Antonio Avitia Hernández
En la Reforma a la Educación Secundaria, además de la omisión de la historia antigua mundial y nacional, en el documento Plan y Programas de Estudio para la Educación Secundaria 2006, Historia II, Bloque 3, la Secretaría de Educación Pública, omite deliberadamente el importante y determinante periodo histórico de La Reforma. Efectivamente, en el punto 3.2.3 Se ubican los temas: El bloqueo francés de 1838, la guerra con Estados Unidos (que no la Invasión Estadounidense a México) y sin más se sigue con La Intervención Francesa y el Imperio. Así, en ninguna otra parte del mencionado documento aparece ni aparecerá la Reforma de 1857 y la Guerra de Tres años, como tampoco se analizarán las Leyes de Reforma y importancia para la vida nacional de los siglos XIX y XX. En términos de enseñanza de la Historia esta situación resulta aberrante, toda vez que no se puede explicar la Intervención Francesa ni el Segundo Imperio si se desconoce el periodo de La Reforma. Es más que evidente que la omisión que no tiene justificación histórica alguna y que obedece a un plan de los gobiernos de la derecha que, hayga sido como hayga sido, detentan el poder de facto, e intentan cambiar las mentes y corazones de las nuevas generaciones de mexicanos, omitiendo largos e importantes periodos de la Historia mexicana en los que la facción conservadora se caracteriza por su comportamiento antipatriota y entreguista, ello sin contar el daño que, en términos de objetividad histórica, se hace a la enseñanza de la ciencia. La omisión no es la solución y no hay nada mejor que objetividad histórica. Comentando el tema con diversos docentes de la materia, todos ellos han coincidido en que la historia no es propiedad del gobierno y que ellos, en sus aulas, como protagonistas de la enseñanza, con su compromiso y patriotismo de maestros harán lo necesario para enmendar el entuerto y el agravio oficial a los héroes nacionales de la Reforma, empezando por el reconocimiento a la obra del Benemérito de las Américas Benito Juárez. Se puede quitar el águila republicana a los billetes de veinte pesos, pero no es posible evitar que, mediante una inicua omisión en los planes educativos, se quiera borrar la memoria de los héroes de la
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