miércoles, noviembre 21, 2007

Además de mala leche: desbarran


Por María Teresa Jardí

Tan evidente es, y además somos cientos de miles los testigos, lo que incluye incluso a los reporteros al servicio de la prensa vendida, que la provocación vino del Arzobispado de la Ciudad de México y tan mierda se vio el cura, a modo del sistema, exigiendo la cárcel para los que odian, porque los exhiben como lo que son: fascistas al servicio, en todos sentidos, de las peores causas: compinches de tratantes de blancas y de pederastas, de dueños de casinos y de prostíbulos, de ladrones y asesinos, de corruptos, corruptísimos, como son ellos mismos.

Y, como en inteligencia no destacan, ante la evidencia de la provocación que con artera bajeza montaron repiqueteando las campanas, para molestar o simplemente porque no entienden una palabra de lo que el respeto al otro significa.
Provocación buscando alebrestar --también son proclives, muy proclives, los señores de sotana, como la historia demuestra, a la violencia--, para acosar a los congregados en la fiesta ciudadana. Fiesta intolerable, en todos sentidos, para los diabólicos canallas, entre los que destaca la jerarquía católica mexicana, tan inmoralmente o amoralmente, más bien, perversa.
Incluso porque es en el movimiento ciudadano donde se puede dar el rescate de valores que a ellos los deja fuera de la jugada.
Cobardes, ahora buscan, culpando a Rosario Ibarra, "justificar" su acción con la ayuda de la compinche prensa vendida al servicio de lo mismo: sus bastados intereses personales contrarios al pueblo que los mantiene a pesar de ser la rémora que le impide a los ciudadanos mexicanos construir el otro mundo posible incluyente para todos una vez que sean abatidos los criminales abismos económicos.
Desbarra el Arzobispado. Como desbarra la telecrática basura y como desbarra la prensa vendida, igual de equivocadas. No tienen idea, o quizá sí, y entonces es todavía más perversa su postura, en lo que habría acabado un llamado como el que buscan achacarle a la senadora perredista.
Sí, quizá sí, y de eso se trata, de generar la violencia que "justifique" la represión al movimiento ciudadano que crece cada día.
Aterrados deben estar el dictadorzuelo y sus canallas ante el no desánimo de cientos de miles de ciudadanos, ante el crecimiento de más y más afiliados a la Presidencia Legítima, ante la fiesta ciudadana y solidaria que cada reunión significa.
Estúpidos que son, no quieren darse cuenta de que la violencia ya ronda en la mente de muchos y que lo único que la controla es la esperanza que AMLO genera.
Quizá lo que buscan es otro ACTEAL para que dentro de diez años los intelectuales a modo del sistema escriban la historia mutilando la responsabilidad atroz de los gobernantes traidores a la patria que, como la peste, en México proliferan, contaminando la moral pública y destruyendo las instituciones de la República.
Además de mala leche: desbarran y, peor aún, se están convirtiendo, los señores de sotana del Arzobispado de la Ciudad del México, quizá, la más grande Arquidiócesis del planeta, en los promotores de represión y la violencia, soñando en que con pedir perdón, dentro de cincuenta años como hacen hoy los curas españoles que se pusieron al lado de Franco, les van a ser perdonados sus muchos crímenes. Claro que el perdón, ni a los de allá ni a los de aquí, les importa. Emisarios del demonio que son, se saben condenados. Pero, inteligentes, los de allá, ante lo de Argentina entienden que cuando se le cortan las barbas al vecino más vale poner las propias a remojar.
Estúpidos los de aquí, como el usurpador, convencidos están de que la impunidad, para siempre, los cobija.

No hay comentarios.: