Un empedernido viajero compartió hace poco las enseñanzas de sus recorridos: “Comer en Italia, rezar en la India y amar en Indonesia”. No obstante, si nos detenemos en la India y su extendida religión, el hinduismo, observamos que es posible obtener todo lo que se quiere, según el análisis de Huston Smith en su libro Las Religiones del Mundo (Ed. Oceano, México, 2004). Y entre lo que se quiere está el placer, pero ¿qué significa el placer para el hinduismo? Esto nos dice Smith:
Habiendo oído decir que la India es asceta, que pertenece a otro mundo y que niega la vida, cabría esperar que su actitud hacia los hedonistas fuese represora, pero no lo es. Es cierto que la India no tiene el placer como bien supremo, pero ello no equivale a condenarlo. En efecto, a quien busca el placer la India le dice: Ve tras él, no tiene nada de malo; es uno de los cuatro fines de la vida. El mundo está inundado de belleza y pleno de delicias sensuales. Además, hay mundos por encima de éste, que también experimentaremos en su debido tiempo, donde los placeres se multiplican un millón de veces con cada peldaño que se asciende.
El hedonismo requiere, como todo, sentido común. No todo impulso puede seguirse con impunidad. Los pequeños objetivos inmediatos deben sacrificarse en aras de fines más amplios, y los impulsos que podrían herir a los otros deben frenarse para evitar antagonismos y remordimientos. Sólo el estúpido mentirá, robará o engañara, para lograr un beneficio inmediato, o sucumbirá a las adicciones. Pero mientras se acaten las leyes básicas de la moralidad, uno es libre de buscar todo el placer que se desee.
Los textos hindús, lejos de condenar el placer, contienen indicaciones para ampliarlo. Para las personas sencillas que buscan el placer casi con exclusividad, el hedonismo es poco más que un régimen para asegurar la salud y la prosperidad; pero para las del otro extremo de la escala, las más complicadas, ofrece una estética sensual que conmueve por lo explícita. Si el placer es lo que usted quiere, no reprima el deseo. Persígalo con inteligencia.
Esto es lo que dice la India, mientras espera. Espera el momento, que llegará a todos aunque no a todos en la vida presente, en que uno se dé cuenta de que el placer no es todo lo que uno desea. La razón por la cual todos llegan a descubrir esto no se debe a que el placer sea malo, sino a que es demasiado trivial como para satisfacer toda la naturaleza del ser. El placer es esencialmente privado, y el ser es un objeto demasiado pequeño para producir un entusiasmo perpetuo.
E.C.
Frente por la Cultura Laica
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