Las mentiras del pelele

“Queda muchísimo camino por recorrer” en transparencia, reconoce Calderón

José Antonio Román

Aun cuando en los últimos años el país ha avanzado en una mayor transparencia y manejo de los recursos y de la gestión pública, el presidente Felipe Calderón reconoció que “queda muchísimo camino por recorrer” en esta materia.

Sí, claro, el avance se nota sobre todo en la transparencia del manejo de los recursos de la chachalaca ladrona, Martha, los Bribiesca, Gil Díaz, Elba Esther, Mouriño, Fecal y toda su familia...

“La medida del éxito será, sin duda, la confianza que se exprese en los gobiernos y en las instituciones y, sobre todo, en los resultados tangibles y medibles que las políticas públicas generen en el bienestar de la población”, dijo.

Sí, claro, la confianza que se puede tener en un gobierno que se robó la elección y en las instituciones que avalaron ese delito, y sobre todo en la políticas públicas que le han dado empleo, salud, vivienda y educación a todos los mexicanos para su bienestar.

Al inaugurar los trabajos del 19 Congreso Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores, el Ejecutivo señaló que uno de los grandes retos de los gobiernos democráticos es responder de manera oportuna a las crecientes exigencias ciudadanas con recursos públicos que siempre son escasos. Superar este desafío demanda permanentemente a los gobernantes eficiencia y transparencia.

Sí, ya lo creo, un gran reto, porque los ciudadanos son muy exigentes y los recursos públicos que se gastan en ellos nunca les son suficientes, pero los gobernantes como Mario Marín y Ulises Ruiz por poner algunos de los más eficientes y transparentes van a satisfacer esa demanda.

En el acto, celebrado anoche en Palacio Nacional, Calderón Hinojosa señaló que en México “el avance de la democracia ha permitido construir mecanismos e instituciones de rendición de cuentas y supervisión”. El Congreso ha fortalecido sus capacidades de vigilancia del gasto público, precisamente, mediante el titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que “se ha consolidado como una instancia profesional y de efectiva supervisión”. Felicitó al titular de la ASF, Arturo González de Aragón, presente en el acto, por haber sido designado nuevo presidente de la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores.

Sí, claro, la democracia que quedó demostrada con el poder del voto de los ciudadanos cuyo conteo y reconteo se llevó a cabo con precisión y limpieza en las computadoras de Hildebrando. Y ahora el congreso con mayoría prianista que está muy al pendiente de vigilar el gasto de los funcionarios y de mantener la austeridad.

Antes, el auditor González de Aragón advirtió que estas entidades fiscalizadoras que encabeza “no son fábrica de indulgencia primaria”. Y es que las fuerzas políticas, apuntó, ven en la acción de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS), un obstáculo a sus propios intereses.

¿"Fábrica de indulgencia primaria"? ¡Ups!

En su discurso, resaltó que la corrupción existe en todo el mundo, en todos los niveles y en todos los sectores políticos, social y económico, y es que la corrupción, insistió, no es privativa de algún país o región.

No, claro, México tiene que ser corrupto como todos los demás, faltaba más que la corrupción fuera privativa de algún país o región. Cómo nos vamos a quedar atrás.

Al subrayar que la corrupción es un cáncer que corrompe a la sociedad, González de Aragón explicó que no hay peor pecado que hacer mal uso de los recursos que pertenecen al pueblo.

¡Horror! Cómo se va a hacer mal uso de los recursos que pertenecen al pueblo, con ellos se rescata a los empresarios y banquero y por eso fox utilizó muy bien los excedentes del petróleo, una parte está a la vista en el rancho de San Cristóbal.

Ante Calderón, el auditor superior de la Federación afirmó que las conductas que se valen de trampas para aprovecharse de las ventajas y los cargos públicos, “merecen la peor condena de la sociedad y por ende el más serio de los castigos”.

Sí, eso de los "comodatos", el colocar a toda la familia en cargos aunque no se tenga la competencia para que chupen del erario merecen la peor condena, la de vivir como reyes gastándose todos los recursos en cenas y banquetes.

¡El colmo!