Enrique Méndez, Andrea Becerril, Laura Poy, Víctor Ballinas y Roberto Garduño
Tras los incidentes ocurridos el domingo pasado en la Catedral Metropolitana, la cúpula del PAN cuestionó la irrupción de presuntos perredistas en ese recinto y llamó a la sociedad a no caer en provaciones, mientras el PRI y el PRD también condenaron este tipo de manifestaciones.
Incluso, la presidenta de la mesa directiva, la perredista Ruth Zavaleta Salgado, dijo: “ninguno, por muy justificados o legítimos que puedan ser sus intereses, debe tener actividades violentas como ésta; no podemos incubar huevos de la serpiente”.
En cambio, en la vieja casona de Xicoténcatl, el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, advirtió que el repique “excesivo” de las campanas de la Catedral representó una “provocación montada” en contra de Andrés Manuel López Obrador, y no descartó que hubiera infiltrados dentro del propio movimiento de resistencia.
Advirtió que El sendero del Peje, una página electrónica en Internet, es “un grupo de provocadores infiltrados” que buscan “generar confrontaciones internas” violentas. En el caso de quienes irrumpieron en la Catedral, “podríamos estar frente a un fenómeno semejante”.
¿Supone Navarrete que un blog que está a favor del movimiento lopezobradorista desde hace casi cuatro años sea de "un grupo de provocadores infiltrados"? ¡Qué barbaridad!
Sobre la escalada mediática de los hechos ocurridos en el recinto religioso, especialistas en relaciones Iglesia-Estado, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmaron que se trata de “una manipulación perversa”, porque aun cuando se trata de un acto que “sin duda podemos calificar de vandalismo, no puede ser considerado como una acción persecutoria y mucho menos que atente contra quienes profesan determinada creencia religiosa”.
Lo que se inició como un “lamentable y desafortunado desatino de algunos simpatizantes de la Convención Nacional Democrática no justifica el desbordamiento ni el mensaje que aparentemente quiere dar la jerarquía católica de que el Estado o una fuerza política están atacando la religión”, opinó Josué Tinoco Amador, catedrático de la UAM-Iztapalapa. La “estrategia”, dijo, es crear un “falso debate sobre una fuerza política anticlerical, lo que es totalmente falso”.
El Comité Ejecutivo Nacional del PAN emitió un comunicado para llamar a la sociedad a no caer en provocaciones, que, aseguró, sólo dañan a las instituciones y a la democracia. Ese partido exigió a las autoridades capitalinas que cumplan con la ley para salvaguardar el reciento religioso y a sus feligreses.
Los acontecimientos fueron retomados por la dirigencia nacional del PAN para asegurar que en los meses recientes la Iglesia católica, la Catedral y el cardenal Norberto Rivera Carrera han sido objeto de 24 “agresiones por parte de perredistas”, que “adoptaron la violencia como método para atacar a quienes piensan diferente a ellos”.
Sobre ese hecho, el secretario general adjunto del PAN, Carlos Abascal, en entrevista radiofónica, acusó al PRD de provocar la violencia y la revuelta. “Este partido –dijo– ha escogido tales métodos para enfrentar los problemas del país, desde un supuesto ‘gobierno legítimo’ que no hace sino atacar el derecho de los demás”.
Según Abascal, el PRD alentó la invasión al recinto religioso de “vándalos que quieren provocar un nuevo enfrentamiento religioso”.
Desde la tribuna de San Lázaro, el diputado panista Francisco Fraile afirmó que su partido “desea que nunca más, para solucionar los problemas nacionales, tengamos un millón de muertos; no aceptar la palabra revolución como pretexto para pelear unos con otros, imponer un caudillo o una idea, por buena que ésta sea, y menos como pretexto para atacar la Catedral”.
A su vez, el coordinador de los diputados priístas, Emilio Gamboa Patrón, lamentó los hechos y resaltó: “el radicalismo no funciona ni de un lado ni de otro. Este país es mayoritariamente católico y debemos ser respetuosos de las creencias de cada uno. Verdaderamente reprobamos lo que pasó el domingo en Catedral”. Estimó prudente que la policía preventiva vigile el monumento, porque es patrimonio de todos los mexicanos y no de la Iglesia católica.
En tanto, Ruth Zavaleta dijo no tener la certeza de que militantes del PRD o simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador irrumpieran en la Catedral, y declaró: “repruebo cualquier acto violento. No podemos motivar actos de violencia ni incubar huevos de serpiente, ni motivar odios en la población que puedan derivar en este tipo de actitudes; es muy peligroso para la sociedad en general”.
Con información de Georgina Saldierna
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