Acerca de cristeros y panistas
“Insensato, identificar a mártires con hipócritas y gobiernos ilegítimos”
Señor director:
Mucho agradeceré se sirva publicar esta carta en su prestigiada revista, donde a diferencia de otros medios periodísticos no hay censura a la discrepancia de opinión.
–Leí en días pasados el editorial de un periódico donde con mezquindad se critica el elogio de los mártires cristeros que hizo el Papa Benedicto XVI. Dicha crítica –ya sistemática al pontífice en tal medio– es intolerante, por decir lo menos.
–La Guerra Cristera fue una epopeya popular de sangre y gloria, cuya trascendencia y justificación fueron reconocidas nacional e internacionalmente. La protagonizaron mexicanos que defendieron la libertad religiosa ante el brutal ataque de Calles en 1926, quien pretendía no la separación Iglesia-Estado, sino el aniquilamiento de la primera. Fue la Cristiada una respuesta a la imposición de leyes injustas, dictadas por odio neroniano al catolicismo; es decir, se libró en defensa legítima de derechos fundamentales.
–Negarle valor a la causa de la rebelión cristera enfrentada a la fuerza de un Estado todopoderoso, con el argumento de que hubo excesos por parte de cristeros, es tan sofista como regatearle su grandeza heroica a Hidalgo, a Morelos, por los excesos de sus tropas insurgentes; o en el plano de la historia universal, guardada la proporción, demeritar la victoria de Lepanto por abusos de los valientes seguidores de Juan de Austria.
–La democracia menospreciada por los cristeros es la que se reduce –en palabras del maestro Anacleto González Flores, torturado y asesinado por los esbirros callistas– a un nauseabundo escamoteo de números, al encumbramiento de nulidades salidas de estercoleros. Los cristeros eligieron votar con sangre en una democracia donde el voto contra los césares se escribe para siempre.
–Es repulsivo e insensato identificar a los mártires cristeros que desafiaron al proyanqui Calles con los entreguistas e hipócritas del PAN de hoy, que encarnan grupos purpurados y gobiernos anticristianos por injustos e ilegítimos, que desprecian y reprimen al pueblo pobre, y que simulan inspirarse en valores católicos para engañar a los devotos de mentidero. Grave error de la izquierda mexicana –que beneficia en mucho a la derecha– es no saber distinguir, no saber identificar en la lucha cristera el clamor de las reivindicaciones del pueblo.
–Rememorar el heroísmo de los defensores de la libertad es un deber de ayer, hoy y siempre, porque significa mantener viva la convicción de que nunca el derecho se doblega ante el poder, de que tiene sentido la lucha de las víctimas de la historia de las que habla Horkheimer. Los mártires son, no el orgullo de un pueblo, de un papado, sino el orgullo de los dioses.
Atentamente
Mauro González Luna M.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario