En un artículo el presidente cubano reseña partes de su entrevista con Lula da Silva
Washington subsidia el combustible y eso le arrebata ingresos al país sudamericano, dice
Este mes Cuba pactó la construcción de 4 plantas para producir el energético en Venezuela
Gerardo Arreola (Corresponsal)
Los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, durante un encuentro en La Habana a mediados de este mes, sobre el cual el líder cubano escribió un artículo con algunos detalles de la conversación. La imagen fue captada por el diario cubano Granma Foto: Ap
La Habana, 27 de enero. Fidel Castro y Lula cerraron aparentemente la polémica que abrieron el año pasado sobre la producción de etanol. Sin mencionar esa discusión, el presidente cubano reseñó hoy tramos de su entrevista con el mandatario de Brasil y criticó a Estados Unidos por obstaculizar las exportaciones brasileñas de ese combustible.
El artículo parece basado en las notas oficiales de la conversación con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva del pasado 14 de enero. En una parte, aludiendo a barreras arancelarias y subsidios, Castro preguntó: “¿Por qué no dejan entrar libremente en Estados Unidos el etanol que ustedes producen?”
Castro dijo en el artículo que Estados Unidos subsidia el etanol “de forma brutal, con lo cual a Brasil le arrebatan ingresos por miles de millones de dólares cada año. Lo mismo hacen los países ricos, con su producción de azúcar, oleaginosas y granos para producir etanol”.
Luego, el mandatario cubano reseñó la panorámica agrícola brasileña que le ofreció Lula, que incluye la disposición de 400 millones de hectáreas, de las cuales la caña de azúcar ocupa sólo un uno por ciento.
Castro dedicó el año pasado varios de sus artículos a rechazar el empleo masivo de tierras agrícolas para la producción de etanol y en algunos citó el caso de Brasil.
“Nada me anima contra Brasil”, dijo Castro en un comentario el 30 de abril de 2007. “Para no pocos brasileños, sobre los que no cesan de martillar argumentos en un sentido u otro, capaces de confundir a personas tradicionalmente amigas de Cuba, pareceríamos aguafiestas a los que no les importa perjudicar el ingreso neto de moneda exterior de ese país. Guardar silencio sería para mí optar entre la idea de una tragedia mundial y un supuesto beneficio para el pueblo de esa gran nación”.
Castro asoció entonces la propuesta brasileña de aumentar su producción de etanol con la política estadunidense de buscar alternativa a la dependencia del petróleo y deploró las condiciones de trabajo de los cortadores de caña en el país sudamericano, aunque criticó a Washington por sus políticas de consumo energético ilimitado, de subsidio agrícola, proteccionismo y de promoción del empleo de alimentos para obtener combustible.
El asesor para asuntos internacionales de Lula, Marco Aurelio García, dijo a la prensa en aquel momento que Castro usaba el etanol como “combustible ideológico”.
El propio Lula, en otro artículo que replicó indirectamente a Castro, dijo que Brasil se volvió autosuficiente en petróleo al remplazar 40 por ciento del consumo de gasolina con etanol a partir de caña de azúcar, y defendió el acuerdo que estaba buscando con el presidente estadunidense, George W. Bush, de promover la producción y el mercado mundial de ese combustible, aunque criticó los subsidios.
“El verdadero reto para la seguridad alimentaria estriba en superar la pobreza de quienes regularmente padecen hambre”, dijo Lula entonces. “Esa es la razón por la que hemos lanzado una campaña, en Brasil y en el extranjero, a fin de garantizar que todas las personas cuenten con el mínimo de ingresos requeridos para comprar tres comidas diarias”.
A pesar de las duras críticas de Castro a la producción del etanol, no se sabe oficialmente que Cuba haya suspendido su programa de fabricación de ese combustible a partir de la caña de azúcar. Este mes la isla pactó la construcción de cuatro plantas para producir el energético en Venezuela.
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