José Sant Roz
Red Voltaire
El día sábado 17 de noviembre, entre las actividades de la FILVEN (Feria del libro de Caracas), estuvimos conversando con Thierry Meyssan sobre la situación política de Venezuela. Abordamos diferentes temas entre ellos el de la economía de guerra que mantiene a flote a EE UU, y la situación de Irán quien se encuentra apartada del sistema financiero mundial. Según pudimos colegir de estas ideas, si Venezuela se decide por el euro para sus transacciones comerciales, entonces sí nos encontraremos a un milímetro de una escalada intervencionista sin precedentes por parte de de EE UU en nuestros asuntos internos.
Para Thierry Meyssan, la urgencia de EE UU de actuar contra Venezuela es igual a la de Irán, porque así como Irán ha venido sirviendo de ejemplo para una rebelión contra el sistema capitalista en su región, Venezuela está cumpliendo este mismo papel en América Latina. La Casa Blanca descubrió que el golpe de Estado contra Chávez en el 2002, no fue un buen método. Ahora está considerando otras posibles salidas:
Procurar el derrumbe de nuestra economía. Algo similar al bloqueo contra Cuba, pero hacerlo desde dentro con ayuda de los empresarios nativos, creando desabastecimiento, por ejemplo, que de hecho se encuentra en pleno apogeo en estos momentos.
Otro método es propagar la corrupción en el medio civil.
Utilizar ONG como la NED para penetrar nuestras instituciones y promover un lento caos civil. Esta ONG tiene entre sus objetivos, corromper a Fedecámaras, a los sindicatos y a los partidos de derecha. Esta es una organización que está siendo dirigida por el Departamento de Estado para controlar a la derecha, y desde el lado de los Demócratas es dirigida por Madeleine Albright, quien fuera Secretaria de Estado de los Estados Unidos.
Así pues, debe quedar claro, que jamás Washington va a cambiar su política hacia nosotros porque llegue al poder un «demócrata» o un «republicano» [a la Casa Blanca].
Otro método para intentar derrocar a Chávez es el que se aplicó en Asia y en Europa central, y que consiste en organizar una «REVOLUCIÓN». Es decir, una revolución que vaya contra el propio país. Una especie de revuelta popular, con todos los aditamentos y símbolos que incluso han sido utilizados por movimientos populares de izquierda. Tratar de hacer ver que la lucha de los estudiantes de hoy es la misma que la aquí se escenificaba en los sesenta y setenta contra los gobierno de la IV república.
Tratar de hacer por todos los medios posibles que el gobierno es el culpable absoluto de todas nuestras angustias, penas y dificultades. El método debe llegar a lo más hondo para tratar de cambiarle la mente a la gente, y hacerle sentir que el gobierno es la raíz de todos sus males. Este método fue aplicado con éxito en Georgia, Ucrania y Serbia. En estos tres casos se les hizo sentir a la gente de que el gobierno era una desgracia para ellos y que bastaba ya de tanta tensión, de tanta inestabilidad, que había llegado la hora de cambiar o de morir si el gobierno se negaba a un cambio.
En Ucrania lo que se hizo fue proyectar la mala experiencia sufrida bajo el sistema de la URSS, pero pronto se descubrió que los nuevos gobernantes, impuestos por este método de la mentira, eran peores. Es un método, claro, que trabaja fundamentalmente con lo mediático, que trata en todo momento de ocultar lo verdadero y de borrar la memoria de los pueblos. Son movimientos que se llaman no-violentos. No se plantean en absoluto si la causa que persiguen es justa o no. Sus especialistas vienen de ONG como la Albert Einstein.
El caso emblemático fue el aplicado a Slobodan Milosevic, quien había sido elegido democráticamente, tal cual como nos lo explicó John Laughland en su trabajo «Técnica del Golpe de Estado», en febrero de 2004. Como la OTAN no pudo destruirlo se confeccionó la Revolución Colorada, entonces le echaron toda la culpa de la invasión al propio Milosevic, y es buscó a alguien que desarrollara un discurso contra los Estados Unidos, y así minar el poder del Presidente. Luego se supo todo, que el pueblo había sido manipulado, aunque después de tantos sufrimientos acabaron aceptando que lo mejor era ser gobernado por los Estados Unidos.
Otro caso fue el aplicado a Edward Shevardnadze, el presidente de Georgia, derrocado por lo que CNN denominó "la Revolución de las Rosas" (el 22 de noviembre del 2003). Le vino a suceder, el 4 de enero del 2004, Mikheil Saakashvili, un abogado que había sido formado en Estados Unidos y que fue Ministro de Justicia de Shevardnadze. Pero las elecciones del 2 de noviembre estuvieron viciadas porque se basaron exclusivamente en encuestas a la salida de las urnas (exit poll) dirigidas por una “agencia de investigación” americana; al igual que lo está ocurriendo en Venezuela, los estudiantes activistas de la organización "Kmara!" habían sido modelados y entrenados, de acuerdo con OTPOR, un grupo serbio patrocinado por los Estados Unidos.
Sin duda, que lo más preocupante en Venezuela es la debilidad de los medios que apoyan el gobierno. Han pasado ocho años y casi nada se ha hecho al respecto. Sólo «La Hojilla» realiza una pelea hercúlea contra el ataque mediático nacional e internacional. Para Thierry Meyssan, la estructura de Telesur y de Teves, por ejemplo, se ha montado sobre los modelos de las programaciones del pasado, como los que mantiene CNN. Hay que hacer algo más eficaz, más penetrante, más combativo.
Nos informa Thierry Meyssan que todos los días se realiza una conferencia entre los presidente de Inglaterra y Estados Unidos, en la que se acuerda qué tipo de información se le va a dar al mundo. En ella se encuentran unidades de intoxicación de la información en la que toman parte los ministros de la Defensa británico, Israel, Canadá y Austria. Siempre procuran reventar alguna información de importancia, falsa, en un lugar aparentemente neutro.
Por lo general hacen que alguien importante la comenta, porque así se hace más real. Es decir, tienen mucho peso lo que diga una autoridad mundial. Ahora en las reuniones del Pentágono está presente un representante de la agencia REUTER, autorizado para publicar informes del Estado Mayor.
De modo, pues, que la intoxicación se decide al más alto nivel de REUTERS y en Pentágono. Igualmente, es CNN quien decide qué información tienen interés e importancia. Las informaciones verdaderas para darla a conocer necesitan ser verificadas, pero ahora para ellos esto no importa si crean perturbaciones y caos, y se lanzan rápidamente al mundo. El objetivo es hacer todo el daño posible al «enemigo».
José Sant Roz
Profesor, escritor e investigador independiente venezolano.
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