Participan unas 5 mil personas; jornada tranquila respecto a 2006, según jefa de gobierno
Reuters
Familiares de víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, portan fotografías de mujeres asesinadas, ayer, durante una marcha en Santiago de Chile Foto: Ap
Policías detienen a un manifestante durante uno de los actos convocados por agrupaciones de derechos humanos Foto: Ap
Santiago, 9 de septiembre. Miles de personas participaron hoy en actos celebrados en la capital chilena en homenaje al ex presidente Salvador Allende y para condenar el golpe de Estado que lo derrocó el 11 de septiembre de 1973, que terminaron con 147 detenidos y un policía herido, en lo que la jefa del gobierno regional del área metropolitana de Santiago, Adriana Delpiano, consideró “una jornada tranquila dentro de la situación que se podía prever”.
Unas cinco mil personas, la mayoría integrantes de organismos defensores de los derechos humanos y miembros de partidos de izquierda, se reunieron a las diez de la mañana en la Plaza de los Héroes, en el centro de Santiago. De ahí, los manifestantes pretendían pasar junto al Palacio de la Moneda, sede del poder ejecutivo, y llegar hasta el Cementerio General para rendir homenaje a los tres mil muertos de la dictadura del general Augusto Pinochet, que falleció en diciembre pasado cuando estaba bajo arresto domiciliario por una de las múltiples querellas penales presentadas en su contra por violación de los derechos humanos durante su régimen (1973-1990).
Al llegar a la sede del gobierno, sin embargo, unos mil 500 policías obligaron a los manifestantes a rodear la casa presidencial para evitar los desórdenes que se produjeron el año pasado, cuando un joven arrojó una bomba molotov contra una ventana del palacio.
La dirigente de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos Viviana Díaz afirmó entonces que Chile ha vuelto “a los peores días de la dictadura, rodeados por carabineros”. Varios grupos de su organización intentaron entonces romper el cerco policial, lo que provocó las primeras detenciones. Los carabineros arrestaron a catorce personas en el lugar, pero la manifestación siguió su curso por calles laterales.
Al llegar al camposanto, los manifestantes organizaron una romería y se leyeron algunos discursos. El acto, sin embargo, fue interrumpido por los enfrentamientos que la policía y un grupo de encapuchados protagonizaron en las afueras del cementerio.
Durante estas escaramuzas se quemaron palos y la policía recibió una lluvia de pedradas que dejó a un carabinero gravemente herido. Las fuerzas de seguridad respondieron con carros lanza agua y gases lacrimógenos, y ahí se produjo la mayor parte de los arrestos.
En el interior del Cementerio General, uno de los oradores del acto, el abogado de derechos humanos Hugo Gutiérrez, condenó la acción de la policía. “Esta transición no nos gusta”, declaró, “esta democracia con dirigentes detenidos no nos gusta”.
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