miércoles, marzo 12, 2008

¡Ese niño Mouriño, tan vivito que es, que se quiere llevar la tubería a su casa!

Pedro Echeverría V.

1. No importa que sea español, gallego o mexicano, lo que importa es que siendo ya Camilo Mouriño el personaje primero del gabinete del presidente Felipe Calderón, podrá hacer lo que Martha Sahagún hizo con el presidente Fox: que aprovechando el enorme cariño de su marido hizo de él una piltrafa humana, un personaje acabado que bien pudo arrojarse a los buitres. Y Fox, el dicharachero presidente, sólo sirvió para cumplirle sus ambiciones a tan funesta señora. Hoy, para que recuerde Calderón, por la enorme corrupción de Sahagún y de los familiares de ambos, el sexenio que pudo ser diferente a los anteriores, aparecerá en la historia como uno de los dos más nefastos, quizá igual al de Salinas de Gortari. No se si por eso le llamen “el martito” a Mouriño, pero quien lo haya bautizado así tiene un diez. Obvio no sólo fue Martha, sino la combinación Fox/Sahagún; tampoco será sólo Mouriño, sino la complacencia de los queridos amigos: Camilo y Felipe.

2. ¿Por qué Mouriño destacó rápidamente en política, al grado que puede ser candidato presidencial de los panistas? En primer lugar porque es “hijo de papi”, es decir, de un personaje español que se ha hecho multimillonario haciendo negocios por todos lados, particularmente con el petróleo del estado de Campeche, donde se obtuvieron las riquezas más grandes de las últimas décadas. ¿Cuántas poderosas amistades se pueden hacer cuando se tiene mucho dinero y se firman contratos? El padre de Mouriño lo hizo todo: recomendó al hijo por aquí y por allá y se arrimó, “desinteresadamente”, al árbol frondoso del Fox/panismo en el poder. Inmediatamente una diputación y otra, una asesoría y cargos en sectores energéticos. Fox había descubierto a un ricachón dispuesto a satisfacerle con algunos gustos y que además entregaba a su hijo como futuro pilar del panismo. Así comenzó a “sacrificarse” Mouriño por México, haciendo negocios al amparo del poder.

3. ¿ Y los panistas de “pura sepa”, los que han batallado durante décadas para que el PAN tenga más votos, qué opinan”? En el PAN, como en cualquier partido de derecha, no hay discusiones ideológicas sobre principios y doctrinas; mucho menos en estos tiempos donde el pragmatismo está por encima de cualquier diferencia doctrinal. En el PAN no se discute si Mouriño tiene razón o no, si las críticas hacia él arrojan elementos que deberán tomarse en cuenta. Nada. Lo importante para los panistas es, con los ojos cerrados, defender a Mouriño aunque sea un delincuente. Eso les ha permitido la “unidad” y que aparezcan frente a la opinión pública como un partido decente y sin broncas. En el PRD sucede exactamente lo contrario: si los empresarios y los medios de información se joden a alguien, porque lo hayan estado cazando, entonces los otros grupos se unen a los medios para aplastarlo más porque es parte de la competencia.

4. El PRI apoya a Mouriño por aquel viejo acuerdo firmado desde el sexenio de Fox, más bien desde el sexenio de Salinas. En noviembre de 1988, a unos días de la toma de posesión de la presidencia, Salinas y sus asesores se reunieron con los panistas Álvarez, Cevallos y Castillo Peraza para pedirles que apoyen la toma de posesión cuestionada de Salinas a cambio de reconocerles todos los “triunfos” electorales que logren, otorgarles presupuestos millonarios al partido y concederles un buen número de legislares. Al terminar la reunión el panorama política había cambiado totalmente: Salinas lleno de gozo aceleró los preparativos para la toma de posesión y el PAN feliz de contento porque había negociado una especie de cogobierno con Salinas. Cuauhtémoc Cárdenas perdió apoyo de masas y día tras día Salinas fue consolidando su gobierno con el apoyo total del PAN. Salinas cumplió sus compromisos y el PAN alcanzó fuerza con el apoyo de Salinas.

5. En unos cuantos años, con el apoyo total del presidente Salinas, logró el PAN una presencia muy superior a los que sumaban sus anteriores cincuenta años. No cabía la menor duda de que Álvarez, Cevallos y Castillo, en esa negociación, pusieron al PAN en el camino de la Presidencia; pero también lo dejaron sin principios ideológicos o éticos. Siempre fue el PAN un partido de empresarios y clericales, pero a partir del salinismo, los empresarios más poderosos, los peores ladrones del país, ingresaron rápidamente al PAN. Mientras la izquierda mexicana durante casi un siglo había recibido represiones bárbaras, encarcelamientos y muertes, la derecha panista sin arriesgar nada, con una simple negociación, gozaba de todos los privilegios del sexenio salinista. Incluso a Fernández de Cevallos se le bautizó como “la ardilla” porque, como ese animal, siempre estaba en Los Pinos”, es decir, en la casa presidencial. ¡Qué tal!

6. El niño Mouriño, incluso en el PAN, es un usurpador; pero como la dirigencia panista vale un cacahuate porque sólo obedece órdenes de Calderón/Mouriño, y en el partido no hay ni siquiera un tímido personaje que por dignidad se atreva a contradecir al presidente, todos están muy contentos con la paletita que les dieron a chupar para entretenerse. Pero también, como la oposición política de izquierda y centro izquierda es muy débil y tiene miedo de que la acusen de “violentar las instituciones”, lo seguro es que las cosas queden como están con el apoyo del PRI, del PAN y de los medios de información. Peor aún si se toma el camino de las demandas legaloides que sólo sirven para entretener. La única salida es la denuncia amplia y permanente buscando la movilización de masas, porque incluso si no cae o no se logra lo que se desea, el proceso de politización queda con la posibilidad de que más adelante sirva para algo.

7. Se espera que la movilización del próximo 18 de marzo, programada por la Convención Nacional Democrática (CND) dirigida por López Obrador sirva de algo; que no se convierta en una simple movilización de desahogo de coraje para luego mandar a todos a sus casas. Si no se toman o bloquean avenidas, carreteras, bancos y embajadas, por el tiempo necesario para lograr demandas, quizá habría que pensar que sólo se busca entretener. ¿Qué vamos a hacer contra la inminente privatización de la electricidad y el petróleo, así como para arrancar a los presos políticos de las cárceles? Los atenquenses y los oaxaqueños nos enseñaron en algunas ocasiones que así como injustamente se llevan presos a nuestros compañeros deberíamos hacer lo mismo con los funcionarios de gobierno para intercambiarlos. La realidad es que los gobiernos nos ven la cara de imbéciles al no hacer nada por nuestros presos sin culpa alguna. Mientras tanto el policía Mouriño sigue en Gobernación.

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