El legado de la guerrilla
CHIHUAHUA, CHIH.- Antes del ataque al cuartel militar de Ciudad Madera el 23 de septiembre de 1965, Arturo Gámiz García se refería al Mineral de Dolores como una población que a principios del siglo XX "tuvo un auge económico formidable, 2 mil mineros trabajaban en las minas, más de cien mulas llevaban cada mes el fruto de las entrañas de la tierra: oro y plata... Hoy resulta difícil creer todo eso... Hace más de 20 años se paró el trabajo de las minas, las compañías extranjeras se llevaron toda la riqueza y dejaron sólo ruinas, montes talados y nostalgia".
Las palabras del maestro rural originario de Durango fueron registradas en un texto -atribuido a Óscar González Eguiarte, heredero del movimiento armado en Chihuahua- en el cual se explica el nacimiento del Grupo Popular Guerrillero, que encabezaba Gámiz.
Ese y otros documentos fueron rescatados después de 40 años de haber sido entregados por González Eguiarte (a su vez líder del Grupo Popular Guerrillero Arturo Gámiz) a la familia Gaytán durante un repliegue por la sierra de Chihuahua, antes de ser fusilado en la sierra de Sonora junto con tres de sus compañeros el 9 de septiembre de 1968.
Los textos, inéditos, fueron entregados a Proceso para su difusión por Armando Gaytán Saldívar, quien fue miembro del Movimiento Armado Revolucionario (MAR) y cuya familia los guardó "como un tesoro".
González Eguiarte tenía 23 años cuando murió. Como responsable de la Sección de Relaciones del Grupo Popular Guerrillero, se encargaba de tender vínculos con organizaciones políticas y sociales a fin de promover la lucha de masas y la formación de cuadros.
En el mencionado paquete de documentos se incluye el relato de González Eguiarte sobre la escisión de los seguidores de Gámiz en enero de 1966. De ahí surgieron dos organizaciones guerrilleras: una rural que él mismo encabezaba, el Grupo Guerrillero Arturo Gámiz; y otra urbana, comandada por Pedro Uranga Rohana, el Movimiento 23 de Septiembre. Este último fue desarticulado en 1967.
El grupo de González Eguiarte regresó a la sierra de Chihuahua en 1967. Según el diario del líder, retomado por Minerva Armendáriz Ponce en su libro Morir de sed junto a la fuente (edición de autor, 2001), el 7 de agosto integrantes de esta organización "ajusticiaron" al terrateniente Ramón Molina. Permanecieron en la sierra hasta principios de diciembre.
Volvieron ahí en abril del siguiente año, y el 19 de julio quemaron un aserradero de la empresa Maderas de Tutuaca, lo que desató una persecución militar. Los guerrilleros derribaron un helicóptero del Ejército el 9 de agosto en el municipio de Yoquivo, en los límites con Sonora. El 23 de agosto se enfrentaron otra vez con los soldados y perdió la vida Carlos Armendáriz, de 16 años (hermano de la autora de Morir de sed...), mientras cubría la retirada de sus compañeros.
Tras la persecución derivada de esa acción, el 8 de septiembre murió José Luis Guzmán Villa. Al día siguiente fueron capturados González Eguiarte y otros tres guerrilleros. Los ejecutaron después de torturarlos: "A uno le cortaron la lengua y le sacaron los ojos, a otro le rebanaron la planta de los pies", según un testimonio incluido en el libro de Armendáriz.
Visión crítica
En la opinión de Armando Gaytán, la documentación legada por Óscar González "nos enseña que en el seno de cualquier organización política que trate de influir para la transformación de la sociedad va a haber contradicciones. Y eso es bueno porque, si no, hay un estancamiento y un anquilosamiento".
Minerva Armendáriz, también exmilitante del MAR, puntualiza que a 40 años del aniquilamiento de estos núcleos guerrilleros, "es importante que se rescate esa historia que quedó en el olvido; fue un antecedente del 2 de octubre, además de que es una prueba de que lo de Madera no quedó inconcluso".
Agrega que los textos inéditos permiten redimensionar los movimientos de Arturo Gámiz y de Óscar González "con respecto a lo sólidos que eran sus planteamientos. No era un asunto esporádico ni mucho menos; nos parece importante que los textos sean del dominio público, a pesar de que se manejan diferencias".
Los documentos no están fechados, pero su contenido hace pensar que datan de 1966. En uno de ellos, González Eguiarte desconoce la autoridad del Comité Preparativo de Reestructuración (CPR) encabezado por Uranga Rohana.
Saúl y Francisco Ornelas Gómez -éste sobreviviente del asalto al cuartel- aseguran que ese rompimiento irreconciliable de los seguidores de Arturo Gámiz y Pablo Gómez Ramírez ocurrió en enero de 1966, en un departamento de la colonia Lomas de Sotelo, en la Ciudad de México, muy cerca de las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional.
"Fue una reunión muy tensa en la que estábamos en un cuarto de unas 20 personas, todas armadas, divididas entre los que consideraban que había que regresar a la sierra, y quienes pensábamos en extender la lucha armada en el resto del país", recuerda en entrevista Saúl Ornelas.
En el texto del rompimiento, González Eguiarte hace un amplio reconocimiento a Arturo Gámiz y señala: "Sólo una autoridad real y no ficticia, sólo una dirección reconocida por el grupo entero y no por unos cuantos, puede hacer vigentes la disciplina consciente, la dirección centralizada y la democracia interna".
Tras proponer "la unidad absoluta" del grupo, González recomienda recuperar el archivo del movimiento encabezado por Gámiz. Entre los 14 documentos que desde su punto de vista es necesario reunir, destacan el "Diario de actividades en la sierra" y las cartas de Gámiz, los "Juramentos", la "Declaración de Principios" y los "Instructivos de Secciones".
De igual forma, considera importante recuperar el sistema de claves y signos convencionales, autobiografías y fotos, el documento central "Por qué organizamos las guerrillas", el directorio general, los manuales teórico, técnico y físico, así como un escrito de Óscar Sandoval, Carlitos, entre otros.
Entre los documentos encomendados por González Eguiarte a la familia Gaytán están el "Juramento de los Miembros de la Organización Clandestina" y el "Juramento del Guerrillero", así como una lista de 11 seudónimos y junto a los nombres verdaderos de militantes, excepto el de González Eguiarte.
Hay, así mismo, instructivos para las secciones de reclutamiento y relaciones. Son manuales detallados para seleccionar militantes, rendir informes sobre cuerpos policiacos, militares y caciques regionales; entrenamientos y la forma de enlazarse con organizaciones políticas y sociales.
En el instructivo de la sección de finanzas se enlistan objetos que se requieren, desde tres equipos de radiocomunicación, cien mil cartuchos, tres ametralladoras y cajas de dinamita, hasta una máquina de escribir, cinco botiquines, provisiones y anzuelos.
En el paquete están dos cartas atribuidas a González Eguiarte, que firma con el seudónimo de Rafael Chávez Robles. Están dirigidas a Carlos (Hildebrando Gaytán Márquez, posteriormente diputado por el Partido Popular Socialista y después ligado a Elba Esther Gordillo). Las misivas reflejan las contradicciones y disputas entre los herederos del movimiento de Arturo Gámiz tras el ataque al cuartel militar de Madera. (En proceso.com.mx, despliegue de los documentos.) l
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