Asimetrías
Por
Fausto Fernández Ponte
Gracias a Dios... Otra vez
I
El Presidente de Facto de México --cada día un país menos nuestro--, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón (así se llama), se adelantó a dar gracias a Dios ya que Dean sólo causó daños menores.
¿Daños menores? Que lo digan los miles y miles de damnificados en la península de Yucatán, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas e incluso Hidalgo y Puebla y en el Valle de México. La destrucción es enorme.
¿Daños Menores? No hubo saldo blanco --como afirmó el Presidente de Facto--, sino rojo: al menos diez personas perdieron la vida o se hallan desaparecidas a consecuencia del meteoro.
Y éste --el huracán--, criatura del Gran Hacedor de Todas las Cosas Habidas, Habientes y por Haber, según el dogma infalible e inapelable, había dañado brutalmente, como siempre, a los más vulnerables.
Y los más vulnerables son, en México, los pobres y miserables en gradación variopinta que en esos y todos los demás estados de nuestra Federación conforman una abrumadora y lacerante mayoría.
II
Magras y endebles viviendas destruidas por el viento, la lluvia y las inundaciones; bienes --pocos y precarios-- perdidos; cultivos devastados; aislamiento e incomunicación y epidemias.
Más no sólo eso. La esperanza aleve de auxilio solidario del Estado es desplazada por la desesperanza. A ésta la nutre la suspicacia de que la ayuda --prometida por políticos-- no llegará.
Esos miles y miles de damnificados están solos.
Si acaso, la ayuda del Estado --promesa pública del proio Presidente de Facto-- se les haría llegar mediante ¡créditos! Estos causan intereses. Negocio.
Y de los grandes, cuyos beneficiarios serán --ya lo adivinó usted, caro leyente-- los bancos que manejarán fondos estatales (de los contribuyentes) destinados a la ayuda a los damnificados.
Pero éstos son pobres, de modo que no todos tendrán acceso a los créditos --ayuda prometida por el Presidente de Facto-- pues no están en condición de pagar intereses por bajos que éstos fueren.
III
Los gobiernos locales, por otra parte, regalarán una lámina aquí, un saco de cemento allá, una despensa acullá, pero a un costo: fidelidad comicial --como en Veracruz-- a candidatos tricolores.
La ayuda a damnificados tiene fines clientelares. Desde el propio Presidente de Facto hasta el más ( o sea de los contribuyentes) oscuro alcalde de pátina blanquiazul. La ayuda regalada no es, pues, gratis, sino negocio político.
Esto nos lleva a la gratitud presidencial al Altísimo por los "daños menores" causados por Dean. Quizá lo que le agradecía el Espurio a Dios es la oportunidad de hacer más negocios.
Así, más que daños menores, beneficios mayores. Ello nos llevaría a concluir que la pobreza es un pingüe negocio para pocos: para unos, monetario; para otros, político. Ninguno pone. Y todos ganan.
También nos llevaría a concluir que el Creador está del lado de los que siempre se benefician de los desastres naturales --"actos de Dios"-- y no con los pobres, los damnificados de siempre.
ffponte@gmail.
Glosario:
Aleve: leve. Ligero. Casi imperceptible.
Comicial: de comicios, elecciones.
Pátina: delgada capa de pintura u otra sustancia adherida a algo.
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