Entre 1988-1999 sólo logró una disminución de 5%, revela investigación conjunta
La población rural del sur del país, en especial la indígena, es el grupo más vulnerable
Erika Duarte
México es el país que menos ha reducido la desnutrición entre niños menores de 5 años, frente a otras naciones de América Latina con ingresos per cápita similares. Entre 1988 y 1999 México sólo logró una reducción de 5 puntos porcentuales, es decir, poco menos de medio punto porcentual por año, mientras en el mismo periodo países de América del Sur registraron un promedio de reducción de 8 puntos porcentuales.
En el libro Nutrición y pobreza, política pública basada en evidencia, elaborado conjuntamente entre la Secretaría de Salud, el Instituto Nacional de Salud Pública y el Banco Mundial, se revela que aunque de 1999 a 2006 ha habido un ritmo de descenso en la desnutrición tres veces superior al periodo anteriormente señalado (donde uno de cada dos niños padecía desnutrición) y pese a la aplicación de políticas públicas integrales como el programa Oportunidades, la población rural del sur del país, particularmente indígena, sigue siendo el grupo más vulnerable.
También se advierte que de seguir con el actual nivel de reducción, tomará más de dos décadas erradicar la desnutrición. A ello se suman otros problemas de salud alimentaria, como anemia y obesidad, además de que el contexto mundial de la crisis de los precios de alimentos pone en riesgo los objetivos de reducir los niveles de desnutrición.
La desnutrición crónica en niños menores de 5 años sigue siendo inaceptablemente alta entre la población más pobre y entre la población indígena, especialmente si se compara con países con ingresos per cápita similares a los de México, señaló Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de prevención y promoción de la Secretaría de Salud, en la presentación del libro.
Agregó que en la zona rural del sur del país la prevalencia en la desnutrición infantil es mayor de 25 por ciento y en la población indígena llega a 38 por ciento de la población, especialmente en algunas zonas de los estados de Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Yucatán y Chiapas.
“Aunque es cierto que el ritmo de descenso de la desnutrición crónica entre 1999 y 2006 en niños menores de 5 años y en hogares indígenas fue tres veces superior que lo observado entre 1988 y 1999, si continuáramos con este ritmo de descenso tendríamos que esperar hasta 2028, es decir, más de 20 años, para llegar a una cifra aceptable en la reducción de desnutrición en niños indígenas”, subrayó.
Agregó que México enfrenta un doble reto en problemas de salud alimentaria, ya que por un lado persiste el de reducir la desnutrición entre los niños menores de cinco años y mujeres embarazadas y en etapa de lactancia, y además se suman enfermedades como anemia y obesidad, que a diferencia de la desnutrición, no se centran en las personas de niveles socioeconómicos bajos, sino afectan a una población heterogénea, y principalmente en zonas urbanas, en el caso de la obesidad.
Por su parte, Gustavo Merino Juárez, subsecretario de prospectiva, planeación y evaluación de la Secretaría de Desarrollo Social, indicó que el alza mundial en los precios de los alimentos, que ya ha afectado al país, puede no sólo significar un incremento en los índices de pobreza, sino reducir los avances en nutrición.
Para responder a esta situación, dijo, el gobierno federal ha establecido una serie de medidas, incluyendo aquellas para ampliar la producción, reducir el precio de aranceles y reforzar programas alimentarios. Dijo que se ha destinado una transferencia monetaria adicional de 120 pesos mensuales a las familias más pobres y que ya son beneficiarias de programas sociales, como Oportunidades, para que puedan alcanzar un nivel de consumo similar al que tenían.
En tanto, el representante del Banco Mundial para México y Colombia, Axel van Trotsenburg, señaló que el problema alimentario no se resolverá a corto plazo, aunque México fue uno de los países de América Latina en implementar medidas importantes para enfrentar la crisis mundial de los alimentos. Sin embargo, subrayó que no se ha dado un impulso adecuado a los productores nacionales, especialmente a los pequeños, como parte de la estrategia para salir de la crisis alimentaria.
En las décadas recientes el sector agropuecuario del mundo no ha recibido toda la atención que requiere. Recordó que en México en los años 70 surgió un apoyo importante a dicho sector, por lo que llamó a revisar esa tendencia y “prestar más atención sobre todo a los pequeños agricultores”, promover la productividad relacionada con los insumos y la infraestructura rural, y repensar la política regional, la inclusión que permita beneficiar el crecimiento económico en todo el país y “reducir la brecha entre el norte y el sur” de México.
Recordó que la pobreza en el país todavía afecta a 45 por ciento de la población. El tema no es tan fácil de resolver, dijo, y entre otros factores se requiere un verdadero compromiso político y un trabajo multidimensional.
Cómo podría ser de otro modo si en general a la gente derecha no le interesan los pobres, lo que quisieran es que se murieran los más pronto posible, porque los desprecian y no los consideran sus iguales.
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