martes, agosto 18, 2009

Cómo las películas gringas nos lavan el cerebro

Sique

Ayer, muy tarde, cuando me disponía a dormir, agarré una película gringa a la mitad. Era de Brian Dennehy y teniendo un buen recuerdo de este actor cuando dirigido por Peter Greenaway actúo en "La Panza del Arquitecto" la dejé. De bulto pude observar la forma en que las películas de Hollywood difunden información falsa para satanizar a quienes consideran "enemigos". Es una película de los 80's de manera que no es difícil adivinar que el "demonio" a quien se refieren ahí es Fidel Castro.

Al sólo ver la segunda mitad no pude enterarme bien de la trama desde su incio pero más o menos iba en el sentido de que un policía renunciaba porque era acusado por una mafia corrupta del poder gringo que no quería ser descubierta por utilizar dinero del narcotráfico para patrocinar la contrainsurgencia y los paramilitares en Centroamérica. Hasta ahí todo va bien, sin embargo era una trampa. Esto, que sería verdad, estaba complementado con dos magnas mentiras.

Las magnas mentiras a las que me refiero es que:
1) cuando este policía "bueno" con otros dos, también "buenos" y ya fuera del ejercicio descubren a los corruptos, uno de éstos declara que colaboró con los corruptos intervencionistas porque de cualquier forma había que frenar a estos "fucking communists" (los insurgentes centroamericanos). Castro había asesinado a toda su familia y esta masacre la habían pasado por la televisión en Cuba.

2) si bien muestran un sector corrupto dentro del gobierno, la parte buena (los policías) triunfa, los policías son restituidos en sus cargos y la justicia se impone. Es decir, desvirtuan la colaboración que el gobierno de Estados Unidos tuvo en la guerra de Centroamérica con dinero de las drogas y se presentan como un país que aunque con algunos defectillos, algunas piedrillas en el camino, es modelo de justicia, libertad y democracia.

El hecho de que un personaje diga que bajo el régimen de Castro se asesinaban familias enteras y que este crimen pasaba por la televisión es verdaderamente una infamia. No sólo calumnian al líder de la Revolución cubana presentándolo como un brutal asesino sino que ofenden profundamente al pueblo cubano. Si se tienen dos dedos de frente, es impensable que un Castro como el que pintan haya sostenido un régimen tan asesino por 50 años y que dentro de los cubanos de la isla no sólo obtenga un 90% de aceptación sino que sea respetado y amado por la mayor parte. Qué clase de pueblo sería ése, si lo que dice el lagrimeante personaje fuese cierto. Pero como a la mayoría, ya el sistema les ha quitado los dos dedos de frente y está sujeta a un bombardeo de mentiras de los grandes medios, tiende a repetir estas patrañas irresponsablemente.

Así, en gran parte de las películas gringas no pierden ocasión de satanizar a quienes no concuerdan con sus políticas y van creando opiniones equivocadas a nivel mundial. Utilizan su cinematografía para crear matrices de opinión en todo el mundo porque no debemos olvidar que el cine gringo invade el 90% de las salas cinematográficas del planeta y así construyen una ideología dominante. Sus perversas mentiras impiden el progreso de la humanidad, no permiten que regímenes más democráticos, justos y humanos puedan ser imitados por otros países porque los satanizan e insertan en el imaginario colectivo un falsa realidad con tal de mantener su hegemonía.

Ya es tiempo de que nos demos cuenta y nos vacunemos contra la mentira, analícen todo lo que ven y se irán dando cuenta de las dimensiones en las que nos han lavado el cerebro.

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