El uso perverso de la lengua
Vicente Romano
La jerga militarista denomina guerra asimétrica a la que se da entre dos contendientes con una desproporción de los medios a su disposición, ya sean militares, políticos, económicos, mediáticos, etc. El ejemplo más clásico es el de la guerrilla que lucha contra el poder establecido. Este vocablo, surgido a principios del siglo XIX en España, constituye uno de los 5 que el castellano ha aportado al léxico universal. Los otros 4 son liberal, junta, camarilla y pronunciamiento, aunque habría que añadir también el concepto de quinta columna, acuñado por los fascistas durante la Guerra Civil española.
Ahora bien, los fascismos usamericano y sionista hacen un uso peculiar, perverso, de este término. Así, cuando tres prisioneros musulmanes de Guantánamo desesperados por las torturas infames a que los someten desde hace años los militares yanquis, se suicidan colgándose con los jirones de sus sábanas y ropas, el almirante Harry B. Harris, director de este infame campo de tortura, lo califica como un “acto de guerra asimétrica dirigido contra nosotros”. ¿Cómo llega este almirante a tan aberrante conclusión?
He aquí el razonamiento: el suicidio de estos tres presos es un acto de guerra por llevar implícita la intención de incitar la protesta de los demás prisioneros. Más aún, el Jefe del Mando Sur de las Fuerzas Armadas, el general John Craddock sabe de buena tinta que uno de ellos había participado en una huelga de hambre.
El ejército sionista, como es bien sabido, actúa también de esta manera infame contra los niños palestinos, a los que asesina disparándoles cohetes mientras juegan en la playa, abatiéndolos a tiros cuando van a la escuela o a cañonazos en las calles. El hecho de llevar una mochila con los libros es sospecha suficiente de llevar una bomba en ella. Tirar piedras contra los tanques que arrasan sus viviendas es realmente una de mostraciónn de guerra asimétrica que justifica las mayores crueldades e infamias que imaginarse pueda.
Es que la mente totalitaria no puede admitir que nadie la cuestione. Como dicen que reaccionó Stalin ante la noticia del suicidio de su segunda mujer: ¡Mira que hacerme eso a mí!
Las tropas nazis que ocuparon la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial colocaban a los niños rusos detrás de una pared y utilizaban sus sobresalientes cabecitas como diana para la práctica de la puntería. Las tropas yanquis y sionistas han perfeccionado estas tácticas del terror. Los compran en Afganistán para llevárselos a Guantánamo, los bombardean en los campamentos de refugiados, les cortan la luz y el agua, los dejan morir sin alimentos ni medicinas, etc.
Y Europa clamando por los derechos humanos en Cuba o en Venezuela.
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