Farsa de diez días
Desde el pasado viernes reiniciaron los trabajos de construcción de la irregular gasolinera que construye la familia de Juan Camilo Mouriño, titular de Gobernación del gobierno espurio, a la vera de la carretera Mérida-Progreso
Sólo diez días duró la farsa montada por la Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, pues el pasado viernes se reiniciaron los trabajos en la irregular gasolinera que construye el Grupo Energético del Sureste a la vera de la carretera Mérida-Progreso.Algunos alarifes que laboran allí señalaron que los dueños de la gasolinera resolvieron sus líos con la Comuna y por eso les pidieron que regresaran a la obra.Sin embargo, aunque las cintas de clausura que rodeaban la construcción fueron arrancadas, los sellos de clausura siguen colocados, pero como sucede comúnmente con la Dirección de Desarrollo Urbano, a cargo de Angélica Herrera Lizcano, ningún inspector o personal de dicha dependencia se hizo presente, por lo que sin más contratiempos los alarifes se dieron manos a la obra.Vecinos de la colonia manifestaron no estar sorprendidos, pues sabían perfectamente que el Ayuntamiento de Mérida daría de nueva cuenta su brazo a torcer o simplemente daría por terminada su simulación.En un dos por tres, la cuadrilla de albañiles tiró el colado que faltaba en la zona de las bombas.Herrera Lizcano señaló que el GES no contaba con licencia de construcción, pero al parecer en tiempo record les concedió el permiso.Cabe recordar que esta gasolinera es apenas una muestra del tráfico de influencias que desde el Gobierno Federal maneja a su antojo el hoy Secretario de Gobernación espurio, Juan Camilo Mouriño Terrazo.La obra viola varios reglamentos, aunque los promotores de la gasolinera argumentan que éstos se crearon después de que la Dirección de Desarrollo urbano les otorgó el permiso de uso de suelo y el de construcción.Se sabe también que de acuerdo con la reglamentación de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, la gasolinera en cuestión no podrá tener salida a la carretera Mérida-Progreso, pues se trata de una vía federal que se encuentra en una zona de entronque de seguridad, lo que no han tomado en cuenta los constructores ni han hecho valer las autoridades. Esto implica que los vehículos que circulan por la Mérida-Progreso no podrán entrar directamente a la gasolinera desde esta carretera federal, sino que tendrían que hacerlo por la calle lateral, lo que evidentemente le resta viabilidad al proyecto.Empero, sólo cuando se lleve a cabo la municipalización de esa zona, que ya cocina el ayuntamiento de Mérida, los Mouriño “regularizarán” su situación.
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