Carlos Fernández-Vega
Petrodólares, remesas, narcodólares y turismo sostienen el “navío de gran calado”
El maltrecho director técnico Felipe de Jesús La Volpe Hinojosa celebra los “muchos goles” virtuales anotados, dice, en la portería “de la criminalidad” (más de 3 mil muertos en el partido futbolero así lo certifican), pero en el mundo real tremenda goliza es la que registra en eso de la “Presidencia del empleo” y en aquello de “para que vivamos mejor”, entre otras contiendas.
Catorce meses de insistente discurso sobre las “cifras históricas” que en generación de empleo se registran desde que se instaló en Los Pinos, para que en el balance oficial el resultado de su inquilinato sea por demás espeluznante: más allá de los “logros” virtuales, como los “muchos goles” a la criminalidad, en ese periodo la tasa oficial de desempleo abierto en el país se incrementó de 3.58 a 4.06 por ciento (la más elevada del último trienio y la mayor, hasta ahora, del gobierno calderonista) de la población económicamente activa, lo que en términos netos quiere decir que lejos de generarse empleo, en ese periodo se ha cancelado, y a estas alturas un millón 865 mil mexicanos permanecen en la desocupación total. Sólo en el primer mes de 2008 se “perdieron” alrededor de 300 mil puestos de trabajo.
El inquilino de Los Pinos es un apasionado del futbol y goza al utilizar términos relativos a ese deporte, aunque la ocasión no lo amerite, pero al igual que al técnico argentino que dirigió la selección nacional hasta poco después del Mundial 2006 a Calderón le gana el micrófono y lo pierden los hechos. Así, Ricardo La Volpe, como un Fox pampero (con todo respeto a los de la pampa), incumplió todas sus promesas, resultó carísimo y sólo frustró a la afición: prometió que obtendría medalla olímpica en Atenas 2004 (México fue eliminado tempranamente), que ganaría la Copa América (el equipo nacional fue goleado por Brasil), que la selección mexicana jugaría cinco partidos en el Mundial de Alemania (a duras penas llegó a cuatro) y que se dedicaría al futbol infantil, pero tras el fracaso en Europa dijo que se quería quedar al frente de los ratoncitos verdes, pero tampoco lo logró.
En el mismo contexto, los “goles” a la “criminalidad”, las “cifras históricas” en generación de empleo y el “navío de gran calado” para que los mexicanos “vivamos mejor” son frases fácilmente atribuibles a La Volpe, pero que en realidad corresponden al goleado Calderón, director técnico del equipo llanero “la continuidad”, que no juega con el “honor” de los ratoncitos verdes, sino con la seguridad de los mexicanos y el futuro del país, de tal suerte que mejor hubiera sido que buscara la presidencia de un club de futbol y no la de la República.
Pues bien, “logros” virtuales aparte, el INEGI divulgó ayer su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente a enero de 2008, y entre sus resultados destaca el correspondiente a la tasa oficial de desocupación abierta en el país: 4.06 por ciento, contra 3.4 por ciento al cierre de 2007, es decir 300 mil empleos menos, en números cerrados, en sólo un mes.
Cuando el michoacano se sentó en Los Pinos, el primero de diciembre de 2006, la tasa oficial de desocupación abierta fue de 3.58 por ciento de la PEA. Afectaba a 3.58 por ciento de los hombres y a 3.86 por ciento de las mujeres en edad y condición de laborar, y entre la población urbana (la que habita en ciudades de la República con más de 100 mil habitantes, a 4.28 por ciento.
Catorce meses después, y en medio del machacón discurso de las “cifras históricas”, el desempleo abierto en el país afecta a 4.06 por ciento de la PEA, a 3.85 por ciento de los hombres, a 4.12 por ciento de las mujeres en edad y condición de laborar y a 4.81 por ciento de la población urbana. Y estos no son goles virtuales.
Por si fuera poco, entre los “muchos goles” y las “cifras históricas” de Calderón, y aún sin los “catarritos” económicos diagnosticados por Agustín Carstens, en 2007 el producto interno bruto mexicano “creció” 32 por ciento menos que en 2006: 3.3 contra 4.8 por ciento, respectivamente, es decir, el más bajo de los últimos tres años, con lo que difícilmente se fortalece aquellos de “para que vivamos mejor”.
En 2007, por grandes renglones de actividad, el PIB del sector servicios creció 4.4 por ciento; el agropecuario, silvícola y pesquero, 2 por ciento, y el industrial, 1.4 por ciento. En igual orden, al cierre de 2006 los resultados fueron los siguientes: 4.85, 4.8 y 5 por ciento.
En el cuarto trimestre del año pasado el PIB del sector servicios creció 4.9 por ciento, el industrial 1.8 y el agropecuario, silvícola y pesquero 1.9, y el “catarrito” de Carstens apenas va agarrando forma y profundidad.
Moraleja: con esos “goles” y “goleadores”, tal vez sea prudente que regrese La Volpe.
Las rebanadas del pastel
Por si existiera duda, las declaraciones del zar antidrogas de la Casa Blanca, John Walters, confirman que cuatro son las patas de la mesa que sostiene al “navío de gran calado” (Calderón dixit) que algunos ilusos llaman economía mexicana: petrodólares, los más, remesas, narcodólares y turismo receptivo, en ese riguroso orden. Informa Walters que los ingresos de los cárteles mexicanos de la droga, sólo por sus ventas en Estados Unidos, “ascienden a 13 mil 800 millones de dólares”, 61 por ciento de ellos del expendio de mariguana y 29 por ciento de cocaína (“si hay polvo que se levanta es porque estamos limpiando la casa y la vamos a dejar muy limpiecita”, dice Calderón). Entonces, el gobierno de baby Bush también anota “muchos goles” en la portería “de la criminalidad”; es el otro centro delantero en la relación bilateral… Un apretado y sentido abrazo para Fidel.
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