Por Álvaro Cepeda Neri
Zedillo y Fox fueron “penitentes”
La palabra pendejo es usada como sinónimo de tonto aunque, al decir de los diccionarios, significa en primerísimo lugar: pelo del pubis y las ingles. Y, por extensión, individuo cobarde, pusilánime, infeliz, desgraciado. Para no usar la primera palabra, que suena fuerte para insultar, se echa mano de un sinónimo de modo: penitente. Así que para que los dos ex presidentes del montón no se vayan a dar por ofendidos, Zedillo y Fox, que no tenían un pelo de tontos, actuaron por omisión dejando en el aire el TLC en su capítulo Agropecuario, haciéndose pasar por “penitentes”.
No les importaron los campesinos, los pequeños agricultores ni ganaderos, ya que los grandes productores (latifundistas, acaparadores del crédito y favorecidos por el zedillismo-foxismo) sí le sacaban ventaja al Tratado que suscribió Salinas con Canadá y Estados Unidos quienes, desde entonces, no han dejado de subsidiar a sus ganaderos y agricultores, para tener ventajas sobre la decadencia rural por incosteabilidad. Y porque su mano de obra no tuvo más opción que emigrar a esos dos países. Los que permanecieron llevan doce años de crisis y ahora, ante la apertura total, en lugar de intercambio comercial, tenemos una invasión devastadora del campo por los productos a bajo precio venidos del extranjero.
Salinas no tuvo tiempo de implantar medidas para que el TLC fuera toma y daca comercial. Llegó Zedillo, economista, dicen que ducho en econometría, y durante su sexenio abandonó sus obligaciones. Ninguna política pública para la agricultura campesina (ejidal, comunal y pequeños y medianos propietarios). Hizo lo mismo que con las empresas paraestatales que se dejaron en el abandono para su privatización, porque con la contrarreforma salinista al 27 constitucional, creyeron Salinas, Zedillo y Fox que todas las tierras serían vendidas y tendríamos la completa privatización agrícola.
El señor Fox se hizo el “penitente”, pero es un perverso que nos vendió que Mart(h)a era la única audaz para los abusos y concluyó la obra destructora de Zedillo. Nombró en la SAGARPA a un millonario empresario y latifundista que monopoliza la producción del ajo y casi el brócoli. El tal Usabiaga. Zedillo y Fox de mala fe provocaron el desastre agrícola, para que estadounidenses, sobre todo y canadienses, se adueñaran de la producción y comercialización de granos básicos. Maíz, frijol, trigo, etc.
Esos dos que, en lugar de tontos, se pasaron de vivos, son los políticamente responsables de la crisis, el desastre, que ha movilizado la manifestación nacional de protesta y que demanda la renegociación del capítulo agrícola-ganadero del TLC, poniendo entre la espada y la pared al gobierno calderonista que tiene, además, a un inepto, bravucón e inútil secretario de la dependencia que tuvo un año para diseñar una agenda con relación al problema. Y en un país donde no hay deslinde de responsabilidades, permite que los “penitentes” de a mentiritas: Zedillo y Fox, vivan en la impunidad, mientras el campo mexicano está en quiebra.
lunes, febrero 25, 2008
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