Columna: Editorialín
Auxilio.Pide el PAN y no le dan.
por Eddy Torzón
La tragedia en Tabasco, causada por la corrupción, ineptitud e impunidad, ha sido el resquicio por donde el presidente espurio del PAN quiso incitar "la unidad nacional" en torno suyo, reforzado con los dramatismos de televisoras, empresarios, banqueros e Iglesia. O sea, los mismos que promovieron la usurpación y disfrutan de ella.
Pero la gente percibió el truco y respondió como era lógico: con desconfianza y recurriendo a otra alternativa de mayor confianza para apoyar a los hermanos en desgracia, porque saben que donde esté metida esa Mafia, la gente seguirá sufriendo y ellos se seguirán enriqueciendo.
De poco sirvió que Calderón amenazara con enviar soldados para obligar a ciudadanos a actuar de "extras" en los spots de la próxima campaña mediática. No lo pelaron. O que "su" partido, el PAN clamara por no aprovechar esta desgracia para beneficio político, como pretende "su" presidente espurio.
Tampoco parece servir que a mañana, tarde y noche saturen todo el espectro radioeléctrico con anuncios de las más diversas empresas y bancos, y apariciones de todos los artistas de las televisoras pidiendo apoyo para los tabasqueños. En la medida que aumentan los spots, se comprueba la desconfianza que tiene el grueso de la población hacia los convocantes.
Pocos creen que la generosidad haya movido a todos los bancos a abrir cuentas que nadie va a supervisar ni a informar de su destino, cuando se ha comprobado en incontables ocasiones que la supuesta autoridad reguladora (la Comisión Nacional Bancaria) es alcahueta de todos los atracos que la banca impone al pueblo mexicano, una vez que se decide en la Asociación de Banqueros con la bendición de Hacienda.
Muchos otros dudan de que los víveres, ropa y medicinas que se solicitan con insistente estridencia, realmente lleguen a quienes originalmente van destinados. Ya en otras ocasiones se ha denunciado el desvío que sufren estas ayudas a bodegas muy influyentes, a donde nunca llega "el brazo de la ley". Como sucedió, por citar un caso, durante el huracán "Gilberto", cuando toneladas de huevo que enviaron avicultores de Puebla terminaron en las tiendas de poderoso empresario que no sólo dirigió a los comerciantes yucatecos, sino hasta la misma Confederación nacional de cámaras de comercio.
En esta ocasión, no se ha salvado la otrora confiable Cruz Roja, luego del saqueo y comercialización a que la sometió Olegario Vázque Raña, el insigne protegido de "la pareja del cambio" y dueño de los Hospitales Ángeles y del periódico Excélsior. Ahí se olvidó el altruismo cuando empezaron a rematarse las donaciones que le habían hecho filántropos como Don Pablo Díez Fernández (dueño de la Cervecería Modelo) y se impulsó el lucro e influyentismo antes que el altruismo.
En las inundaciones de Tabasco y sus exhortos de ayuda también se ha hundido la imagen de la antes venerada iglesia católica, cuyos múltiples tentáculos captadores (Cáritas, Un Kilo de Ayuda, etc.) no han librado la mala fama del cardenal Norberto Rivera y su protección a pederastas y hampones de la política. Solamente los incautos y fanáticos católicos les siguen dando. Que les aproveche el engaño.
Pero los tabasqueños dolientes, los que han estado perdiendo desde hace por lo menos 13 años, han recibido el apoyo callado (sin televisión ni cámaras de periódicos), pero auténtico y tangible, de millones de ciudadanos seguidores de Andrés Manuel López Obrador, a quien los medios y el gobierno insisten en ocultar para que nadie sepa lo que realiza. Pero como AMLO está acostumbrado al cerco mediático, ni falta le hace. Él apoya en verdad a sus paisanos, sin relumbrón, pero con efectividad. Y con él, millones de ciudadanos de la Resistencia Civil Pacífica.
El agua de Tabasco está lavando las verdaderas culpas de la desgracia (por una orden minipresidencial), pero hunde imágenes convenencieramente altruistas y saca a flote el verdadero temple ciudadano.
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