La traición, el madruguete
En contravención de una serie de acuerdos que habían sido alcanzados con legisladores del Frente Amplio Progresista –en el sentido de sesionar sólo cuando el pleno del Congreso fuera restablecido–, diputados del PRI, el PAN y el Partido Verde aprobaron al vapor un conjunto de cambios a la Ley de Adquisiciones. De acuerdo con legisladores perredistas, estas enmiendas se inscriben en el proyecto privatizador de la industria petrolera nacional, pues ofrecen importantes garantías a los capitales extranjeros.Apoyados por sus pares del Senado, en sesión exprés 280 diputados del PAN, PRI y el Partido Verde Ecologista aprobaron el jueves 17 varios cambios a la Ley de Adquisiciones que permitirán a Pemex firmar contratos y hacer licitaciones bajo las leyes de otros países.En sus prisas, los legisladores incurrieron en fallas de procedimiento, alteraron incluso el dictamen y violaron un acuerdo previo con los partidos del Frente Amplio Progresista (FAP).El diputado José Alfonso Suárez del Real y la senadora Yeidckol Polevnsky, ambos del PRD, sostienen lo anterior y afirman que el propósito de esa precipitada sesión, realizada por los diputados en una sede alterna y en medio de la clausura del Senado, es “darle la vuelta a la Constitución”. Explican: Con esa maniobra se trata de aprobar una agenda legislativa paralela y complementaria al paquete de reformas energéticas presentadas por el presidente Felipe Calderón el martes 8.Según Polevnsky, se trata de un “albazo” porque “violenta la voluntad del Senado”, ya que tanto ella como el priista Eloy Cantú, presidente de la Comisión de Fomento Industrial, habían solicitado que se legislara “en conferencia”. Pero, afirma, “vamos a parar” dicho proyecto en el Senado.Tras la sesión, el autor de la iniciativa, el diputado priista Eduardo Sánchez Hernández –un abogado que trabajó para la empresa Multivisión y para la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, la cúpula de los concesionarios–, declaró que con esta reforma se acabará con la corrupción en las compras gubernamentales. Según Sánchez, con la nueva modalidad que abarca su iniciativa, similar a la utilizada en las apuestas de bingo, será posible obtener ahorros “hasta por 87 mil millones de pesos” mediante las “ofertas subsecuentes de descuento” o “subastas en reversa”, para que gane quien ofrezca el menor precio.El presidente de la Comisión Dictaminadora, el panista Benjamín González Roaro, exdirector del ISSSTE y otrora brazo derecho de Elba Esther Gordillo, agregó que las subastas podrán efectuarse por internet.Juan Bueno Torio, uno de los cinco senadores que redactaron un anteproyecto de reforma energética en marzo pasado, declaró que la Ley de Adquisiciones formaba parte de un paquete de 15 leyes y reglamentos que deben cambiarse para permitir la inversión privada en áreas clave de Pemex, como refinación, transporte y almacenamiento del crudo.Senadores consultados por este reportero aseguran que Bueno Torio les dijo hace varias semanas: “Lo que no logremos sacar por las iniciativas del presidente lo haremos por la Ley de Adquisiciones”.
Críticas a granel
El senador Suárez del Real sostiene que las reformas a la Ley de Adquisiciones “van en la misma línea de la iniciativa del Ejecutivo a la Ley Orgánica de Pemex, al permitir la supranacionalidad en las contrataciones fuera del territorio nacional y al amparo de las leyes en donde se suscriben, supeditando el marco jurídico nacional a normas extranjeras”.Entrevistado por Proceso un día antes del “albazo”, Suárez del Real advierte que el mecanismo de las subastas en reversa para adjudicar licitaciones a quienes ofrezcan el menor precio viola lo establecido en el artículo 28 constitucional porque, dice, no se toman en cuenta otros criterios, como calidad, cobertura y eficacia.“Cuando el PRI y el PAN dijeron que era necesario darle la vuelta al artículo 27 constitucional estaban avisando que le iban a dar la vuelta por donde se pudiera y como se pudiera. No sólo a través de leyes secundarias, sino reglamentarias, normas de operación, oficios y hasta minutas. La ley de Adquisiciones les abre la baraja de opciones”, sentencia.Las críticas no provienen sólo del PRD. Tres semanas antes de que Sánchez Hernández presentara su iniciativa, la Comisión Federal de Competencia (CFC) dio a conocer un documento fechado el 24 de septiembre de 2007. En éste, la comisión consideró “excesivos” los requisitos establecidos en el artículo 9-bis para participar en las subastas electrónicas y criticó el mecanismo de favorecer a la oferta de menor precio.Firmado por el presidente del CFC, Eduardo Pérez Motta, el documento iba dirigido al titular de la Comisión de la Función Pública, Benjamín González Roaro. Decía: “En los países que más han desarrollado las compras públicas a través de medios electrónicos, por lo general estas subastas se realizan de manera centralizada por una entidad gubernamental”.En sus recomendaciones, el organismo encargado de combatir las prácticas monopólicas abogaba porque organismos y dependencias públicas fungieran como subastadores.La CFC se muestra reacia a las “subastas en reversa” o de precios inferiores en su documento porque, aduce, “bajo estructuras de mercado oligopólicas con alta probabilidad de colusión, un proceso de ofertas subsecuentes podría facilitar la comisión de conductas anticompetitivas que incrementarían los costos de las compras públicas”.Por eso advierte: “La decisión sobre el tipo de bienes o servicios que se contratarán vía subastas electrónicas (debe) tomarse en el seno de los comités de adquisiciones de las dependencias y entidades tomando en cuenta las recomendaciones que para tal efecto emita la CFC”.La Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin) también difundió comentarios críticos a la iniciativa de reformas a la Ley de Adquisiciones desde el mes pasado. Advirtió, por ejemplo, que el procedimiento de subasta electrónica descendente reducirá los precios y que existía el riesgo de que los oferentes dominen las técnicas de la subasta.Los industriales advirtieron que, de reformarse la Ley de Adquisiciones, se corre el peligro de que los proveedores nacionales menores “sean víctimas de los mayores, y éstos serían controlados por las grandes empresas internacionales”.
La votación
El jueves 17, mientras los senadores cambiaban dos veces de sede alterna, en la Cámara de Diputados los legisladores del FAP clausuraban los accesos al pleno, pero el PRI, PAN y Partido Verde aprobaron por 280 votos a favor la iniciativa del priista Eduardo Sánchez, lo que generó una airada respuesta del coordinador parlamentario del PRD, Javier González Garza, quien anunció su retiro de la Junta de Coordinación Política.Al inicio de la sesión, la diputada de Alternativa Marina Arvizu expresó que sus compañeros del FAP no avalaban la votación porque, dijo, se había violado el acuerdo de votar sólo cuando se normalizara la situación en el pleno.La defensa de la votación correspondió a Raúl Cervantes Andrade, del PRI, promotor a su vez de otras dos iniciativas para abrir el sector privado a Pemex (Proceso 1636). Al igual que su correligionario Eduardo Sánchez, promotor de la iniciativa, Cervantes trabajó como abogado para las televisoras, en especial para Televisa.Desde su curul, Cervantes afirmó que debía votarse porque “nadie puede hacer valer en su beneficio su propio dolo”, en alusión a los diputados del FAP, quienes no se encontraban en esa sesión.Benjamín González Roaro, exdirector del ISSSTE y ahora presidente de la Comisión de la Función Pública, también defendió la iniciativa. Dijo que Jesús Evodio Velásquez, diputado perredista de Guerrero, aprobó el dictamen en comisiones, pero evitó mencionar que ya antes los integrantes del FAP pidieron la moción suspensiva en la Junta de Coordinación Política.Y enumeró algunas de las modificaciones a la citada Ley de Adquisiciones: se eliminó la posibilidad de que la subasta electrónica fuera efectuada por terceros o particulares, para evitar contradicciones con el artículo 134 constitucional; la subasta de descuentos subsecuentes no será obligatoria, y se adicionó un párrafo al artículo 26 en el que se establece la posibilidad de que las licitaciones se lleven a cabo “a través de medios remotos de comunicación”, a semejanza de las apuestas de bingo o yaks.Pero no se mencionó ningún cambio a las subastas extraterritoriales que serán permitidas a partir de estas modificaciones. Para la senadora Polevnsky, esta posibilidad coincide con lo establecido en la iniciativa de reformas a la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos, presentada por el Ejecutivo federal.En el capítulo IV sobre adquisiciones, arrendamientos, servicios y obras públicas, la reforma de Calderón propone un régimen jurídico mixto para las adquisiciones: uno para las actividades “productivas o sustantivas” que se reservan en los términos del artículo 27 constitucional, y otro para las “actividades no productivas o no sustantivas”, como las adquisiciones de materiales de oficina, construcción, mantenimiento de hospitales y oficinas de Pemex.Un análisis jurídico del PRD al cual tuvo acceso este semanario advierte que la propuesta de Calderón se empata con las reformas a la Ley de Adquisiciones porque caen en los mismos vicios de discrecionalidad, falta de criterios de sustentabilidad y le delega a la Secretaría de la Función Pública la facultad de fijar los términos en que se llevarán a cabo las licitaciones públicas a través de subastas electrónicas.“Al considerar el precio más bajo como la condición determinante para adjudicar los contratos, se estaría incurriendo en los riesgos tradicionales de servicios y obras de mala calidad”, advierte el PRD.Poco antes de que terminara la sesión, emocionado por la inminente aprobación de su iniciativa, Eduardo Sánchez pintó en tribuna un mundo feliz de licitaciones y subastas vía cibernética:“Al hacerlo en internet –dijo– cualquier ciudadano, desde cualquier punto de la República, va a poder presenciar, en el momento real en el que se están dando las cosas, cómo se lleva a cabo un concurso, cómo se conducen los participantes y a qué precio está comprando el gobierno.”Todo será como en un Play City, en un Yak o en un Bingo.
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