De HHR
El gobernador de Sonora Eduardo Bours endurece la CENSURA contra medios
impresos objetivos.
Álvaro Cepeda Neri / Columna Contrapoder / Contralínea.
I.– A la par de la revista Proceso, editada semanalmente, el reportero y editor Miguel Badillo, con un grupo de investigadores del periodismo (reporteros y analistas) ha puesto en circulación una revista quincenal con el nombre de Contralínea desde la capital del país y, con información de los estados de la República, una docena de hermanas de la misma con igual
nombre, pero con apellido según la entidad. Entre éstas: Contralínea-Sonora, interrumpida hace dos meses por las presiones del actual troglodita y (des)gobernador sonorense Eduardo Robinson-Bours, el poderoso socio principal de la huevería Bachoco.
II.– Se ha reanudado Contralínea-Sonora bajo la dirección de este columnista y, claro, con gran sentido crítico y veraz sobre lo que sucede en Sonora, principalmente sobre los abusos del señor Robinson-Bours, quien lleva tres años y pico apretando, cada vez más, la censura sobre los medios de comunicación y contra el periodismo independiente. No sólo ha estado, pues,
ladrando contra las libertades de prensa, sino utilizando su sistema de espionaje y sus policías disfrazados de civiles más sus sicarios dispuestos a todo escudados en la cobardía del anonimato, quienes detienen y persiguen a los periodistas.
III.– No solamente ha pretendido demandar al periódico El Imparcial, sino que hasta se burla de la misteriosa desaparición de su reportero Alfredo Jiménez, ya con más de un año sin saber sobre su paradero y quien investigaba, entre otros temas, los relacionados con el narcotráfico y sus nexos con la narcopolítica sonorense. Al resto de los medios de comunicación los tiene, dice orgulloso en su prepotencia, muy bien controlados con la censura previa o no hay publicidad oficial ni privada.
IV.– Pero como Contralínea-Sonora le sacó la vuelta a sus trogloditas embestidas, presiones y
controles, ha desatado una feroz persecución contra quienes en ella colaboran. A este columnista y director de la misma lo ha estado siguiendo en automóviles sin placas mientras que, a los números telefónicos de su domicilio particular y oficina de trabajo se hacen
constantes amenazas para que cese de ejercer los derechos profesionales y ciudadanos de crítica e información sobre el robinson-boursismo. Esto ha provocado, además, detenciones arbitrarias y la clásica confiscación de la revista para impedir que circule en Sonora.
V.– Ha llegado, incluso, la abusiva campaña de Robinson B. a comprar toda la edición de Contralínea nacional para también tratar de que la opinión pública de la capital del país y donde circula, se entere de las embestidas a la prensa cuando ésta expone la caciquil administración de quien está detrás de la candidatura de Jackson, en complicidad con la maestra Elba Esther Gordillo, para apoderarse del PRI y tener otro instrumento para sus
fines, como si todo fuera un Bachoco a lo bestia, monopólicos e imponer en el poder económico y político a su mafia empresarial y a su facción política.
VI.– Ha recogido, sin pagar siquiera, toda la edición de enero de Contralínea-Sonora, en un acto arbitrario donde se daba cuenta de cómo él y por medio-complicidad de su hermano Ricardo, se están expropiando a su favor la Isla Tiburón para quitársela a los indios seris. También, en la edición de febrero, con información directamente investigada, se publica cómo los Robinson-Bours están presionando a los yaquis para despojarlos de sus bienes inmuebles: las ricas tierras de El Yaqui en sus diferentes pueblos: Vícam, Bácum, Pótam, etcétera.
VII.– Convertido en un inquisidor desde el abuso del poder, resolvió irse contra Contralínea-Sonora y en su soberbia anuncia, por medio de sus empleados que filtran información “cara-a-cara” porque saben que sonespiados en sus oficinas, sus domicilios y teléfonos e incluso seguidos a donde van, por lo cual transmiten a terceros lo que saben, anuncia repito, que no permitirá la circulación de la revista en Sonora.
VIII.– A los que reparten la revista en la entidad los ha presionado y amenazado, al grado de hasta inmiscuir a sus familias y amigos. Se trata de una cacería y para lo cual usa los instrumentos del poder, desviándolos de sus funciones legales, para sus fines ilegales y de retadora prepotencia. Robinson-Bours está más que dispuesto a llevar su abuso del poder hasta las últimas consecuencias contra los periodistas que cuestionen sus actos fuera de razón, consecuencia de su despotismo pueblerino y de quien se asume como dueño de la entidad a la que ha sometido a su mal y extralimitado gobierno.
IX.– Al haberse apropiado de Contralínea-Sonora y arbitrariamente atropellado a quienes la distribuyen, ha cometido un atentado al pisotear la constitucionalidad que ampara a quienes hacemos y escribimos en la revista mensual que habrá de pasar a semanal para ventilar todos los aspectos y caras del robinson-boursismo y de cómo se ha ido apropiando de “vidas y
haciendas” de los sonorenses que no encuentran la hora de que Robinson B. se vaya del poder estatal.
X.– Hecho un troglodita de la misma estatura inmoral que su maestro en esas felonías, el nefasto primer troglodita Nelson Murat, el ex desgobernador oaxaqueño que incendió a esa entidad, no cabe duda que pretenderá ir por más para silenciar la revista. Pero ésta no se rendirá y aumentará su periodicidad, de mensual a semanal, como respuesta a su inquisitorial
censura y actos contra periodistas y trabajadores de Contralínea-Sonora, propios de un desgobernador desquiciado. Así, Bours mandó detener y encarcelar a Mauricio Capdevielle Flores y ha ordenado persecuciones en la capital del país contra Alejandro Capdevielle Flores, contra este columnista y contra Miguel Badillo, director general de Contralínea.
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