Pedro Echeverría V.
Rebelión
1. Se ha iniciado ya el debate sobre el petróleo. Las partes preparan los argumentos, aunque la derecha, sin ideas, repite que no busca privatizar y sólo quiere más inversiones privadas. La izquierda ha presentado la lista de sus ponentes. El constitucionalista Carrancá y Rivas advirtió que por el sólo hecho de haber enviado cinco iniciativas de reforma energética al Congreso, el presidente espurio Felipe Calderón podría ser objeto de demanda de juicio político. El juicio político es decisión pública y cualquiera puede presentarlo, dijo Carrancá y Rivas al tiempo que Muñoz Ledo advirtió que México se encuentra “en el dintel de la ruptura'' si el Congreso y la Suprema Corte avalan estas reformas. Además, Jaime Cárdenas advirtió que algunos diputados y senadores deberán ``excusarse'' de participar en este debate pues, dijo, algunos de ellos tienen “conflictos de interés'' en el tema. El FAP ha entregado la lista de sus ponentes.
2. Ponentes como Lorenzo Meyer, Juventino Castro, Bernardo Bátiz, Manuel Bartlett y Jaime Cárdenas, coincidieron en que la propuesta presidencial de reforma intenta “un golpe de Estado constitucional”. Enfatizaron que la única forma de detener esta maniobra para privatizar Petróleos Mexicanos es la movilización social. También (como Calderón) serían sujetos de juicio político aquellos legisladores que llegasen a aprobar dicha iniciativa pues, al decir Bernardo Bátiz, “ceder una posición estratégica como Pemex”, en la forma que pretende el Ejecutivo federal, “es o una tontería o un acto de traición”; mientras Jaime Cárdenas señaló que los senadores, del PRI Francisco Labastida, “responsable del Pemexgate”, y del PAN Juan Bueno Torio, ex funcionario de la paraestatal, o el diputado priísta Emilio Gamboa, entre otros, deben excusarse de participar en los debates sobre el tema, “por su evidente conflicto de intereses”.
3. La batalla de la izquierda contra la privatización avanza bien porque la derecha política y empresarial no tiene argumentos de peso y porque mucha gente está dispuesta a movilizarse en contra de la privatización. Esa derecha, con las siguientes ideas, sólo ha repetido mil veces que el gobierno de Calderón no quiere privatizar: a) que no podrán venir las grandes petroleras transnacionales a asociarse con PEMEX y emprender la aventura de buscar “el gran tesoro mexicano” que hay en las profundidades del mar y llevarse parte de él a través de contratos de riesgo, b) que tampoco podrán establecer modernas refinerías para procesar el crudo y encargarse ellas mismas de transportar, almacenar y comercializar los combustibles (gasolinas sobre todo) que produzcan. 3. que cuando mucho, si se aprueba la propuesta gubernamental, serán simples maquiladoras. Sin embargo la realidad puede ser radicalmente distinta porque con el dinero “hasta el perro baila”.
4. Los intelectuales y los luchadores sociales siempre han estado en la izquierda, aunque algunos se dejen corromper por el sistema que les paga muy bien sus servicios. En la derecha están los que han acumulado capitales, los más hábiles para hacer negocios y los juramentados. En tanto la izquierda se manifiesta contra cualquier asomo de privatización de algún patrimonio del pueblo, la derecha silencia que su objetivo es privatizar todo en beneficio de grandes empresarios mexicanos y extranjeros y que sólo quiere inversiones de capital privado. Pareciera entonces que nadie quiere privatizar el petróleo y la confrontación no tiene razón de ser. Sin embargo la realidad es muy distinta: el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, además de tener una ideología privatizadora (porque que está en el programa del PAN), tiene compromisos con el gobierno y los inversionistas de los EEUU que, por ningún motivo, pueden eludir.
5. En tanto la izquierda ha estado comprometida con las nacionalizaciones del petróleo, de la electricidad, de los ferrocarriles, de los bancos, las compañías aéreas; en apoyar instituciones de carácter social y gubernamental como el IMSS, el ISSSTE, la educación pública o la Conasupo, la derecha ha buscado siempre la privatización de todo para beneficiar a los más poderosos empresarios y hacer más miserable a la población. Usando argumentos, muy ciertos pero muy trillados, de la corrupción y enriquecimiento de los funcionarios públicos, buscan entregar las instituciones a las empresas privadas. Esa derecha, que se adueñó directamente del poder con De la Madrid en 1982, ha sido la que ha impulsado todo el proceso de privatización en la que han incluido las tierras de los campesinos devolviéndole así a los viejos y nuevos terratenientes los latifundios de los que fueron expropiados por la Revolución.
6. Por ese motivo aunque la izquierda, valiéndose de intelectuales y políticos estudiosos de la economía mexicana y del petróleo, mantenga las posiciones más justas en la defensa de ese patrimonio nacional, no podrá permitir que el gobierno y los derechistas legisladores del PAN y el PRI, aprueben su privatización. El equipo de López Obrador y miles de sus aliados han acordado (y ya están realizando) una campaña “colonia por colonia, calle por calle y casa por casa” en todo el país, aunque no se puede estar seguro que ese gigantesco y heroico trabajo de masas no sea borrado por los medios de información que mediante campañas mentirosas, pero muy vistosas, siguen controlando la mente de los mexicanos. Pero además hay que impulsar movilizaciones en las calles que obliguen a los priístas a cambiar de posición y a los panistas a echarse para atrás, a pesar de las presiones de los grandes capitales que buscan multiplicar sus ganancias.
7. En el plan lópezobradorista se registran visitas directas a millones de domicilios, también la posibilidad de inventar estrategias para extender y profundizar el trabajo de concientización. Por ejemplo se podrían colocar grandes carteles o mantas en distintos lugares, pero también pasearlas en colonias acompañadas con equipo de sonido. En las grandes ciudades es difícil encontrar a las personas mayores en las casas, pero por las noches podría hacerse una fuerte campaña “cuadra por cuadra” con voceo y volantes. Lo importante es que la población sepa que el gobierno y los empresarios quieren privatizar el petróleo y que éste es un bien que el pueblo debe defender si no quiere sufrir más miseria, falta de escuelas y servicios de salud. La población debe aprender a diferencias los intereses del pueblo explotado frente a los ricos explotadores. No necesita por ahora, mucha información, aunque sí entender como quieren someterlo.
8. Lo interesante es que muchos sectores de la población, entre ellos los intelectuales y políticos de izquierda, han comenzado a comprender que la movilización es la única que puede abrir cualquier negociación; que ningún gobierno soluciona problema alguno sino siente fuertes presiones en las calles o en los medios de información. Pero dado que éstos están al servicio de las clases dominantes parece que a la población no le queda más que ocupar las calles. La coyuntura de la defensa del petróleo puede ayudar a levantar nuevamente los movimientos y las organizaciones, así como desarrollar la conciencia de lucha de la población. Hay que esperar en que así lo estén entendiendo todas las organizaciones de lucha y que esta oportunidad de la defensa del petróleo, la electricidad, la ley del trabajo, sirva para cambiar la situación económica y política del país. No hay que perder las esperanzas; las cosas aun pueden cambiar en bien del pueblo.
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