Carlos Fernández-Vega
Las tradicionales “válvulas de escape” social para países como México tienden a cerrarse por efectos de la recesión en el “motor del mundo”. Mucho se ha escrito sobre el paulatino descenso en el monto de remesas que los expulsados de su tierra puntualmente envían a sus naciones de origen y el efecto económico que ello provoca, pero poco sobre el deterioro de las condiciones en las que ellos intentan sobrevivir, a la vez que mantener a sus familias, a miles de kilómetros.
En este sentido, el Pew Hispanic Center, con sede en Washington, ayer hizo pública una encuesta que incluye a residentes e inmigrantes (documentados o no) llamados “latinos”, entre los que la mexicaniza es indiscutiblemente mayoritaria, con un resultado por demás preocupante, que muestra el acelerado deterioro en las condiciones de vida en el dorado país del norte.
Revela la encuesta del Pew Hispanic Center que la mitad de los “latinos” en Estados Unidos (puertorriqueños incluidos) considera que su situación en el país es peor ahora que un año atrás, y el “pesimismo” prevalece especialmente entre los inmigrantes, que representan 52 por ciento del total de hispanos adultos que viven en aquel país. Así, 63 por ciento de los “latinos” inmigrantes coincidió en que para ellos el panorama se ha oscurecido con respecto a lo que registraban por estas fechas, pero de 2007, cuando el número de respuestas en dicho sentido representó 42 por ciento del total. Sólo 10 por ciento cree que su situación ha mejorado, contra 22 por ciento que en igual sentido se manifestó 12 meses antes.
Las respuestas negativas entre los “latinos” (residentes legales o no) muestran un sustancial crecimiento si se comparan las encuestas de 2007 y 2008. Por ejemplo, 38 por ciento de los hispanos con derecho a voto consideró que su situación empeoró entre un año y otro, un incremento de 48 por ciento con respecto a lo que 12 meses atrás respondieron. En sentido contrario, los que afirmaron estar mejor pasaron de 31 a 18 por ciento en igual lapso.
Para los estadunidenses de origen “latino” la perspectiva no es más grata: las respuestas negativas se incrementaron 50 por ciento, mientras las positivas se redujeron en igual proporción. En el universo hispano residente en Estados Unidos, 50 por ciento consideró que ha empeorado su situación, 35 por ciento que se mantiene igual que el año pasado, y sólo 13 por ciento que mejoró, contra 33, 38 y 26 por ciento, respectivamente, de las respuestas en 2007 (la diferencia es atribuible a las respuestas “no contestó”). Los “latinos” con menor ingreso y escolaridad son más propensos que los de mayor ingreso y escolaridad a contestar que su situación empeoró, anota el Pew Hispanic Center.
La encuesta revela no sólo el deterioro económico y laboral de los “latinos”, sino el efecto que en ellos ha provocado el refuerzo de la política contra los inmigrantes desarrollada por la Casa Blanca y los gobiernos estatales. En este sentido, 76 por ciento de los “latinos” rechaza las redadas en los centros de trabajo; 70 por ciento que se criminalice a los empleadores y 73 por ciento que se considere delincuentes a los inmigrantes indocumentados. En igual sentido, 81 por ciento de la comunidad hispana (documentada o no; residentes o nacidos en Estados Unidos) rechazó que sean las policías locales las que se dediquen a combatir a los inmigrantes, dejando la iniciativa a las autoridades federales.
Los hispanos, apunta la institución, deben hacer frente a la pérdida de un sinnúmero de empleos producto de la deteriorada situación económica que azota a Estados Unidos. Dos de los sectores más afectados son los sectores de la construcción y las manufacturas. Aún así, más de 15 por ciento de los hispanos inmigrantes reportó que en el último año han tenido problemas para encontrar o mantener el empleo debido a su origen, “por ser latino”, sin importar su condición migratoria. Por las mismas causas, 10 por ciento denunció problemas para encontrar o mantener una casa habitación.
En otro contexto, el Pew Hispanic Center señala que los hispanos representan un importante grupo de votantes con miras a las próximas elecciones (noviembre 2008). Actualmente, anota, 65 por ciento de los “latinos” registrados para votar se identifican, más o menos, con el Partido Demócrata, y sólo 26 por ciento con el Partido Republicano. La diferencia de 39 puntos porcentuales entre una y otra preferencia es la mayor que se observa en la última década y refleja el crecimiento de la identificación entre los “latinos” registrados para votar a favor de los demócratas, al suponer que se “preocupan más” por su situación.
Por lo anterior, de acuerdo con la encuesta del Pew Hispanic Center, 52 por ciento de los “latinos” en Estados Unidos (con derecho o no al voto) estaría dispuesto a sufragar a favor de Barack Obama, toda vez que lo catalogan como “mejor para los inmigrantes” y, en igual sentido, sólo 10 por ciento por John McCain; 32 por ciento consideraron que no hay diferencia entre ambos, y el restante 6 por ciento no respondió.
Lo anterior en términos generales, pero dentro de la comunidad “latina” con derecho a voto, 50 por ciento se manifestó por Obama (“es mejor para los inmigrantes”) y sólo 12 por ciento a favor de McCain. Se mantiene el 32 por ciento de “no hay diferencia” y el no contestó se redujo a 2 por ciento.
En cualquiera de los casos, no habría que esperar mayores cambios o mejor disposición hacia la comunidad “latina” en Estados Unidos. A lo largo de la historia, se han sucedido presidentes demócratas y republicanos, y las condiciones para los hispanos no han mejorado gracias a “la decidida intervención” ni la gracia del gobierno estadunidense. Las mejorías han sido producto de la movilización de dicha comunidad en defensa de sus derechos, y esa debe seguir siendo la línea de acción.
Las rebanadas del pastel
¡¡¡Salud y larga vida!!! Un enorme y solidario abrazo, con su respectiva felicitación y celebración, para la comunidad jornalera (accionistas, trabajadores y lectores), en el 24 aniversario de La Jornada, la joven más bella del periodismo mexicano… Y para este fin de semana, cuando la teoría del miedo inunda los hogares mexicanos, va la recomendación de dos excelentes películas relativas al tema, manipulación política incluida: V de Venganza (V for Vendetta, de James Mcteigue, con Natalie Portman y Hugo Weaving) y Wag the dog (dirigida y protagonizada por Robert de Niro, con Dustin Hoffman). El miedo, real o ficticio, es la herramienta más utilizada para “gobernar”.
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