En el PRI promueven un Fobaproa petrolero
Leticia Robles De La Rosa
Si el gobierno absorbió la deuda de los banqueros, bien puede hacer lo mismo para fortalecer Pemex, apunta
Desde la visión del PRI, el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos requiere que el gobierno federal asuma la deuda por 500 mil millones de pesos en Pidiregas de la petrolera, la cual la tiene en situación de “quiebra técnica”.
La deuda de Pemex —apunta un análisis interno— debe ser asumida como deuda pública del Estado mexicano, como ocurrió en 1995 con el rescate bancario, que involucró un billón 100 mil millones de pesos.
Para los priistas, si el gobierno federal absorbió la deuda de los banqueros hace 13 años, bien puede hacer lo mismo para fortalecer a Pemex, porque fue obligada a endeudarse durante el sexenio de Vicente Fox.
Así lo establece uno de los documentos de trabajo que procesan gobernadores, senadores, diputados federales y la dirigencia nacional del PRI para diseñar la propuesta que su presidenta, Beatriz Paredes, presentará la próxima semana durante el primer día del debate petrolero, a realizarse en el patio central del Senado de la República.
El proyecto que desarrollan los priistas plantea la eliminación de los órganos subsidiarios de Pemex: Refinación, Exploración, Petroquímica Básica y Gas; la creación de dos empresas espejo de la paraestatal, para encargarse de la refinación del crudo y de los gasoductos, como adelantó este diario la semana pasada.
Los priistas tienen la obligación de usar los documentos básicos del partido como ejes rectores de su propuesta, pues ante las diferencias internas existe el riesgo de una división que lleve incluso a la acusación de traicionar al partido y se abran demandas de expulsión.
Uno de los planteamientos que ya tienen el respaldo de todos los actores priistas es la autonomía financiera, técnica y de gestión de Pemex, así como la ciudadanización del Consejo de Administración y la creación de un Consejo Petrolero que se encargue de la planeación energética; en ambos casos los integrantes deberán ser profesionales del ramo petrolero y energético, nombrados por el Presidente de la República, pero ratificados por el Senado.
Los priistas también trabajan en el rubro de la rendición de cuentas, pues están convencidos de que la autonomía que precisa la empresa debe ir acompañada del uso transparente de los millonarios recursos que tienen.
“(Se requiere) un sistema de control y rendición de cuentas efectivo, que permita un manejo transparente de sus recursos, sistemas de operación y financiamiento”, precisa el documento.
Pero los priistas advierten que la situación financiera de Petróleos Mexicanos no avanzará como se desea mientras mantenga la carga de la deuda por 500 mil millones de pesos.
“Pemex requiere reestructurar su situación financiera y que el Estado mexicano reconozca que, por razones y decisiones ajenas a la empresa, se contrató deuda de manera indebida y excesiva que hoy tiene a la entidad en una circunstancia de quiebra técnica”, precisa el análisis.
Así, la salida que observa la cúpula del tricolor es que se asuman los pasivos como parte de la deuda pública y se establezcan límites para que en lo sucesivo no se vuelva a abusar de los Pidiregas.
Información de Pemex precisa que la deuda de la empresa es por 500 mil millones de pesos, menos los activos financieros de 150 mil millones de pesos, lo cual ubica la deuda documentada en 350 mil millones de pesos.
De esta forma, los priistas consideran que si el gobierno federal en verdad quiere impulsar a Pemex como una empresa de clase mundial, que ayude al verdadero desarrollo del país, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) puede asumir la deuda de la petrolera.
En cuanto a las empresas espejo de Pemex, de acuerdo con los priistas consultados, son los propios documentos básicos del partido los que establecen la urgencia de crearlas.
“La reforma energética que impulsaremos deberá incluir nuevas instituciones públicas que permitan construir una política de seguridad energética del Estado, que tome en cuenta el potencial del país y sus posibilidades reales.
“(…) Las empresas públicas del sector energético deben tener autonomía de gestión, órganos de gobierno y dirección profesionales”, precisan los documentos básicos del PRI.
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