• El criminal liberado por la justicia de Bush, participa en reuniones de Alpha 66, junto a Pedro Remón, el connotado integrante de Omega 7 con el cual fue condenado en Panamá, y Reinol Rodríguez, ex Jefe de la CORU de Puerto Rico, asesino de Carlos Muñiz Varela
POR JEAN-GUY ALLARD —de Granma Internacional—
LUIS Posada Carriles, el terrorista internacional liberado por la justicia de Bush, participa en actividades públicas de Alpha 66 donde se hacen llamamientos al uso del terror contra Cuba, revela la conocida revista norteamericana Salon en su última edición al describir una reunión del grupo en un restaurante de la localidad de Westchester, al suroeste de Miami.
El amplio y muy documentado reportaje firmado por los reporteros de investigación Tristram Korten y Kirk Nielsen describe cómo el terrorista, asesino y torturador, cuya participación en conspiraciones contra Cuba y Venezuela ha sido denunciada en múltiples oportunidades por las autoridades de ambos países, fue el invitado principal de un reciente banquete de Alpha 66 en el restaurante Miami Havana de esa localidad.
En espera de una decisión de la Corte de Apelación de Nueva Orleans sobre su caso migratorio, Posada Carriles, reclamado por Venezuela en relación con su responsabilidad en la destrucción de un avión cubano en 1976, se apareció allí con Pedro Remón, el connotado terrorista de Omega 7 con el cual fue condenado en Panamá, y Reinol Rodríguez, ex Jefe de la CORU de Puerto Rico, y asesino del joven militante cubano radicado en esa isla, Carlos Muñiz Varela.
El reportaje de Korten y Nielsen describe cómo en esa cena donde se encuentraban reunidos los terroristas de Alpha 66, Posada fue acogido con efusión por los presentes, muchos de ellos fichados por el FBI.
Su presencia fue anunciada como “un honor” a los asistentes por Remón. Este vendedor de carros de New Jersey, convertido en pistolero, es el autor, reconocido por el FBI, de la ejecución del militante Eulalio José Negrín, ejecutado ante los ojos de su propio hijo, en su residencia de New Jersey, el 25 de noviembre de 1979; y del diplomático cubano Félix García Rodríguez, ocurrido en Nueva York, en plena calle, el 11 de septiembre de 1980.
Un hecho que dice todo de esta reunión gansteril con características de encuentro neofascista: una pistola Beretta 9 mm fue otorgada como premio en una rifa. Una “joven madre” se lo llevó.
En entrevista con Salon, Remón lamenta la ausencia en el evento de Santiago Alvarez, el proveedor de armas de esa tropa, encarcelado por posesión ilegal de un arsenal. Alvarez encabeza con Nelly Rojas el grupo que protege a Posada.
Reinol Rodríguez se presenta por su parte como el “jefe militar” del grupo. Anda con Al Bacallao, descrito como uno de los visitantes asiduos del campo de entrenamiento de Alpha 66, llamado Rumbo Sur, que el reportaje describe con abundante material fotográfico.
El campo es manejado por Osiel González Rodríguez, formado por la CIA en Fort Benning, donde estudió técnicas de sabotaje junto a Posada, Félix Rodríguez Mendigutía, Jorge Más Canosa y otros personajes que conformaran la mafia terrorista de Miami.
Contactado por la revista, el fiscal federal R. Alexander Acosta se negó a hablar, mientras la vocera local del FBI, Judy Orihuela, afirmó sin reírse que ellos persiguen a los responsables de cualquier forma de terrorismo. Orihuela es la misma portavoz de la policía federal que declaró, unos años atrás, que el terrorismo cubanoamericano “no es una prioridad para el FBI”.
Además de subrayar cómo Alpha 66 viola las leyes nacionales y convenios internacionales, el reportaje de Salon, uno de los más completos retratos de la fauna terrorista de Miami jamás realizado en EE.UU., hace referencia a Los Cinco cubanos antiterroristas arrestados mientras infiltraban a ese otros grupos criminales.
Los Cinco siguen encarcelados, más de nueve años después de su arresto, por la justicia de Bush.
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