Pedro Echeverría V.
1. Cecilia Romero, poderosa dirigente panista (muy cercana a la ultraderecha yunquista) y comisionada del Instituto Nacional de Migración, ante los enormes problemas de inmigración y represión que se han suscitado estos días en la frontera sur de México, cuando decenas de miles de trabajadores guatemaltecos, salvadoreños, hondureños buscan desesperadamente cruzar México para luego entrar a EEUU para trabajar, ha dicho que: “La razón legal es que no pueden pasar sin papeles. La razón social o política (de impedirles el paso en territorio mexicano) no es si los gringos me dicen si puedo o no puedo, olvidémonos de eso. Simplemente allá no los van a dejar pasar (…) y en cambio sí afectarán el desarrollo mismo de México, el tejido social en los estados fronterizos, lo cual se nos convierte en un gravísimo problema”. Señaló que hay “colaboración bilateral con EEUU para ampliar el Sistema Integral de Operaciones Migratorias.
2. Romero, vieja militante del PAN, sólo sigue las órdenes de Felipe Calderón, el presidente ilegítimo mexicano; éste por su parte (siguiendo el nuevo Plan México, aún no aprobado por el Congreso yanqui) ha dado muestras suficientes de sólo ser un cachorro al servicio de la política norteamericana. En tanto Chávez, Morales, Correa, buscan construir gobiernos en América Latina, dignos e independientes del imperio, Calderón (como sus antecesores PRI panistas neoliberales) prefiere una política de sumisión, sin dignidad, frente al gobierno de Bush. ¿Con cuanto gusto construiría Calderón si pudiera, una alta barda (como la de la frontera norte) para evitar que los trabajadores sureños entraran a México? El gobierno mexicano, como los gobiernos de todos los países de “primer mundo” (EEUU, Inglaterra, Alemania, Francia o España) se presenta tan racista con los inmigrantes de países pobres y explotados, como los demás.
3. El gobierno mexicano es un cachorro guardián que cuida con gran eficacia su frontera sur para que los trabajadores centroamericanos no fastidien a los EEUU. La misma comisionada Romero ha declarado que esperan miles de dólares yanquis para fortalecer la vigilancia en el sur y evitar que lleguen a la frontera norte “donde no pasarán”. Y lo más condenable es el brutal mal trato de que son objeto esos miles de campesinos que en su largo trayecto desde Centroamérica, sufren hambre y vejaciones del ejército y la policía mexicanos. También, este mismo gobierno (culpable del crecimiento del desempleo y de salarios miserables para los trabajadores) reprime cuando puede a los braceros mexicanos que buscan cruzar “ilegalmente” la frontera norte. La llamada defensa de Calderón, así como la que hizo Fox en su presidencia, ha sido siempre vergonzosa porque ambos (Fox y Calderón) han tenido temor de confrontarse con el gobierno yanqui.
4. En México, como en los demás países, la migración interna se relaciona directamente con la industrialización del país. A partir de 1945, después del gobierno de Cárdenas (1934/40), de la segunda guerra mundial y de la fundación de la ONU, se modificó la estructura urbana del país. En las décadas de los sesenta y setenta el movimiento de población fue muy intenso. Las grandes ciudades, no tan pobladas, aún tenían capacidad para recibir personas. Sin embargo, ya en los años ochenta, las ciudades comenzaron a llenarse de gente provocando una reducción de fuentes de empleo, salarios miserables y carestía, y una gran saturación de las urbes. La sociedad se vio severamente afectada tanto económica como socialmente; se vivía ya el gigantismo citadino. Los servicios de salud, educación, vivienda, comenzaron a escasear y a decaer, tal como sucedió con el IMSS, el ISSSTE, la SEP. Fueron condiciones para el crecimiento de la migración.
5. En nuestro país creció muchísimo la migración campo/ciudad porque los gobiernos fueron retirando las inversiones en el campo para apoyar con toda su fuerza el crecimiento de la industria y de las urbes. El modelo económico cambió radicalmente para ingresar al modelo de producción capitalista moderno que se imponía en el mundo. Los campesinos sin tierras y sin ocupación, así como los desempleados de la ciudad, comenzaron en engrosar el “bracerismo”, es decir, la venta de brazos en los EEUU. Ya algunos intelectuales como Frank Tennenbaum plantearon en los cuarenta el peligro de que México tomara el camino de la industrialización abandonando la producción agrícola y campesina. Sin embargo los gobiernos mexicanos, metidos en un mundo capitalista que se desarrollaba en medio de productos de lujo, de confort y grandes comodidades, decidió caminar produciendo artículos de lujo para la clase minoritaria.
6. Quizá está llegando el tiempo de romper los muros y las fronteras de propiedades y países porque las riquezas están muy mal distribuidas y los países poderosos se quedan con la producción de los países pobres. ¿Quiénes acordaron y por qué México sólo llega hasta el Río Bravo y demás líneas divisorias trazadas en el siglo XIX? ¿Por qué los mexicanos no podemos caminar libremente sobre los territorios que nos pertenecieron hasta 1847? ¿Por qué los guatemaltecos y salvadoreños que hace 200 años formaban partes de las comunidades en la gran área maya, con plena identidad con el sureste mexicano, no pueden reunirse libremente, sin necesidad de pedir permiso a nadie? Por las fronteras internacionales que ningún pueblo pidió tuvo que aceptarlas porque los gobiernos se impusieron a la fuerza. Por eso Marx y otros teóricos han demostrado que la propiedad siempre fue hija de la fuerza y Proudhón dijo que la propiedad es un robo.
7. La gigantesca migración de desempleados y miserables de los países pobres a los llamados países del primer mundo, europeos y americanos, son una muestra evidente de que estos países comienzan a cosechar todos los males que sembraron. Incluso quizá sea una vertiente importante de una revolución social mundial que ayude a encontrar la equidad. Esos países viejos que hace siglos actuaron como colonialistas e imperialistas al saquear las riquezas naturales y explotar el trabajo esclavo de millones de seres humanos, en vez de ayudar. Habría que preguntar: ¿Quieren realmente los gobiernos combatir la emigración a los EEUU? ¿Alcanzará el presupuesto anual para la creación de los empleos necesarios? ¿Podrá crear los servicios de salud y las escuelas para los millones de trabajadores que deciden ir a los EEUU? ¿Se podrá crear la conciencia necesaria para que los productos hechos en México sean más apreciados que los de EEUU? En fin.
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