Del Diario Libertad. Columna Asimetrías
Saqueo, Dominio y más Saqueo
Por Fausto Fernández Ponte
I
Son presumiblemente muchos los mexicanos convencidos por iniciativa que identifican propia y no inducida por los medios de control social que el Estado debe ceder las últimas potestades que aun le quedan a particulares locales y extranjeros.
Dígase de otro estilo, caro leyente, que presumiríase que esos muchos mexicanos están a favor de que el Estado continúe su conducta de abdicar de sus obligaciones constitucionales de socializar el usufructo del patrimonio de la nación.
También dígase de otro arreo que esa abdicación de los deberes constitucionales --por cuya vigencia han dado generosamente su vida más de un millón de mexicanos desde 1906 a 2008-- se traduce en regalar voluntariamente a terceros nuestra soberanía nacional.
Y dígase asmismo que esa cesión --entrega-- de la soberanía nacional a terceros se traduce desde 1962 en el diseño y ejercicio de políticas orientadas a privatizar (y no a socializar) lo que es de todos los mexicanos: los energéticos.
Para esos millones de mexicanos que simpatizan activa o pasivamente con esa conducta del Estado, los energéticos --hidrocarburos transformados industrialmente y electricidad generada en gran volumen-- son sólo bienes mercantiles.
II
Y, desde luego, que sí lo son. Pero su mercantilización --desde su generación hasta su abasto-- crea plusvalía que trasciende el ámbito y la cultura de meras transacciones comerciales con propósitos de lucro monetario.
Pero esa plusvalía --riqueza-- es vaporizada; es decir, se convierte en bruma y hálito (en nubes pues) por obra de quienes se apropian de ella y despilfarran irresponsablemente sin beneficiar a la sociedad o a los estratos más marginados de ésta.
Esa plusvalía tiene varios destinatarios:
Uno, el Estado mismo, con la que financia su dispendioso gasto corriente, sin crear entramados financieros productivos. La plusvalía de miles de millones de dólares va al desagüe. Al caño.
Y, otro, el conjunto de beneficiarios de la corrupción sindical y de las mafias de funcionarios de alto y medio niveles de Petróleos Mexicanos y de empresas particulares registradas en México y consorcios trasnacionales de Estados Unidos y España.
La corrupción en Pemex crece espectacularmente, advirtiéndose una agudización dramática de aquella en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, éste ùltimo considerado apropidamente de espuria investidura y, ergo, como Presidente de Facto.
III
Simultáneamente a la corrupción --cuya cultura permea la dermis misma del statu quo de intereses creados-- se realiza la privatización del usufructo del petróleo, gas y derivados y la generación de energía eléctrica y su abasto al consumidor.
Beneficiarios de esa privatización son principalmente los consorcios trasnacionales estadunidenses y españoles, aunque los hay también de otros países. Al consumarse esa privatización, el Estado no percibirá ingresos para financiar su gasto corriente.
Parece suicidio, ¿no lo cree usted, caro leyente? Sí, parece. Pero no lo es. El Estado, previendo esa secuela, aumenta ya los impuestos a todos los mexicanos. Y supone que Pemex, ya privatizado, continuará pagando más tributos.
Lo dudamos. Los consorcios privados, mexicanos y trasnacionales, ejercerán su poder sobre un Estado mexicano acotadísimo (y sin potestades rectoras ni planificadoras de la economía) para pagar menos gabelas. La experiencia lo demuestra.
Entonces, ¿por qué el Estado mexicano continúa empecinado en caminar hacia su aparente suicidio? Porque privatizar soberanía y el patrimonio nacional no es un fin, sino un medio metódico hacia la meta final: consumar la dominación completa de México.
Y saquear más, hasta vaciarnos. El Estado es cómplice. El jefe del Estado mismo --el Presidente de Facto-- es cómplice independientemente de sus motivaciones o compromisos ideológicos, políticos y morales (corrupción) o por miopía o sincera buena fe.
Esa dominación es ocurrente; es decir, está sucediendo. Privatizar la riqueza patrimonial de todos los mexicanos implica intensificar el saqueo --que ya realiza la banca extranjera-- que ha hecho del Estado un pelele voluntario del poder trasnacional.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Gabelas: impuestos, arbitrios, tributación.
Medios de control social
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