martes, agosto 18, 2009

Leyes pro vida, fracaso cultural de la derecha, señala Monsiváis

*Envía participación por escrito a la consulta organizada por el Congreso de Querétaro
*Castigar la interrupción del embarazo sería un retroceso histórico, advierte Hugo Gutiérrez Vega
*Patricia Mercado exhorta a panistas a no insistir en los errores que causaron su derrota electoral


Imagen del 24 de julio, cuando un grupo de mujeres se manifestó frente al Congreso de Querétaro, donde se llevaba a cabo una sesión de la Comisión de Puntos Constitucionales sobre la llamada ley antiaborto .Foto Demián Chávez
Mariana Chávez
Corresponsal

Querétaro, Qro., 17 de agosto. La derecha quiere fiscalizarlo todo, y su campaña contra la despenalización del aborto es porque desemboca en la ampliación del Estado laico, que se da partir de las exigencias de la bioética y los derechos ocultos de minorías y mayorías, pospuestos o cancelados hasta ahora, señaló el escritor Carlos Monsiváis.
“A la derecha le importa el ejercicio del poder, que le permite negociar y refrendar a la sociedad que vive en culpa y pecado”; pero la lucha del Partido Acción Nacional (PAN) contra la despenalización del aborto, con apoyo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sólo ha tenido un éxito legislativo que “no significa gran cosa”, pues desde el punto de vista de la sociedad hay una “despenalización moral” expresa.
En la participación que envió por escrito a las audiencias públicas del Congreso local, donde se analiza la llamada ley antiaborto del estado, Monsiváis asegura que negar a mujeres violadas el derecho a abortar, como ya se aprobó en varios congresos estatales, implica “simplemente creer que las concepciones medievales regresan al gusto de una minoría”.
Se preveía que el escritor expondría su punto de vista ante los diputados de la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso local, pero no acudió y su ponencia de 10 cuartillas fue leída por Modesto Sixtos Cervantes.
En su texto, Monsiváis define la derecha como una “decisión de pensar por los demás y ordenar a los demás un comportamiento”, y como “la usurpación organizada del libre albedrío en nombre de Dios o de la empresa y el libre mercado u otros componentes de la Trinidad, la moral y las buenas costumbres”.
La derecha, añade, es la herencia virreinal que se extiende a la “tradición de intolerancia hasta 1857”, cuando el desarrollo de las libertades, principalmente la de culto, se logra merced a las Leyes de Reforma, aunque en su enfrentamiento con el Estado se arrogó “el control de la formación de la clase dirigente” para también apropiarse de la “educación de las elites”.
La derecha, recordó, hizo campaña contra la educación sexual en 1932, cuando el entonces secretario de Educación, Narciso Bassols, proponía incorporarla en la instrucción primaria y secundaria; mientras, la censura se volvió su “enclave más poderoso” y sirvió para negar a la sociedad “la mayoría de edad sicológica y cultural”.
Otra fortaleza de la derecha, agregó Monsiváis, es el control histórico sobre las mujeres, con “la consagración del machismo en la vida social” y la culpabilización de las víctimas, que ha prevalecido hasta fechas recientes. Sin embargo, el aborto ya es “un tema más”, no un tópico prohibido, lo cual “prueba el fracaso cultural de la derecha, que no entiende las limitaciones del mero triunfo legislativo”.
El “bastión central de la derecha”, escribió, es la noción de pecado y el sentimiento de culpa, al estar contra el cine “obsceno” de los años 50 y lanzar campañas “desde los púlpitos contra Agustín Lara y Cri-Cri, o con la quema de revistas pornográficas” y el decomiso de material “pecaminoso” antes de llegar a expendios de periódicos y revistas.
El poeta Hugo Gutiérrez Vega tampoco pudo acudir. Su ponencia, leída por Luis Felipe Zamudio, indica que oponerse a la despenalizacón del aborto es un retroceso histórico, una falta de respeto a la capacidad de decisión de las mujeres y un ataque al Estado laico.
Martha Lucía Micher Camarena, directora del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, dijo que un Estado que penaliza el aborto sacrifica la vida de las mujeres embarazadas, las deshumaniza, atenta contra su carácter de personas y las confunde con un simple vehículo de desarrollo molecular.
Si los diputados locales aprueban la iniciativa presentada por el panista Fernando Urbiola Ledesma “estarán violando tratados inernacionales en materia de derechos humanos”, advirtió la funcionaria capitalina.
Patricia Mercado, ex candidata del Partido Social Demócrata a la Presidencia de la República, llamó a los legisladores panistas de la entidad a “recuperar su camino y su doctrina democrática”, en lugar de cometer más errores como los que provocaron su reciente derrota electoral.

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