lunes, agosto 20, 2007

¿La izquierda nos soprende?







LAS IMAGENES SIEMPRE DICEN MAS QUE MIL PALABRAS........
El día de hoy es necesario que realmente se revise qué sucede en la izquierda de nuestro país, dejar de señalar un poco a Felipé Calderón y toda la mierda que avienta al país junto a todos sus secuaces,no se debe negar todo lo que ha generado su presidencia impuesta claro que no, pero hoy la vista debe estar puesta en dar un giro a la izquierda mexicana, hacer una introspección de qué le pasa a la izquierda, asumir que en esta izquierda hay vampiros políticos, vampiros que viven y se alimental del dolor de los más necesitados, VAMPIROS DEL PODER, exactamente iguales a los que existen en esa ultra derecha PAN acompañada del centro que es el PRIismo, y con todo estos sucesos nos preguntamos ¿porqué la gente no vota?, ¿porqué la gente no voto en Oaxaca ?desgraciadamente con todos estos acontecimientos se le da margen a los que mantienen oprimido el país, a ese fascismo que tanto criticamos y que lamentablemente se vive dentro de esos que dicen tener cambios para el país. hoy citaremos nuevamente aquel articulo lleno de mensajes escrito en septiembre del año pasado y que desgraciadamente pocos tomamos en cuenta, la zorra izquierdista y las uvas verdes, de Luis Peréz, donde sí realmente revisamos y leemos detenidamente dice mucho de lo que ha sucedido en la izquierda, la izquierda esta en un momento en el cual debe revisar realmente para donde va, un momento de renovar y replantear que sucede con su postura, un momento que deben aprovechar y entonces limpiar, terminar primero con eso que le hace daño, urge dejar de culpar a los demás de lo que se propicia dentro de esta oposición, asumir que se han cometido errores nefastos que ayudan al fascismo dándole armas para descalificar cada una de las movilizaciones que hay, esto daña no solo a un partido, daña a todo el pueblo que se encuentra en desacuerdo con la forma en la que los "gobernantes" han llevado durante décadas a México.

La zorra izquierdista y las uvas verdes

Escrito por Lluís Pérez lunes, 11 de septiembre de 2006

Todos conocemos la fábula de la zorra y las uvas. La zorra, al ver las uvas colgando apetitosamente del árbol, corrió rauda a arrancarlas pero, al darse cuenta de que estaban demasiado arriba como para alcanzarlas, se dijo a si misma "bah, en realidad no las quiero, están verdes". Se trata de un comportamiento habitual en los seres humanos que tiene un nombre: preferencias adaptativas. La mayoría de nuestras preferencias lo son. Si nuestro atractivo no da como para encontrar la pareja que deseamos, nos convencemos de que la que conseguimos lo es. Si llevamos mucho tiempo con una misma pareja y deseamos abandonarla pero nos vemos impedidos (por sentimiento de culpa, por presión familiar, por miedo...) nos autoconvencemos de que en realidad queremos a nuestra pareja. Si nuestro sueño era pilotar aviones y acabamos siendo ingenieros aeronáuticos, nos aseguramos a nosotros mismos que en el fondo hemos tenido mejor destino del que soñábamos tener.

No cabe duda de que la adaptación de preferencias es tan efectiva como frágil y peligrosa: en el fondo, nuestras frustraciones siguen ahí, y pueden reaparecer asiduamente en nuestras vidas en forma de estrés, depresiones y trastornos psicológicos de lo mas diverso. O lo que es peor: en simple y asfixiante infelicidad. No obstante, estas frustraciones reprimidas no suelen afectar mas que a la persona que las padece y, como mucho, a quien tiene la mala pata de caer en su círculo social. Las cosas normalmente se quedan aquí y no ocasionan daños a nadie mas.

Resulta otro cantar cuando son los movimientos políticos los que adaptan sus preferencias a lo que les parece que es la realidad. Entonces, los que salen perjudicados son todos aquellos que, de un modo u otro, creen en los proyectos que encarnan dichos movimientos políticos, así como los sectores sociales que se podrían haber beneficiado de la realización de esos proyectos. Tal adaptatividad de preferencias no tiene nada que ver con el necesario realismo que debería presidir la actividad política, con el "me gustaría lograr X pero soy consciente de que solo puedo obtener Y". No. De lo que hablo no es de reconocer que uno no puede alcanzar las uvas (algo muy sano si es realista, por cierto), sino de hacer de la necesidad virtud, de convencerse de que en el fondo uno no quiere las uvas.

La Izquierda lleva sufriendo este mal desde mucho antes de que cayese el Muro de Berlín, y lo sigue sufriendo aun hoy en día. Dejando a un lado a los eternos soñadores despreocupados de la realidad política, la Izquierda vive hoy en día con el ruido de fondo de que "debe repensar sus valores". Como si la Izquierda pudiese ser Izquierda sin los valores que la forjaron durante la Revolución Francesa, entre ellos la consabida trilogía de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Cuando la Izquierda, derrotada total o parcialmente, se pone a "repensar sus valores" lo que sale de ello es algo naturalmente humano: una adaptación de preferencias, una aceptación del mismo estado de cosas que nos da la medida del fracaso de la Izquierda como movimiento político. De "la igualdad es deseable pero imposible" (tesis discutible, pero aun así aceptable desde los valores de la Izquierda) hemos pasado a "la igualdad es, de algún modo, indeseable". El círculo se ha cerrado y la zorra izquierdista ya ha despreciado las uvas que, de hecho, siempre ansiará para sí porque están en el origen de su propia existencia como movimiento político.

Como decíamos antes, se trata de una estrategia para combatir la frustración; una estrategia humana muy comprensible pero a largo plazo ineficaz y perjudicial. Y, en todo caso, una jugada un tanto mísera. Pero, tal y como sucede en la vida personal de cada uno, al final lo mejor es siempre encarar los problemas tal como son y tener claro lo que uno quiere, lo que realmente desea, para así poder imprimir dirección y sentido a sus acciones incluso en las situaciones de derrota. Mejor aun: precisamente en las situaciones de derrota y desorientación es cuando mas necesitamos reafirmar nuestros valores y preferencias, porque estos son necesarios no solo para saber como queremos que vayan las cosas sino, sobretodo, para que sepamos reconocer cuándo las cosas no están yendo como querríamos que fuesen. Eso nos servirá para preparar el próximo round y, aun cuando no fuese así, como mínimo sería mas digno y mas saludable a la larga que el autoengaño, que finalmente no deja de ser pan para hoy y hambre para mañana. Esa es la reflexión mas importante que debería hacerse la Izquierda de hoy en día.

Este artículo pertenece al Dominio Público por expresa devolución del autor al mismo.
FRIDA.

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