Costos fiscales, gasolinas, transporte, alimentos y materias primas, al alza
Las mayores presiones se resentirán en el primer semestre del año, adelantan
Es necesario frenar la voracidad de los monopolios, considera Mario Di Costanzo
Antonio Castellanos y Juan Antonio Zúñiga
La economía mexicana registrará en 2008 un menor crecimiento que el observado en los dos años previos, pero con una inflación en ascenso propulsada por el aumento a las gasolinas, mayores costos fiscales por la entrada en vigor del Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), e incrementos en los precios de los alimentos y materias primas importadas.
Según pronostican los principales grupos financieros que operan en el país, la inflación general repuntará a 4 por ciento, desde 3.7 estimada en 2007; en tanto, especialistas califican de “insuficiente” la reforma fiscal y llegan a considerar que el crecimiento de la economía mexicana podría de ser de apenas 1.5 por ciento durante 2008.
Las principales presiones inflacionarias durante este año provendrán, por el lado externo, del alza en los precios internacionales de los alimentos y las materias primas; en tanto que por el interno, se concentrarán en el aumento en las gasolinas, que a partir del próximo domingo 6 de enero, resentirán un aumento mensual de 2 centavos en la variedad Magna, de 2.44 en la Premium, y de 1.66 para el diesel. El IETU, por su parte, entró en vigor hoy con una tasa de aplicación inicial de 16.5 por ciento en 2008.
Sergio Kurczyn, del grupo financiero Banamex-Citigroup, vaticina que “en el primer semestre de 2008 la inflación subyacente repuntará fuertemente por encima de la total y de 4 por ciento, por choques de oferta y cambios metodológicos”. Explica que “los altos precios de los alimentos procesados han estado impactando a la inflación subyacente, (y) ahora se añaden las presiones del nuevo impuesto (IETU) y las alzas del acero y el cemento.”
La inflación subyacente considera la evolución de los precios de productos procesados, en tanto la “no subyacente” se refiere sobre todo al comportamiento de los precios de productos del campo.
Kurczyn estima que la inflación subyacente llegará hasta 4.5 por ciento en mayo de 2008, una vez que también se integrará a su medición el precio de las colegiaturas. Esto, pronostica, “sin duda contribuirá a un cierto nerviosismo en los mercados de dinero.”
El foco de atención de los grupos financieros sobre el comportamiento de la economía durante este año se centra más en la inflación, que en escaso crecimiento proyectado.
Por su parte, el grupo financiero BBVA-Bancomer contempla también mayores presiones inflacionarias en la primera mitad de 2008, “que se asociarán a los pasados choques de oferta y el potencial incremento de costos fiscales”. Aunque valora que “los riesgos de alzas excesivas se encuentran acotados” por el menor crecimiento de la economía mexicana, advierte que “los riesgos son elevados por lo que es conveniente monitorear indicios de contagios elevados por IETU, particularmente sobre precios de servicios.”
El grupo financiero Santander estima que en 2007 la inflación cerró abajo de 4.0 por ciento, y contempla también que en 2008 las principales presiones sobre el incremento de precios provendrán del impacto de la reforma fiscal –los nuevos impuestos e incremento a las gasolinas y el diesel– y de los previsibles aumentos en el precio del transporte público en algunas ciudades del país.
Mientras el Scotiabank apunta: “desde nuestro punto de vista parece bastante probable que los resultados de inflación de enero serán malos, ya que es de esperarse algunas correcciones en precios asociados a la gasolina, especialmente en lo que se refiere al transporte público urbano.” Inicio desalentador
Para Mario Di Costanzo, responsable de la cartera de la hacienda pública del equipo que acompaña a Andrés Manuel López Obrador, el escenario para la economía mexicana en el año que se inicia es desalentador, sobre todo porque persiste la amenaza de una recesión en Estados Unidos, y estima que el crecimiento del producto en 2008 podría ser de sólo 1.5 por ciento, que representa una cuarta parte de lo que se tuvo en 2006.
Como resultado de lo anterior habrá menos empleo, y desde luego crecimiento de precios, pronosticó. Necesariamente, el aumento al precio en el consumo de gasolina, tendrá un impacto inflacionario y por ello es necesario poner un freno a la voracidad de quienes encabezan los monopolios, y hacer una verdadera reforma fiscal en la que paguen lo real los dueños de los grandes corporativos.
Desde una óptica distinta, Carlos Cárdenas, presidente del Comité Nacional de Estudios Fiscales del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, considera insuficiente la reforma fiscal ya en vigor. Actualmente, indica, México recauda 10 por ciento de su Producto Interno Bruto, cuando se requiere de por lo menos un monto equivalente a 20 por ciento. Con el IETU y otras adecuaciones apenas aumentará de 10 a 10.7 por ciento, mientras la recaudación actual es la mitad de lo que requiere el país.
Aun con un desenlace en suspenso, que por lo pronto llevó a la especulación bursátil a registrar su menor tasa de crecimiento de los últimos cinco años, el Indice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerró las operaciones de 2007 en 29 mil 536.83 unidades, un nivel 11.7 por ciento mayor al observado al términos de 2006.
Crisis hipotecaria de EU afecta a la Bolsa Mexicana de Valores
Marcada por la estrecha dependencia con la bolsa de Nueva York, la BMV se vio afectada desde agosto pasado con la irrupción de la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, con un dimensión que empezará a conocerse a partir de la segunda quincena de enero, cuando los grandes y pequeños bancos que participaron con la compra-venta de esos títulos de alto riesgo y escaso valor, presenten sus estados financieros correspondientes al cuarto trimestre de 2007.
En tanto, la BMV cerró el año con las menores ganancias desde 2003. Con marcados contrastes, las acciones de mayor incremento en su cotización fueron las mineras, con una elevación de 89.5 por ciento; mientras en el lado opuesto, los títulos de las compañías constructoras, único sector en descenso, retrocedieron 14 por ciento respecto a lo que se pagaba por ellas al finalizar diciembre de 2006.
Las acciones del sector comercio, en el que participan las grandes cadenas minoristas que operan en el país, tuvieron un avance nominal de 0.8 por ciento y una caída real de 3 por ciento. Los títulos de empresas de transformación, o manufacturas, reportaron una ganancia nominal de 6.1 por ciento; mientras los de corporativos de comunicaciones y transportes se incrementaron 28 por ciento. Las acciones de las empresas de servicios aumentaron 24 por ciento su precio, y las de compañías controladoras 3.8 por ciento, por lo que en términos reales quedaron “tablas”.
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