de la Revolución Democrática el 16 de marzo próximo, los representantes de las corrientes Nueva Izquierda (NI), Izquierda Unida (IU), Red de Izquierda Revolucionaria (Redir) y Movimiento por la Democracia (MD), coinciden en que las tribus se han convertido en “partidos dentro del partido”.A mes y medio de que se realice la elección, esa denuncia se ha convertido en la bandera de los candidatos de corrientes pequeñas, como Alfonso Ramírez Cuéllar, de MD, y José Camilo Valenzuela, de Redir, porque se sienten en desventaja respecto de Jesús Ortega, de NI –la corriente mayoritaria en el partido– y Alejandro Encinas, apoyado por cinco corrientes que el pasado 22 de septiembre conformaron IU.Las campañas inician de manera formal el 1 de febrero y concluyen el 12 de marzo, cuatro días antes de la elección; sin embargo, los contendientes ya prevén un proceso plagado de descalificaciones mutuas, principalmente entre NI e IU. De hecho, el lunes 21 el senador Ricardo Monreal anunció que no competiría por la presidencia nacional perredista, argumentando iniquidad en la elección.Alejandro Encinas es apoyado por IU, formada por cinco corrientes, entre las que destacan Izquierda Democrática Nacional (IDN), la corriente fundada por René Bejarano y Foro Nuevo Sol, apoyada por la gobernadora de Zacatecas, Amalia García.Su principal contrincante es Jesús Ortega, de NI, asociación civil formada en 1999 en Tlaxcala.Ejemplo de las diferencias entre estas corrientes han sido las confrontaciones del secretario de Comunicación del PRD, Gerardo Fernández Noroña, miembro de la resistencia civil pacífica y líder del Movimiento de Base Insurgente (Mobi), con el secretario de Formación Política y Estudios, Fernando Belaunzarán, de NI. Desde hace meses Fernández Noroña ha acusado a Jesús Ortega de ser un “colaboracionista” y tener “alianzas” con el gobierno de Felipe Calderón y con el Partido Acción Nacional. En un desplegado de prensa, Belaunzarán le respondió que su estilo de hacer política es “cavernario”, lo calificó como “el campeón de la difamación” y sostuvo que “a Calderón le encantaría que todos sus enemigos fueran como Gerardo Fernández Noroña”.Este debate se recrudecerá en la campaña, coinciden el diputado federal Inti Muñoz –a nombre de Alfonso Ramírez Cuéllar, quien está de gira por los estados–, así como Camilo Valenzuela y Horacio Duarte, candidato a la secretaría general por NI.
Corporativismo
Al registrarse como candidato a la dirigencia del PRD, el lunes 21, Ramírez Cuéllar manifestó: “No pensamos que desde las alturas venga una renovación del partido, la defensa de los militantes es fundamental en la actualidad”. Su compañera de fórmula, Rosa Albina Garavito, consideró necesario que el dinero no sea un factor decisivo en las contiendas internas del PRD. Fue entonces que el candidato de MD criticó la existencia de “partidos dentro del partido”, es decir, de corrientes internas “totalmente informales, con gran poder, que no se sabe si son asociaciones civiles, asociaciones anónimas, sociedades de seguridad social, entidades de interés público”.“El problema de fondo del PRD son las corrientes grandes”, lo secunda su compañero Inti Muñoz, en entrevista con Proceso. Según él, la incursión de expriistas en el perredismo atrajo prácticas clientelares y corporativas que se agudizaron cuando comenzaron a gobernar municipios y estados, lo que “puede producir la putrefacción de la izquierda”.Añadió que las corrientes crean grupos corporativos de transportistas, vendedores ambulantes y gente que requiere de vivienda; también venden prebendas y cobran diezmo a funcionarios para llenar las arcas de las corrientes, sin que nadie regule sus finanzas. Todo ello, reprocha, a pesar de la crisis financiera del PRD, cuya deuda alcanza los 800 millones de pesos, según ha informado el actual presidente nacional, Leonel Cota.Por ejemplo, entre las agrupaciones que apoyan a NI se cuentan la Alianza Mexicana de Organizaciones Residenciales (AMOR) y el Frente Popular Francisco Villa. Del lado contrario figura Aquí Estamos, liderada por Benito Mirón Lince, secretario de Trabajo y Fomento al Empleo del gobierno capitalino. Dicha organización está conformada por El Barzón Metropolitano, el Sindicato de Trabajadores de la UNAM, la Cooperativa Pascual, el Frente Común de Extrabajadores de Ruta 100, los sindicatos del Colegio de Bachilleres y del IMSS, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, la Coordinación de Redes Ciudadanas, la Confederación Democrática Nacional, Conservación Social del Patrimonio Cultural y la Comisión de Mexicanos Migrantes, entre otras.Apuntalando lo dicho por Garavito, Inti Muñoz se pronuncia por “una reforma constitucional para regular las finanzas internas de los partidos en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), y que las irregularidades sean delitos electorales”. Por el momento, opina, las corrientes deberían dejar de hacer negocios con la política para transparentar la elección interna.“El corporativismo clientelar es el principal cáncer del PRD”, afirma, y dice que en el Distrito Federal los perredistas que gobiernan delegaciones políticas ponen al servicio de sus corrientes los recursos millonarios que manejan; mientras que en los estados predomina la práctica de “venderse” a los gobiernos priistas o panistas, renunciando “a causas importantes por el interés propio”. Esta situación, dice, hizo crisis en la elección interna de 1999, y de seguir así el PRD no subsistirá por mucho tiempo, pues la sociedad está harta de la clase política mexicana.
Desequilibrio
Nueva Izquierda tiene presencia nacional, preside 25 comités estatales y cuenta con más de 50% de los militantes perredistas del país. Esta corriente tiene una fuerza considerable en la Cámara de Diputados, el Senado y el Comité Ejecutivo Nacional del PRD; además, tiene el apoyo de gobernadores como Zeferino Torreblanca, de Guerrero, y Juan Sabines, de Chiapas, quienes no están afiliados al partido.El coordinador nacional de NI, Jesús Zambrano, es uno de los candidatos a dirigir el PRD del Distrito Federal. En esta ciudad la corriente es encabezada por el grupo “socialdemócrata” del senador René Arce, que tiene presencia en delegaciones políticas como Venustiano Carranza, Iztapalapa y Milpa Alta, y cuenta con la mayoría de los legisladores perredistas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Dentro de su política de alianzas, NI se ha fortalecido con escisiones del PRI, como José Guadarrama, y actualmente mantiene cercanía con la Asamblea Democrática Nacional (ADN) encabezada por Héctor Bautista, exalcalde del municipio mexiquense de Nezahualcóyotl, que fue muy criticado por sus correligionarios al reunirse el 25 de julio del año pasado con Felipe Calderón, según él para exigirle que los programas sociales lleguen a más gente pobre.ADN tiene presencia en el Estado de México, principalmente en Nezahualcóyotl, de donde también Horacio Duarte fue alcalde. El exrepresentante perredista en el Instituto Federal Electoral en 2006 ahora es compañero de fórmula de Ortega. En entrevista, Duarte sostiene que la existencia de corrientes no es mala, “el problema es cómo los dirigentes no asumen su responsabilidad frente a esas organizaciones y en su actuación política”.Del lado contrario está Alejandro Encinas, exjefe de Gobierno del Distrito Federal y actual presidente de la Fundación para el Fortalecimiento de los Gobiernos Locales A.C. (Fundlocal), cuyo directorio incluye a Leonel Cota Montaño, presidente del PRD nacional; a Ricardo Ruiz Suárez, dirigente del PRD capitalino, y a José María Pérez Gay, intelectual cercano a López Obrador.Una de las organizaciones que integra Izquierda Unida para apoyar a Encinas es Izquierda Democrática Nacional (IDN), conducida por René Bejarano y Dolores Padierna, actual secretaria de Planeación del CEN perredista. Padierna incluso pretendió ser la candidata a la secretaría general con Encinas, pero finalmente no lo consiguió y esa postulación recayó en Hortensia Aragón, militante de Nuevo Sol, la corriente de la gobernadora zacatecana, Amalia García.En IDN sigue operando Bejarano, que hace recorridos por los estados, encabeza actos públicos y hace compromisos políticos y económicos a nombre de Andrés Manuel López Obrador o de Alejandro Encinas. Su corriente conserva fuerza clientelar y corporativa, e incluso se ha expandido. Un bloque de 11 diputados federales pertenece a IDN, que si bien perdió fuerza a partir de los videoescándalos, pretende recuperarla apoyando a López Obrador, a su “presidencia legítima” y a la Convención Nacional Democrática (CND). Tiene presencia en las delegaciones Azcapotzalco, Tlalpan, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, así como en su base histórica, la delegación Cuauhtémoc.Otra organización que integra IU es Izquierda Social, escisión de IDN encabezada por Martí Batres, actual secretario de Desarrollo Social del gobierno capitalino, así como Alejandra Barrales, exlegisladora local y candidata a la dirigencia del PRD del Distrito Federal.IS tiene presencia en las delegaciones Gustavo A. Madero y Xochimilco, así como puestos en el Gobierno del Distrito Federal, por lo que apoyan firmemente al jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, no obstante que éste es miembro de una corriente pequeña llamada Izquierda en Movimiento. A gran distancia en términos de fuerza se encuentra el Movimiento por la Democracia, con alrededor de 50 militantes encabezados por el senador Pablo Gómez y que impulsa la candidatura de Ramírez Cuéllar. Entre sus filas hay miembros de la izquierda histórica, como Jaime García y Víctor Quintana; exmilitantes del Partido Socialista Unificado de México, de la corriente Punto Crítico y exdirigentes del movimiento estudiantil de 1968. Tienen presencia sobre todo en Chihuahua y Michoacán, y simpatizan con el cardenismo.Por su parte, la Red de Izquierda Revolucionaria (Redir), presente en tres o cuatro estados, está dividida: una parte apoya la candidatura del presidente del Consejo Nacional, José Camilo Valenzuela, y otra, liderada por José Antonio Rueda y Pablo Franco, no se ha pronunciado al respecto. Sus miembros son exmilitantes del Partido Comunista Mexicano y de grupos clandestinos. Redir está aliada con corrientes como el Movimiento Cívico, una de las organizaciones más viejas del PRD, encabezada por Mario Saucedo y Humberto Zazueta.Otra conocida organización es Unidad y Renovación (Unyr), formada por exsindicalistas, universitarios, taxistas y solicitantes de vivienda; la conduce Armando Quintero, secretario de Transporte y Vialidad del gobierno capitalino. Esta corriente tiene fuerza en las delegaciones Iztacalco, Magdalena Contreras, Tlalpan y Tláhuac.El PRD se fundó el 5 de mayo de 1989. Gobierna en Baja California Sur, Chiapas, Zacatecas, Michoacán, Guerrero y el Distrito Federal. Ha gobernado Tlaxcala. Su presencia más representativa está en el sur del país, principalmente en Tabasco, Morelos, Tlaxcala, Estado de México, Veracruz, Quintana Roo y Oaxaca. En el norte prácticamente no tiene presencia.
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