IGUALA, Guerrero, 24 de febrero (LA JORNADA).- Esta ciudad, donde el 24 de febrero de 1821 Agustín de Iturbide firmó el Plan de Iguala como símbolo de convergencia de las garantías de independencia, religión y unión que quedaron enmarcadas en los tres colores de la bandera nacional, amaneció sitiada este domingo. Desde las primeras horas del día arribaron decenas de camiones del Estado Mayor Presidencial (EMP), elementos de cuerpos de elite del Ejército Mexicano, entre ellos miembros del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFES) y fusileros paracaidistas; soldados de artillería y miembros de otras tropas militares; además de camionetas que trasladaron unos 200 agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) y otros tantos integrantes de cuerpos policiacos estatales y municipales.
La misión: el resguardo de Felipe Calderón y de su comitiva que lo acompañó a la ceremonia de izamiento del Lábaro patrio, la cual por primera vez en cuatro sexenios consecutivos se realizó en la ciudad cuna de la bandera tricolor.
Para llegar a la explanada del asta bandera, montada en lo alto de un cerro de esta localidad, fue necesario superar tres cercos de revisión montados por el EMP con arcos detectores de metales y vallas de acero.
Desde las 06:45 a.m., dos horas antes del inicio de la ceremonia conmemorativa, cadetes del Heroico Colegio Militar, mujeres de la Escuela Médico Militar e invitados especiales -entre ellos políticos locales, maestros y alumnos destacados- permanecieron en el lugar a la espera de Calderón y de los integrantes de su gabinete que en compañía de legisladores y del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación arribaron a las 09:00 horas en tres helicópteros.
Durante 35 minutos se realizó el evento conmemorativo al 187 aniversario de la bandera nacional. Antes de que despegara la comitiva presidencial nadie pudo moverse de su lugar, ni siquiera los mandos militares. El que lo intentaba era reprendido verbalmente por algún miembro del EMP.
Al final, los igualenses que colocaron sillas fuera de sus casas con la intención de ver un instante al espurio Felipe Calderón, tuvieron que conformarse con un desfile militar similar al que se realiza cada 16 de septiembre en la capital del país.
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