De Blogotitlan
por Eddy Torzón
La corretiza que sufrió Carlos Navarrete, líder de la bancada del PRD en el Senado, y los abucheos e insultos contra Javier González Garza, pastor perredista en la Cámara Baja, que el mismo Andrés Manuel López Obrador tuvo dificultades para controlar, son una prueba mínima del enorme malestar e indignación que hay entre amplios sectores ciudadanos (y no sólo perredistas, como seguramente clamará la prensa "institucional" al victimizar a la "izquierda moderada"), por el cúmulo de atropellos, alevosos e impunes, que vienen cometiendo los llamados gobiernos de empresarios y "gente decente".
Navarrete y González Garza son heraldos de la corriente adueñada de la burocracia perredista, que insiste en reconocer y pactar con el gobierno usurpador de Felipe Calderón, a fin de aumentar sus canonjías y vender cara su complicidad en el saqueo que sigue a todo vapor por parte del PAN vuelto gobierno y concubina del PRI.
Ambos legisladores van a tener problemas para "negociar" su apoyo al gobierno en nombre de... ¿en nombre de quién, si no representan más que a su pandilla?
Gobierno, PAN y PRI tendrán que emplearse a fondo en las nuevas campañas propagandísticas para "convencer" de que los "negociadores Chuchos" siguen siendo "la fuerza mayoritaria" del PRD (y por tanto, del vasto segmento social que votó por el "derrotado y acabado" López Obrador) en cuyo nombre aceptarán las "reformas estructurales" para arruinar a México.
Gobierno, PAN, PRI y "Los Chuchos" moderados tendrán que preocuparse seriamente, porque si el domingo fue una probadita, a la mera hora menos les va a gustar la reacción de la gente.
Por eso les urge tener la Ley Gestapo.
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