Aznar, no es un fascista, es algo peor
Olivier Herrera Marín
El año 2004 en conmemoración del 14 de Abril y la 2ª República escribía.
Fernando VII, juró la constitución de Cádiz el 9-3-1820, conspiró con los absolutistas, pidió ayuda a los "Cien Mil Hijos de San Luis" para anular las Cortes, detener y fusilar al General Riego iniciando la "Década Ominosa". De Fernando VII a Alfonso XIII España sufre la centuria más negra y convulsa de su historia.
El 14 de Abril de 1931 estalla la primavera, la II Republica, los hijos de Caín se afanan en afilar navajas para matar los sueños de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” y restaurar la corona al violar las rosas y asesinar las alondras con su guerra a la inteligencia.
Dos siglos de Napoleón a Bush y la historia se repite como caricatura, el águila se transmuta en gallina clueca. USA no aprendió nada en Vietnam y el elefante-asno se hundirá en las arenas movedizas de Bagdad, cuna de la civilización y la cultura, que ni el paraguas de la ONU ni Dios salvaran al Imperio de su ruina y destrucción en Irak, Afganistán o donde quiera dictar su ley contra la voluntad de los pueblos soberanos.
Leo con vergüenza y estupefacción, la policía de aduanas en USA somete al Príncipe Felipe y su prometida Letizia a un profundo y exhaustivo registro. Soy un ET medio loco y mordería el hierro defendiendo los símbolos democráticos y el sagrado nombre de mi España tan rica y amada como diversa y Plurinacional. Y leo en la prensa "La Casa Real no da importancia al pequeño retraso sufrido por el Príncipe en el aeropuerto de Miami debido al incremento de las normas de seguridad tras el 11-S" y, sigo leyendo, "un miembro del sequito real" ¿Qué miembro? -grita airada y amargamente ¡¡"nosotros somos sus aliados"!! (¿) ¿Quién pueda y sepa que responda? Yo no entiendo nada.
Hoy, tres años más tarde, perplejo y anonadado contemplo la triste y patética imagen que han dado de si mismos, quienes tenían el honor de representar el Estado y el Gobierno de España en la Cumbre Iberoamericana y el deber de hacerlo con mesura y dignamente, con respeto hacia todos y cada uno de los pueblos de Ibero América, respeto a la personalidad, idiosincrasia y cultura de sus etnias y comunidades indígenas, de sus dirigentes y presidentes.
Nadie está por encima de nadie para hacer callar en un foro internacional a quienes tienen la autoridad que emana de las urnas, con el voto directo, secreto y soberano del pueblo. Nadie puede hacer callar a quienes con Simón Bolívar y San Martín dejaron de ser súbditos y virreyes de la corona para convertirse en ciudadanos libres y presidentes.
Malos tiempos para la lírica cuando el miedo se camufla de pragmatismo y prudencia. Cuando nos falla el del mejor talante. Malos tiempos, cuando los marineros y políticos de agua dulce (al puro estilo versallesco) incapaces de llamar a las cosas por su nombre, ordenan callar a quien comete el gravísimo pecado de pensar y, decir con verbo ágil y directo, rudo y rotundo, claro y alto, lo que sabemos todos, las Transnacionales no son los Reyes Magos, la guerra del trío de las Azores no es justa ni humanitaria, que es una guerra colonial y de rapiña al estilo de la 2ª Guerra Mundial y las guerras del siglo XIX.
Defender la sanidad, la enseñanza, la dignidad y la cultura, el bienestar social de sus pueblos es lo que hacen con mayor o menor finura y fortuna los presidentes de Ibero América que en su impertinencia se permiten levantar la mirada y tomar la palabra sin tener la venia de la corona de la Metrópoli o al Papa Noel de la Casa Blanca. Por ello no entendemos la actitud de quien después de permanecer sentado al paso de la bandera de USA, se juega hoy el crédito socorriendo al pingüino que tomó El Escorial por la alcoba de “Pepe Botella” No se entiende la actitud de quien pone la cara por el compatriota alacrán y, carga con él al tirarse a la piscina sin agua.
El respeto y el crédito se lo gana todo mandatario después de ser elegido (en el ejercicio de sus funciones) si no falla y cumple, al ser honesto y capaz, y hacer cumplir el 5º y 7º mandamiento. Cierto. Aznar no es un fascista, es un infame sin vergüenza, sin ideología ni principios, Aznar no respeta nada ni nadie, no respeta la Ley ni el fallo del tribunal de justicia, no respeta a Venezuela ni a Cuba, ni a España ni a Cataluña, ni a Ibarretxe ni a Euskadi, ni al Parlamento ni al Gobierno, ni al Rey ni a la Constitución, ni al PP ni a si mismo. Aznar, es un simple mercenario sin corazón, es una cagarruta del Imperio presta a vender su alma al gran Lucifer. Aznar, si de algo es acreedor, es de un sombrero tejano y del desprecio de las victimas del 11-M y del pueblo español. Aznar, ha sido y es un peligro y un descrédito para el PP y para España, Aznar es (después de Bush) el gran bombero pirómano del terrorismo internacional. Aznar, no es fascista, es responsable directo del genocidio y la destrucción de Irak, y como tal, es un presunto criminal de guerra, de esa guerra terrorista, cobarde y criminal donde las haya, al servicio de las petroleras y los intereses del imperio USA, cuyas últimas y más penosas consecuencias las han pagado aquí y las pagan allá las victimas más inocentes.
Pedir el respeto para Aznar aduciendo que ofenderle es ofender al pueblo español por ser un compatriota que fue elegido democráticamente, es como absolver a Radovan Karadzic y Ratko Mladic del genocidio de los musulmanes de Bosnia-Herzegovina, es como pedir Willy Brandt respeto para Hitler por ser un compatriota y haber sido elegido democráticamente por el pueblo alemán. Sólo se entiende a Zapatero si busca hacer meritos para ser canonizado o actúo entonces y actúa ahora en clave interna o electoral.
No se entiende la actitud inaudita y prepotente (hay que ver para creer) de quien lejos de ser cauto y ecuánime pisa la dignidad de Nicaragua y Venezuela, dos estados soberanos, en la persona de sus dos presidentes elegidos democráticamente y se cree con autoridad para lograr lo que no puede conseguir el presidente de España, hacer callar a Chávez. Juan Carlos de Borbón se otorga el derecho de interrumpir en escena sin previó aviso ni pedirle permiso a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, para meterse donde no debía y decir lo que no podía al dar la cara por su amigo, el amigo de Busch, sin pensar que podía hacer saltar por los aires nuestras sólidas inversiones y relaciones comerciales y culturales con Ibero América, sin pensar que un Jefe de Estado no puede hacer el ridículo que Él hizo, al dejar boca abiertos y pasmaos a los presentes y a los ausentes cuando vemos el video y le oímos increpar a Hugo Chávez poniéndose por montera toda la tradición y el saber hacer de la diplomacia española al faltar al respeto debido a cuatro presidentes, a tres Jefes de Estado libres y soberanos. Nadie puede resbalar y caer en tal descrédito salvo que este pensando ya en su jubilación anticipada.
Que no encaja su salida de tono, su pérdida de nervios y de paciencia, su espontánea y reveladora arrogancia salvo que evidencie la huella impresa que dejo Fernando VII en su ADN, la que ha aflorado inoportunamente donde y cuando menos debía, pese a la esmerada y exquisita educación que le dieron su padre, el Conde de Barcelona y Franco, el invicto Caudillo de España por la Gracia de Dios, su mentor y protector que le designó para sucederle como futuro Jefe de Estado.
Es sabido que el elefante rosa y el asno blanco al oír el persistente zumbido del avispón, pierden la calma y embisten sin parar cuenta en nadie y en nada, terminando de cuatro patas en las arenas movedizas de la Selva. El elefante-asno-USA tropieza y cae la trampa de Afganistán y en el avispero de Irak rompiéndose los colmillos al actuar como un pobre y vulgar patán educado por el REY de Texas.
Lo siento, pero sólo Dios puede señalar con el dedo al hombre en la cúpula de la Capilla Sextina, y ese dedo del Dios de Leonardo Da Vinci, no es el dedo de un Dios colérico, rojo de ira y fuera de sí, no es el dedo de un Dios despectivo y amenazador interpelando al hombre. Por ello, alguien le debe decir a quien, esta en LEY -en España- por encima de la Ley, que si quiere legar la corona a su hijo tendrá que hacer un alarde de paciencia e inteligencia y tomar mucha tila contra los nervios y la tensión, tendrá que hacer una buena cura de humildad, hacer de la necesidad virtud e invitar a cenar en palacio a Hugo Chávez y Daniel Ortega.
Lo siento. Si Quevedo le dijo a la reina “Entre el clavel y la rosa…” hoy el poeta que ama a Nicaragua y Venezuela, como ama su tierra y piensa en España y en los intereses económicos y políticos de los españoles, debe pedir buenos consejeros para un Rey simpático y campechano (por naturaleza) para que presente sus regias excusas a los Jefes de estado de Nicaragua y Venezuela y que las aguas vuelvan a su cauce.
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