Enrique Galván Ochoa
Parece que el gobierno está esperando que mueran todos los braceros que trabajaron en Estados Unidos con motivo de la Segunda Guerra Mundial –desde 1942 e incluso hasta 1964–, antes de entregarles una miserable compensación por el dinero que les descontaron de su sueldo para un “fondo de ahorro”, y desapareció en el bolsillo de banqueros y políticos. Tal vez lo que debería recibir cada uno es un millón de pesos, como mínimo, por los intereses que han ganado a lo largo de más de medio siglo. Sin embargo, el pretenciosamente llamado Fideicomiso de Apoyo Social a Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos sólo les ha entregado –a unos cuantos– 38 mil devaluados pesos, que apenas les alcanzarán para comprarse el cajón y un lugar en el cementerio. Para hacer más grande la burla, el gobierno anunció ayer que, con la aprobación del Congreso de la Unión, “se ampliará la vida de este programa”. Es que habían negado el registro a muchos. Los legisladores van a dedicar a la “ampliación” 3 mil 800 millones de pesos. La mayor parte –es de temerse– quedará en las garras de los buitres que manejen el programa.
La reforma que sigue
El presidente Calderón anunció ayer, al inaugurar la Convención del Mercado de Valores, que seguirá promoviendo las llamadas reformas estructurales. Hasta ahora van tres: la del sistema de pensiones del ISSSTE, la electoral y la fiscal, con resultados desiguales. ¿Cuál sigue? La energética. Calderón hará un paréntesis en sus diferencias con los medios de comunicación electrónica –léase Emilio Azcárraga III y Ricardo Salinas Pliego– porque necesita de aliados para empujar su proyecto energético, que chocará con la oposición de los grupos nacionalistas.
Volaron los pavorreales
De acuerdo con una fuente de información cercana a la familia Fox-Sahagún, los hijos de la señora Marta ya no están en México; tampoco en Estados Unidos. La mamá los estaría escondiendo en algún lugar desconocido. El hundimiento de la plataforma petrolera (en Campeche), con saldo de 21 muertos, suceso en que supuestamente está involucrada la empresa Oceanografía, que tiene presuntos nexos con los muchachos Sahagún, y el pleito con el capo del cártel priísta en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, los hizo alzar el vuelo.
e@Vox Populi
Asunto: pederastia en Oaxaca
Carmen Aristegui entrevistó ayer a una madre indignada por la razón de que su hijo de cinco años de edad fue violado en una escuela en Oaxaca. Da la casualidad de que las personas que laboran y están a cargo de esta escuela son cercanas al gobernador Mario Marín (de Puebla) y por lo tanto las investigaciones se han visto entorpecidas y obstaculizadas. Las instituciones sobre las cuales se sustentan la educación y la fe del pueblo mexicano (gobierno e Iglesia) están corrompidas por la pederastia. Si siguen así las cosas evitaré que mi hija sea educada en escuelas de gobierno y, por supuesto, la alentaré a que deje de ser católica, por lo menos en México.
Emmanuel Quiroz/Puebla
R: Desafortunadamente tienes razón: casi nadie se salva del salpicadero de la corrupción: gobierno, sector privado (recuerda los casos de Aeroméxico y Mexicana) e Iglesia. Tienes que mantener tu fe, no todo está perdido. Carmen Aristegui es un ejemplo de claridad y limpieza.
Asunto: los dólares
He escuchado que la devaluación de nuestra moneda pudiera llevar al peso a 14.50 por dólar a finales de año. Tengo unos ahorros y quisiera cambiarlos a dólares. ¿Qué me recomiendas?
Jesús A. Utrilla Arredondo/DF
R: ¿Cuál es tu fuente de información? El Banco de México adelantó que la moneda cerrará el próximo diciembre en 11.01 pesos por dólar. Desde luego no es infalible, nos ha mentido muchas veces. La mejor opción siguen siendo los fondos de inversión: busca uno en pesos, a tasa fija y que rinda más de 10 por ciento anual.
Atracolandia
Asunto: Volaris
El jueves 4 de octubre publicaste la queja del maestro Bernardo Bátiz V. con respecto al servicio de Volaris, reclamo al que me uno por la siguiente razón: el 30 de septiembre compré dos boletos para viajar a Mérida el 29 de octubre (ayer) por la mañana. Dos días después, al checar el sitio de Internet de Volaris me enteré de que el vuelo ya no existe y sin previo aviso nos cambiaron a uno por la tarde. Me dieron un sinfín de explicaciones: “estábamos por llamarle”, “es un mantenimiento programado de ruta”, “es una situación del aeropuerto”. Mi primera pregunta fue: si se trata de un mantenimiento programado, ¿por qué me vendieron un boleto para un servicio que no iba a salir? Volaris se negó a devolverme mi dinero. Tuve que cambiar el boleto para un día antes de la fecha programada. En realidad el problema es que –en temporada baja– al no llenar una ruta los boletos vendidos los pasan al vuelo siguiente para que éste se vaya lleno. Qué falta de ética y honestidad.
Gabriel Pliego/DF
R: ¡Chispas! Don Pedro Aspe sigue haciéndole al mago. Primero desapareció tres ceros del peso, ahora desaparece vuelos de su línea aérea.
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