Carlos Fernández-Vega
Si progresa el plan de Juan Molinar Horcasitas, la principal institución de seguridad social del país corre el riesgo de cambiar no sólo su nombre, sino su razón de ser, y transformarse en la Empresa Mexicana del Seguro Social, porque de acuerdo con el politólogo metido a gerente, ese es el único futuro predecible para el IMSS bajo el gobierno de la “continuidad”.
Cuando menos eso adelantó a los representantes de Canacintra con quien días atrás se reunió. A ellos (presidente nacional del organismo, Miguel Marón Manzur, e integrantes del sector industrial médico nacional proveedor del instituto) advirtió: “… el IMSS debe ser administrado como una empresa y es así como lo llevo a cabo… aquí no se fomenta la política industrial del país… además he tomado muy en cuenta que tienen que llevarse a cabo licitaciones públicas de subasta en reversa… es más, el Seguro Social es una gran aseguradora, por lo que tiene que contratar servicios integrales como se hace en Inglaterra y en otros países de Europa… De hecho, ustedes más bien deben ir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ver si allí les resuelven su problema…”
En resumidas cuentas, la citada es la respuesta institucional del ex consejero del IFE a los reclamos que de tiempos atrás hacen pequeñas y medianas empresas del sector industrial médico y farmacéutico del país, quienes han denunciado la cerrazón del IMSS, arbitrariedad y opacidad con las que dicho instituto lleva a cabo sus licitaciones, cuyas principales beneficiarias resultan ser las grandes trasnacionales, condenando a muerte a ese sector de la industria nacional. Y como se quejan, el empresario Molinar Horcasitas los manda mucho a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Los afectados informaron que “ante tal posición negligente y beligerante de Molinar Horcasitas como director del IMSS, los miembros del sector industrial médico de Canacintra tomamos la decisión de realizar (algo por demás insólito), ayer un mitin-plantón frente a las instalaciones del IMSS”, por estar en riesgo las pequeñas y medianas empresas mexicanas de este sector (alrededor de mil 500), en las que laboran más de 50 mil jefes de familia.
La historia, resumida por quienes fueron enviados mucho a la Suprema Corte, es la siguiente: el sector de la industria médica de Canacintra ha sido gravemente afectado por las disposiciones establecidas por el gobierno federal en materia de adquisiciones, y que se han venido aplicando en el IMSS, donde los procedimientos de licitación pública para el abasto en 2008 del instituto son una réplica de los procesos licitatorios irregulares, inconsistentes e ilegales de 2006 para el abasto del presente año; donde los funcionarios responsables del área de abasto del IMSS en nivel central (Alvaro Valdés Girón y Agustín Amaya Chávez) aseguran tener la facultad de imponer “precios máximos de referencia”, siendo éstos los mínimos a los que ha comprado el instituto a nivel internacional y nacional, convirtiendo los eventos licitatorios en ilegales con depredación de precios y práctica inequitativa de comercio. Lo anterior, explican, en virtud de que ninguna de las leyes involucradas en este asunto faculta a los funcionarios del área de abasto del IMSS a establecer “precios máximos de referencia”, ni a solicitar “descuentos” sobre esos precios.
Esta fórmula de adquisición del IMSS fue avalada por Molinar Horcasitas en la reunión del 13 de agosto del 2007, cuando el presidente nacional de Canacintra e integrantes y representantes de su sector industrial médico externaron su total desacuerdo, queja y denuncia ante estas circunstancias, ya que existe una afectación directa y negativa a la integridad competitiva y financiera de las empresas mexicanas, sometiendo su participación a procesos licitatorios con prácticas de comercio depredatorias, favoreciendo la importación de productos manufacturados en China, Malasia y/o India, entre otros países, situación que promueve la quiebra de empresas mexicanas y el cierre de fuentes de trabajo. Y el director del Seguro Social canceló toda posibilidad de ordenar y/o reorientar estas circunstancias.
Esta drástica y extrema decisión, refieren, también se sustenta en que la denominada “subasta en reversa” y los “servicios integrales” son métodos licitatorios ilegales y depredatorios hacia las empresas productoras mexicanas y favorecen a las importadoras, lo que acentúa la quiebra de las primeras y el consecuente cierre de fuentes de trabajo en el país.
Ante tal panorama, “le hacemos un llamado a Juan Molinar Horcasitas para no perjudicar al sector industrial médico de Canacintra, y para que cumpla con el objetivo de que el IMSS sea dirigido como una institución mexicana de seguridad social, exhortándolo al apego estricto a las leyes, y no a la interpretación facciosa de nuestro marco legal, sino a su aplicación contundente y así evitar el desabasto, la corrupción, la adquisición por otras vías a precios más elevados, la pérdida de empleos y la caída en cascada de la competitividad”, que lleva a la miseria de las empresas mexicanas.
¡Y sólo lleva nueve meses en el cargo!
Llamado que no va a atender Juan Molinar Horcasitas, nada bueno puede esperarse de uno de los individuos más deleznables del régimen corrupto, uno de los principales impulsores del desafuero.
Las rebanadas del pastel
Historias de tarjetas: “me llegó una carta de Santander-Serfin en la que me dicen que como buen cliente que soy de su tarjeta de crédito y para ‘ayudar’ a mi economía familiar, me condonan el pago mínimo para el mes que viene; es decir, no tengo que pagar nada, cero mínimo. Ajá, pero viene un asterisco y, al calce, con la consabida letra chiquita, dice que los intereses y comisiones se seguirán calculando y corriendo de la misma forma, y se tendrán que pagar al mes siguiente al de la ‘oferta’. ¿Cómo ve el sistema de los bancos de sacarle más dinero al cliente? ¿No es risible? Sin embargo, ¿cuánta gente sin cultura de manejo de tarjeta de crédito no caerá en sus redes? ¿Y la Condusef? Bien, con la vista gorda para hacerles su agosto a los bancos” (de un tímido lector, que prefiere el anonimato).
¿La Condusef? La Condusef está dirigida por nada menos que el ultraderechista, hiper reaccionario de Luis Pazos, ¿qué va a hacer esta cucaracha por el tímido lector?
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