Del Diario Libertad. Columna Asimetrías
PONENCIA DE FFP EN EL FORO SOCIAL MUNDIAL
EL PARLAMENTO DE MIGRANTES
Por Fausto Fernández Ponte
Contexto, trascendencia y propuestas
1 El Parlamento de Migrantes
1.1 Uno de los sucedidos societales de trascendencia política mayor en años recientes en la relación México-Estados Unidos (o Norte-Sur u opresores-oprimidos) es la creación del Parlamento de Emigrantes e Inmigrantes.
1.2 Ese sucedido fue registrado históricamente el 17 de noviembre de 2007 y su trascendencia asiéntase sobre pilares de una toma de conciencia, la de salirle al paso a una cultura de la derrota.
1.3 Enfrentar y superar esa cultura de la derrota está subyacente en el documento de propuesta de la constitución del Parlamento, en el cual se planteó, además, actuar en un marco político institucional.
1.4 Esa propuesta se inspiró en la realidad, sus componentes y la propia dialéctica de éstos y de aquélla, así como las condiciones económicas, políticas, sociales y culturales prevalecientes.
1.5 Promotor, entre otros, de esa iniciativa fue el legislador José Jacques Medina. Su papel fue crucial por su investidura de miembro del Poder Legislativo mexicano para efectos de institucionalización.
1.6 El papel del Diputado Jacques fue principalmente el de catalizador de esfuerzos e inquietudes de cientos de emigrantes e inmigrados mexicanos en Estados Unidos, sin demérito de los empeños de muchos otros dirigentes sociales.
2 El Contexto
2.1 La cultura de la derrota tiene raíces de psicología social muy profundas y existen propuestas que la describen como inducida por el uso taimado y estratégico de los medios de control social.
2.2 Ese uso es realizado por el poder formal y los poderes fácticos en México, Estados Unidos y, no se diga, en los países situados en los dominios de la opresión económica y política, los países del Sur.
2.3 Antes de abundar en el tema cabría identificar el contexto económico, político y sociocultural dentro del cual ocurre la creación del Parlamento, más allá de la definición de espacio para parlar.
2.4 Veamos: La desigualdad, la injusticia y la iniquidad perversa y egoísta de los poderes formales y fácticos --que están y que son-- muéstranse como manifestaciones secuenciales con causales muy específicas.
2.5 Dicho de otro jaez, la desigualdad económica, la injusticia social y la perfidia metódica --es decir, estratégicamente premeditada-- del poder político y financiero trasnacional son causas y efectos.
2.6 Y, a la vez, son también efectos y causas. El objetivo es conquistar países (o mercados) conservar y consolidar éstos y expandirlos a como dé lugar y sin escrúpulos morales o éticos.
2.7 El poder de grandes consorcios trasnacionales de Estados Unidos y países europeos --Alemania, España, Francia, Inglaterra, Italia principalmente-- y asiáticos (Japón y Sudcorea) es abrumador.
3 Los Consorcios Trasnacionales
3.1 Esos consorcios conforman una cultura del poder que rebasa la capacidad y el alcance de los Estados nacionales, muchos de los cuales, como el Estado mexicano, son Estados sometidos y, ergo, fallidos en lo sociopolítico y socioeconómico.
3.2 Ese enorme poder trasnacional utiliza incluso los Estados de sus sedes jurídicas los Estados estadunidense y español-- para regir la economía e incluso planificar ésta.
4 El Caso de México
4.1 En México, esa es un verismo insoslayable. Es una realidad dramática y, cabría decirlo, espectacular, por su obviedad visible. Se traducen en saqueo cínico --por impune-- del patrimonio nacional.
4.2 Esa rectoría política de la economía y potestad planificadora que ejerce el poder de los consorcios trasnacionales en México tiene consecuencias terribles en términos societales.
4.3 Tal realidad tiene manifestaciones dolorosas --un dolor que lacera el cuerpo y el espíritu social y moldea aviesamente la psique colectiva-- para el pueblo mexicano.
4.4 Ello ha convertido a muchos países y pueblos en Estados sometidos o incluso anexados de hecho aunque no de derecho, según una definición geopolítica aceptada. México no escapa a ello.
4.5 Así, los consorcios trasnacionales --apoyados por sus Estados sede y el control de las decisiones estratégicas de los Estados sometidos-- reproducen las condiciones más favorables a sus intereses.
5 El Saqueo en México
5.1 Pero esas condiciones son antipodales a los intereses verdaderos de los países y pueblos --los Estados sometidos por el poder trasnacional--, cual se observa documentadamente en las prácticas del saqueo en México.
5.2 En nuestro país, ese saqueo tiene modalidades variopintas, que se realizan dentro de un marco jurídico --un estado de derecho-- cuya filosofía le otorga la calidad de lucro de falsa o aparente legalidad.
5.3 Los consorcios trasnacionales obtienen en México ganancias que, en su conjunto promediado con respecto a sus aldehalas y obvenciones globales, son casi la mitad de sus rendimientos y utilidades.
5.4 Pero esos granjeos devenidos del saqueo legal es fehacencia de que el estado de derecho vigente se sustenta sobre leyes inmorales y sobre decisiones sofisteras y falaces --y en muchos casos ilegalmente-- del Estado sometido.
6 El Estado Sometido o Anexado de Hecho
6.1 Caso puntual: el Estado sometido o anexado de hecho --nuestro Estado-- cede sus últimas potestades y, en esa vena, entrega la soberanía nacional y el patrimonio energético de México a trasnacionales.
6.2 Esos consorcios trasnacionales son estadunidenses y españoles. Éstos, incluso, tienen por operadores a varios secretarios del Presidente de la República en materia de Gobernación, Hacienda y otros.
6.3 En ese entramado del ejercicio inconstreñido --sin vigilancia ni contrapesos y complicidades-- del poder de tales consorcios estadunidenses y españoles, los efectos sociales son espeluznantes.
6.4 Consígnese, si no, lo siguiente:
6.5 Altísima concentración de la riqueza en una minoría oligárquica pudiente que ha hecho del Estado mexicano y el gobierno que lo representa espuriamente un poder plutocrático.
6.6 Aumento dramático de la pobreza --en gradación variada que incluye la miseria y la depauperación proletarizada de vastos estratos de las clases medias-- y reducción de la capilaridad societal.
6.7 Caída de espectativas de seguridad social, pues el Estado sometido a los consorcios trasnacionales de Estados Unidos y España desmantela el andamiaje constitucional correspondiente y privatiza servicios médicos y dispensa gratuita de medicinas.
6.8 Creciente inseguridad pública, cuyo origen, científicamente discernido, es la presencia de síntomas de anomia en muchos estamentos de la sociedad mexicana. La anomia, a su vez, tiene causa.
6.9 Destrucción masiva de la estructura de la sociedad rural y la infraestructura productiva de la economía campesina a resultas del tratado comercial de los tres Estados nacionales de la América del Norte.
6.10 Aumento de las importaciones de bienes y servicios de consumo necesario incluso, y control del mercado nacional por los consorcios trasnacionales. El comercio en pequeño organizado está desapareciendo, aumentando en consecuencia el informal.
6.11 Desempleo en el campo y la ciudad, subempleo y aumento del comercio informal --con empleos formales de baja calidad social-- y sus expresiones más acusadas:
6.12 Una, la emigración mexicana a Estados Unidos --de 600 mil personas al año de 2000 a 2007 y masivas deportaciones de connacionales, centro/sud americanos/caribeños por parte del gobierno estadunidense.
6.13 Otra, el alquiler de fuerza laboral desempleada del campo y la ciudad a empresas u organizaciones dedicadas al tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas o narcotráfico.
7 La Emigración Mexicana a Estados Unidos
7.1 En ambos casos, el desempleado que emigra o el que se queda en México es criminalizado en la práctica y en la ley por el Estado sometido. Al criminalizar fenómenos sociales ignora las causales de éstos.
7.2 Esas causales son objetivas: la inviabilidad social de la forma de organización económica prevaleciente, recreada desde 1983 para satisfacer los intereses de los consorcios trasnacionales.
7.3 Esos consorcios trasnacionales --estadunidenses principalmente-- intensificaron desde esa fecha la presión, mediante sus Estados sede, sobre el Estado mexicano.
7.4 Por esas fechas, el Estado mexicano sufría estrujamientos por una crisis financiera aguda, causada por la caída de los precios del petróleo que incidió en la naturaleza petrolizada de la economía y del gasto público.
7.5 Por otro lado, esa crisis tuvo secuelas multiplicadoras dado el desgaste --ya a esas alturas ostensible e insoslayable-- del contrato social que sustentaba el sistema político mexicano.
7.6 Ese contrato social se fue adelgazando rápidamente. En las elecciones de 1988, el Estado mexicano dispuso un golpe de Estado técnico para imponer como Presidente a su candidato Carlos Salinas de Gortari.
7.7 Durante el sexenio de Salinas, éste cedió aún más a las presiones de los Estados sede, particularmente del estadunidense, de los grandes consorcios trasnacionales. Instrumentó en México a pie juntillas los mandatos del Consenso de Washington.
7.8 Seis años más tarde --durante el proceso electoral de 1994-- surgió la insurgencia indígena zapatista armada y el candidato oficial, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado y su muerte no ha sido aclarada aún.
7.9 El contexto dentro del cual ocurrió la insurgencia indígena zapatista y el asesinato de Colosio fue conformado por una cesión unilateral de potestades del estado mexicano al interés privado.
7.10 Ese interés privado se representa en los consorcios trasnacionales y el gran capital local, controlado por unas 700 familias, que conforman el meollo de la gran oligarquía mexicana.
8 Crisis Política, Societal y Económica
8.1 Ceder esas potestades del Estado a consorcios trasnacionales y la oligarquía local había sido impuesto por el Consenso de Washington como inherente a la reorientación privatizadora que se le dio desde 1983 a la economía mexicana.
8.2 Esa reorientación --recordemos que ésta se inició fedatariamente durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-88)-- ha tenido por consecuencia negativa mayor la agudización de causales de la dependencia de la economía y el régimen de decisiones políticas estratégicas --política interior y exterior, finanzas públicas, turismo, medio ambiente, etcétera-- del Estado mexicano con respecto al Estado estadunidense y los consorcios trasnacionales y poderes fácticos nacionales.
8.3 Ello ha desembocado en una crisis societal severa, sin precedente en la historia de México. Ello sustenta la tesis de que los cárteles del narcotráfico tienen en México un mercado creciente de consumidores que, sumado al estadunidense, los convierten en entes con una enorme influencia financiera, política e incluso cultural.
8.4 Los cárteles son, por una vertiente, los empleadores de mano de obra principales de México; por otra, controlan materialmente de hecho vastas regiones del país.
8.5 El Estado mexicano, sin potestades --de las que abdicó unilateralmente al reorientar la economía hacia el capital trasnacional, el mercado y el consumo-- está inserto en un vacío, tironeado por varias fuerzas de diversas capacidades de presión y objetivos: los consorcios trasnacionales estadunidenses y españoles, la oligarquía local, las organizaciones sociales de carácter popular, los cárteles del narcotráfico, las insurgencias indígena zapatista y la representada por el Ejército Popular Revolucionario, armada, y medio centenar de grupos alzados en armas en varias partes del país; y un descontento social creciente.
8.6 A esa escena ha entrado un nuevo actor: el Parlamento de Migrantes, cuyos móviles, naturaleza y composición conllevan intrínsecamente los agentes de cohesión sociopolítica y cultural: tanto los emigrantes como los inmigrados en Estados Unidos son en su inmensa mayoría miembros de una misma clase social, la de los marginados y damnificados de la explotación sistémica mexicana y estadunidense.
9 Propuestas
9.1 Esta situación ya tiene secuelas: el Estado mexicano, por añadidura, se apresta a crear mediante reformas constitucionales un estado de derecho que legalice la extrajudicialización coactiva-represiva del descontento y la secuencial protesta social causada por el desempleo, el subempleo y la pobreza y la miseria y la erosión de la desesperanza, así como las disidencias pacíficas o armadas sociopolíticas y político-militares organizadas.
9.2 Documentadamente, los mexicanos que emigran a Estados Unidos y los inmigrados allá sufren las consecuencias indecibles de su decisión de alquilar su fuerza laboral en aquel país:
9.3 Familias rupturadas y disfuncionales --hijos y consortes abandonados--, exaltación de los valores materiales por encima de los morales, desintegración de la cohesión cultural, aumento en las susceptibilidades y vulnerabilidades de los mecanismos de contrapesos en la psique colectiva e identitarios ante la abrumadora aculturación estadunidense --que es un gran negocio para los medios de difusión masiva-- y, lo que es gravísimo en mayor grado, rechazo no pocas veces explícito a las raíces históricas y los vectores culturales originarios y ahondamiento de valores de un clasismo racializado que no corresponde a la composición cultural histórica.
9.4 Sobre esas realidades, el Parlamento de Migrantes surge con intereses comunes identificados mediante razonamiento colectivo cuyas premisas tienen afinidades. Ello le otorga una calidad implícita: la de un partido social --de reivindicación colectiva--, más que político, aunque su alcance eventualmente incidiría en la vida política de Estados Unidos y los países americanos en los que se origina la emigración o de donde procede la transferencia de recurso humano.
9.5 Estas premisas alimentan la propuesta siguiente: que del Foro Social Mundial emanen energías propositivas que induzcan a los entes legislativos de los países de Africa, América Latina, Asia e incluso Europa identificados como punto de origen de migraciones humanas masivas a apoyar con cobijo moral y político al Parlamento de Migrantes, convertido ya éste, desde su creación misma, en un organismo social multinacional de una clase, la de los trabajadores del Sur, los creadores de riqueza material y cultural y plusvalía de apropiación privada en los países del Norte cuyo desarrollo económico aquéllos financian con su sudor y sangre.
*Fausto Fernández Ponte. Periodista, con 56 años de ejercicio profesional, 30 de ellos en Estados Unidos, en donde estudió Periodismo y Filosofía de la Historia. Se ha especializado en la relación bilateral de México y Estados Unidos y específicamente en asuntos de inteligencia y de la emigración mexicana al norte. Fue corresponsal del periódico Excélsior en la ONU y en Washington y jefe de la sección México-Estados Unidos en El Financiero. Publica diariamente en 35 periódicos mexicanos y en unos diez en Internet; en este último medio lo leen mensualmente unos cinco millones de personas. Ha obtenido reconocimientos nacionales e internacionales por su desempeño profesional. Piensa que la misión central del periodismo es la de educar para liberar conciencias y encenderlas, y la de explorar las vías de las luchas sociales y contextualizar historicistamente éstas.
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PALABRAS DE FAUSTO FERNANDEZ PONTE
EN EL FORO SOCIAL MUNDIAL, EL 25 DE ENERO DE 2008,
EN LA MESA "MESOAMERICA, MIGRACION Y GEOECONOMIA POLÍTICA".
Amigas, amigos, compañeros todos:
Les saludo fraternalmente.
El tema central de esta mesa, que es el de Mesoamérica, Migración y Nueva Geoeconomía Política, trasciende la actualidad cotidiana, pero es su historicidad la que nos lo explica y sitúa en el contexto correspondiente, el de nuestro tiempo y nuestro lugar.
La migración tiene antecedentes muy lejanos. Hace 40 mil, 50 mil años el ser humano empezó a caminar el planeta desde Africa, en búsqueda de condiciones de vida favorables a su existencia. Y se extendió, así, por doquiera.
A Nuestra América, los humanos llegaron, según algunas versiones, hace unos 23 mil años, como lo testimonia el Hombre de Monteverde, en Chile. Otro testimonio nos habla de la presencia humana en Brasil desde mucho antes, unos 29 mil años.
A Mesoamérica, los humanos arribaron por esas fechas en tránsito al sur de nuestro continente, quedando aquí núcleos demográficos cuya existencia está documentada y son parte arqueológica y antropológica, incluso etnográfica y basamento cultural, en nuestra historia.
Hoy, la migración continúa siendo un fenómeno planetario y sus móviles no discrepan de los de hace miles de años: Esos móviles son los de la búsqueda incensante de la renovación de la esperanza.
Pero el fenómeno tiene otras connotaciones y, desde luego, otras modalidades y consecuencias mundiales, insertas en lo que llamaríamos la dialéctica de la geoeconomía política: exportación de recursos humanos que son, por definición, los de mayor valor y generadoras de plusvalía.
Dicho de otro modo, la geografía, la economía y la política son los componentes vinculatorios, como vasos comunicantes que además alimentan y retroalimentan una nueva realidad.
Como fenómeno social y por ende cultural no deja de ser una realidad insoslayablemente económica y política, susceptible de transformarse en un agente de catálisis, de cambio y mutación, como lo estamos viendo precisamente en México, laboratorio vivo que es, en ese sentido, de una experimentación evolutiva constante de las relaciones entre sus causales y sus efectos.
Para mí, la interacción de causales y efectos rebasa las definiciones convencionales del fenómeno y ello nos obliga a la búsqueda y aplicación de otras herramientas científicas y políticas e incluso otro lenguaje de la ciencia de la política y la sociedad, de la economía y del poder político mismo.
Ésto nos lleva otra vez a la geoeconomía política y, dicho sin ánimo de jugar con las palabras, a la geopolítica económica.
Nos lleva a dimensionar y comprender el fenómeno como uno de carácter estratégico y de seguridad nacional, la seguridad nacional de los países de origen de la migración y la de los destinatarios de esta traslación masiva, colosal, de recursos humanos. Hay un saqueo de ese recurso social.
Por supuesto, el Estado mexicano y el gobierno de facto y espurio que lo representa hoy carecen de los alcances ideológicos, políticos y científicos para ubicarse así. Se carece de una política de Estado en materia de emigración e inmigración mexicana.
Las razones de esa carencia de una política de Estado parecen ser obvios, pero no lo son. Se ocultan bajo máscaras de ineptitud, disfraces de indiferencia e insensibilidad y mimetismos de incomprensión del fenómeno en los cenáculos del poder formal.
Esas máscaras ocultan una realidad perversa, definitivamente antisocial --yo la calificaría de genocida incluso--, antimexicana. Carecer de una política de Estado en materia de migración es, precisamente, una razón de Estado del gobierno espurio.
Predeciblemente, el Estado mexicano podría invertir los papeles de cara a la relación bilateral con Estados Unidos, pero la cultura y la lógica de la dependencia, el sometimiento e incluso la anexión estadunidense objetivamente discernida bajo la cual vivimos los mexicanos --como nos lo muestran el TLCAN, el ASPAN y la Iniciativa Mérida-- son imperativos que impiden que el poder político formal le conceda prioridad al tratamiento político estratégico al fenómeno.
Perdonen ustedes que sólo haya abordado generalidades de un fenómeno tan complejo, pero el tiempo destinado a mi participación así lo determina. Pero éste tema es central en mis inquietudes periodísticas.
Háganme saber sus direcciones electrónicas a donde enviarles materiales más amplios acerca del tema y el de la relación bilateral de México y Estados Unidos. En éstas hojas aquí sobre ésta mesa está mi dirección electrónica.
Muchas gracias.
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