Por María Teresa Jardí
No son buenas nuevas para el pueblo cubano, privilegiados que son los habitantes de la isla, bendecidos por Dios o por quien cada uno de nosotros crea que exista. O simplemente en el camino correcto y por eso más suertudos que la mayoría del resto de habitantes del planeta. Y no se diga si los comparamos con los mexicanos, el Premio Nobel se lo sacaron los cubanos, mientras al bote de la basura éramos tirados los mexicanos, por más que los intelectuales a modo quieran mostrarlo de otra manera. Cuba era el ejemplo a seguir para no caer tan bajo, como ha sucedido con México, y lo que nos falta por caer con la Ley Gestapo.
No son buenas noticias el anuncio de que la jerarquía católica “celebró una misa que se televisó y a la que asistieron autoridades de gobierno, legislativas y políticas, y los obispos cubanos”. No, no son buenas nuevas para Cuba y las malas nuevas para Cuba son malas nuevas para la humanidad entera.
La libertad de creencias es un derecho fundamental de cada persona, y tiene que ver con la elección de la religión que nos imponen desde pequeños o que elegimos tener cuando somos mayores o con la elección de no tenerla. La libertad de creencias cae dentro del ámbito de la vida privada de cada persona. Las leyes, en los Estados de Derecho, mantienen alejado al poder público de la vida privada de las personas y la historia se ha encargado de demostrar que las cosas sólo marchan bien cuando a las jerarquías de las iglesias se las mantiene alejadas de la política y mantenerlas alejadas, en algunos países como México y Cuba, incluso pasa, para que funcionen bien las cosas, por no tener nexos con ellas.
Sabia que fue nuestra ex Constitución de 1917 al consagrar el Estado laico y enseñanza elemental de Cristo aquello de que: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
El capitalismo, que todo lo corrompe, corrompió a la humanidad, de manera acelerada desde la caída del socialismo europeo. Socialismo que tampoco funcionó, no porque Marx estuviera equivocado; Marx no tardará en volver a ser la Biblia del mundo, en aras de construir otro mundo posible. El socialismo fracasó porque sus líderes también se corrompieron.
No se puede tener gestos de buena voluntad con la jerarquía de ninguna iglesia. No se debe tener gestos de buena voluntad con la católica inmersa en una involución tan grande que hoy tiene un Papa nazi.
“Le abrieron un canal de televisión para que oficiara una misa al segundo hombre del Vaticano, el cardenal italiano Tarcisio Bertone, quien inició su visita oficial y pastoral manifestando su deseo de que la Iglesia católica pueda ampliar sin límites su radio de acción en la isla y desempeñarse con la debida libertad”. Apenas un gesto y ya exigen libertad para meterse en todo. Pésimas noticias son para la isla. Y en España, tendría que verse retratado el nuevo gobierno cubano.
Hasta hace unos días, todo pintaba para que Rodríguez Zapatero fuera reelecto, el próximo 9 de marzo, con un amplio margen sobre el PP, de triste memoria.
Pero se metió de lleno, metida al lado de los conservadores siempre ha estado la Iglesia católica, la misma que quiere meterse en el proceso cubano, y se jodió la cosa para España y sus colonias.
Unos cuantos días antes del inicio formal de las campañas electorales que duran 15 días, hasta el 7 de marzo, “los obispos españoles emitieron un documento en el que recomiendan a los católicos votar por los partidos que defiendan el matrimonio, la vida y la libertad religiosa y que no negocien con la organización terrorista ETA”.
Tan útil la ETA, también de derecha, hermanada con la Iglesia en el servicio de allegarle votos a la derecha.
La Iglesia española, crítica desde siempre con las posturas del PSOE, quitadas del todo las caretas, ha entrado a respaldar a Mariano Rajoy teniendo un repunte la posición que el PP encabeza.
La derecha, es decir el fascismo franquista en campaña contra Rodríguez Zapatero, también desde la cabeza misma de la Iglesia católica española, con el respaldo del actual Papa que en el Vaticano habita.
No, nos son buenas nuevas para la isla.
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