José Luis Sánchez González
Con el devenir de los años y, últimamente, por la impactante campaña publicitaria permanente que a costa del dinero del pueblo sostiene el gobierno panista, los mexicanos henos olvidado, probablemente, cuál es el origen real de ese partido en el poder.
Gobernaba el Gral. Lázaro Cárdenas nuestro país, en aquella década que marcó el inicio de una nueva proyección política, social y económica que lograra sacar a México de aquellos tiempos en los cuales, después del inolvidable movimiento social de la Revolución, se viera visto inmerso en una serie de crímenes y actos de violencia que generaron incertidumbre política, económica y social. Hablo de los años 30’s.
Este marco de inestabilidad posrevolucionaria fue aprovechado por los inversionistas extranjeros quienes, con el cuento de sacar a México de aquella pobreza y de que se generarían recursos frescos para que el gobierno administrara adecuadamente, se fueron en pos de aquello que deja pingües ganancias: los recursos energéticos.
Sin embargo, con el paso del tiempo, nada de eso sucedió.
México siguió padeciendo hambre, conflictos sociales como consecuencia de la falta de oportunidades de trabajo y alto costo de los alimentos y, de acuerdo con las estadísticas de ese entonces, paradójicamente, una sorprendente camada de nuevos ricos apareció en el espectro económico de nuestro país.
En 1933, los partidarios del General Lázaro Cárdenas lo llevaron al triunfo por la Presidencia de la República y a partir de ese momento, una nueva historia se escribiría para el país.
Entre sus acciones inmediatas, Lázaro Cárdenas estableció, en materia de trabajo, que los empresarios tuvieran la obligación de proporcionar habitaciones baratas e higiénicas a sus trabajadores (quienes seguían siendo tratados como en la época de la conquista gachupina), estableció el régimen del Seguro Social y anunció la protección del Estado en la contratación del trabajo humano, principalmente lo relativo al salario mínimo que fuera suficiente para satisfacer las necesidades y placeres honestos al trabajador.
Y uno de los aspectos más importantes de su Plan Sexenal, fue el relativo a la economía: anunció la nacionalización del subsuelo y que se intervendría “para lograr el equilibrio de las fuerzas económicas de la industria petrolera, estimulando el desarrollo de las empresas nacionales y creando un organismo semioficial de apoyo y regulación”.
Además, estableció la creación de los medios necesarios “para que nuestra producción petrolera alcance el volumen que racionalmente corresponde …”
Aunado a lo anterior, estuvo también el tendido de líneas ferroviarias que lograron comunicar a una gran parte del país, lo que facilitaba la comercialización de los productos agrícolas para beneficio de la gente del campo.
Pero las acciones de Lázaro Cárdenas no estuvieron exentas de hechos políticos que pretendieron perturbar el avance de su Plan Sexenal.
Las reformas y acciones implementadas por el General Lázaro Cárdenas molestaron, en grado supremo, a los de la derecha que estaban viendo afectados sus intereses y tildaron de acciones comunistas su estrategia económica.
Además de ello, el abierto enfrentamiento con Plutarco Elías Calles logró marcar un escenario intenso de lucha interna que, a la postre, logró superar ante el destierro del “Jefe Máximo” y llevar adelante, con toda su fuerza, el programa de transformaciones sociales y económicas que se había propuesto, lo que sin duda es uno de los sucesos más emotivos que encierran los diferentes capítulos que han tenido las diversas administraciones de nuestro país.
En medio de esa efervescencia de los grupos que combatían la obra del entonces mandatario mexicano, surgió el Partido Acción Nacional, cuya organización cobró forma definitiva en enero de 1939.
La historia lo refiere como un partido nacido en medio de una mezcla del clericalismo actuante en la Unión Nacional Sinarquista, proveniente de los grupos que habían promovido la rebelión cristera, y de una facción de la clase empresarial que aspiraba a una modificación total de los programas sociales del Gral. Lázaro Cárdenas.
Por eso no nos debe causar conmoción la terquedad del PAN por querer privatizar las riquezas mexicanas. Esa ha sido su política desde antes de ser PAN.
El artículo 27 constitucional fue uno de los que más discusiones marcaron al Constituyente de 1917. Fue aprobado, según la historia curricular del Congreso de la Unión, hasta el 30 de enero, a las 3:30 horas, por votación unánime de 150 votos, con la excepción, dice la Historia, de la fracción II que se aprobó por 88 votos contra 62, lo que prácticamente fue el último acto del Constituyente que dio por terminada su sesión a las 3:45 horas de ese mismo día.
Hoy, cuando el partido con semillas empresariales está jineteando los destinos de México, vemos renovados sus instintos de apoderarse nuevamente de las riquezas que, con justicia social, le fueran retiradas por el General Lázaro Cárdenas.
Desde que vivió Cárdenas lo han querido realizar y hoy que el traidor de Ernesto Zedillo Ponce de León les regaló la Presidencia de la República (porque Fox jamás ganó, como tampoco FECAL), han vuelto sobre la marcha para hundir de nuevo al país en un caos, como, al parecer, ya lo están logrando con la complicidad de Televisa y algunos traidores mal llamados de izquierda.
Ahí está, entonces, la justificación de las reformas judiciales en donde se alcanza a ver las intenciones dictatoriales de emprender la represión policíaca contra cualquier movimiento social que se pueda generar en México a favor de las masas. Dicen que el miedo no anda en burro.
Pero analicemos, cuando el pícaro de Carlos Salinas (que ha sido el sastre del traje que hoy calza el PAN), realizó diversos cambios constitucionales, propició, entre ellos, la privatización de diversas instituciones.
TELMEX ha sido una de ellas y, hasta hoy, el servicio telefónico –herramienta indispensable para las familias-- sigue siendo el más caro del continente.
¿Dónde están los beneficios que Salinas de Gortari manifestó que se tendrían con la venta de esa paraestatal? El único beneficiario ha sido el señor Carlos Slim, quien de simple comerciante, se ha convertido en uno de los más ricos del mundo.
Yo sigo estando jodido y pagando cada vez más por el servicio telefónico, peleando casi cada mes por cobros injustificados; no sé usted.
En cuanto a los bancos, pinches bancos, estos no han aportado nada al país, están convertidos en ¡los más grandes usureros del mundo! Prueba de ello es que prácticamente ningún banco es de mexicanos. El gran negocio.
¿Dónde están, entonces, esos grandes beneficios que se ofrecieron a cambio de la privatización de esas instituciones?
Los únicos que han salido ganando son los empresarios flojos, los que no les gusta arriesgar capital propio y andan viendo a quién lesionar para seguir viviendo en la opulencia.
Ahí está el Fobaproa. ¿Qué hizo Vicente Fox para aplicar la justicia a tanto mexicano que perdió millones de pesos en ello? ¿Qué está haciendo Felipe Calderón para aclarar el más grande fraude financiero en la historia de este país? NADA! Convirtió a la rata Zavala (beneficiaria del Fobaproa) en ministra de su gabinete, pero además, protegió al depredador y más grande ladrón de nuestro Estado poniéndolo como figura de primera línea en su administración. ¿No es esto una burla al pueblo mexicano?
El Gobierno Federal está dedicado a repartir los millones de pesos que entran a la Secretaría de Hacienda vía impuestos, a las dos principales televisoras que hay en México para vender mentiras.
¿Se ha dado usted cuenta de cuánto tiempo ha dedicado Televisa a desprestigiar al PRD en los últimos meses? Es una cosa calenturienta producto de los miles de millones de pesos que está recibiendo a cambio. Hasta en los programas de diversión e infantiles, meten consignas en contra de ese instituto político. ¡Hágame usted el favor!
Es incuestionable que como partido empresarial, el gobierno de Calderón quiere dar más a los que más tienen. Y que el pueblo tenga cada vez menos, hasta en sus derechos, como ha sido en las reformas judiciales.
La derecha quiere recuperar, a como dé lugar, toda la riqueza del país para entregarla a otros empresarios extranjeros y poner de nuevo a México, como estaba hasta antes de la llegada de Lázaro Cárdenas. El pueblo es lo que menos les importa. Y hoy, como ayer, de nuevo salen las mentiras hacia el pueblo.
Tenemos a la vista los casos de TELMEX, de los Bancos y de las aerolíneas mexicanas. Ninguna de estas empresas ha contribuido con el país en su desarrollo. Ningún ministro de Calderón, ni Calderón mismo, pueden desmentir esta terrible realidad:
“La privatización de nuestros recursos energéticos, sólo beneficiará a los más ricos y perjudicará a los más pobres”. Les reto a que demuestren lo contrario.
Todas las mentiras expresadas por Calderón, son sólo eso: mentiras. La realidad la vivimos a diario más de cien millones de mexicanos que, de no haber sido por el movimiento de Andrés Manuel López Obrador en contra de la propuesta panista, hoy día ya estaríamos pagando más por el precio de la tortilla. Ojalá que se alargue ese movimiento para evitar esa inhumana alza.
La Historia no miente. Por eso hemos querido recordar algunos hechos que marcan el rumbo que siempre ha seguido el PAN. Y por eso debemos solidarizarnos con el movimiento lopezobradorista. ¡NO A LA PRIVATIZACIÓN DE NUESTROS RECURSOS ENERGÉTICOS!
El pirata FECAL es deshonesto al no permitir que, en vez de repartir los miles de millones de pesos que está dando a ciertos medios de comunicación y a los traidores de la izquierda, estos sean invertidos en Pemex para alcanzar finalmente LA ANSIADA PRODUCCIÓN PETROLERA QUE NOS REDITÚE LO QUE HASTA AHORA NO SE HA PODIDO ALCANZAR: el beneficio de la Justicia Social.
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