La “doble moral”
MADRID.- Desde 2006 España es la octava potencia mundial en exportación de armas convencionales. En 2007 obtuvo por este concepto un monto de dinero sin parangón en su historia: 932 millones de euros, según el informe remitido al Congreso por la Secretaría de Estado de Comercio, citado por el periódico El País el pasado 6 de agosto.
Este desproporcionado crecimiento de la industria militar española contradice el discurso en favor de la paz y la cooperación que ensalza el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
"Es de un cinismo escalofriante" que el actual gobierno, "que nació contra la guerra y se benefició de un estado de opinión contra la intervención española en Irak, haya incrementado de una manera tan vergonzosa la venta de armas españolas", dice Gervasio Sánchez, reconocido periodista independiente que durante 25 años ha cubierto conflictos armados en distintas regiones del mundo.
Se trata de una "doble moral", la cual "es más grave cuando se da en un gobierno que instrumentaliza la paz", dice el periodista y fotógrafo nacido en Córdoba, España.
En abril de 2004, unos días después de que inició su gobierno, Rodríguez Zapatero anunció el retiro del ejército español de Irak; así mismo, en diciembre pasado el Congreso español aprobó la Ley de Control de Armas, lo que organizaciones civiles como Greenpeace, Amnistía Internacional e Intermón-Oxfam venían pidiendo infructuosamente desde hace 10 años.
En abril pasado, Rodríguez Zapatero sorprendió a los círculos políticos al nombrar a una mujer como ministro de Defensa: Carme Chacón, oriunda de Cataluña, calificada por sus afines como progresista y quien entonces se encontraba embarazada. Cuando ocupó su cargo, Chacón anunció grandes reformas en las fuerzas armadas.
El pasado 30 de mayo, en la Conferencia Diplomática de Dublín, España se sumó a las 109 naciones que aprobaron el tratado que prohíbe las bombas de racimo, la cuales fueron utilizadas en Kosovo, Afganistán, Irak y Líbano. La ministra Chacón, incluso, anunció ante el Congreso un plan unilateral para la destrucción del stock de este tipo de bombas en poder del ejército español.
Sin embargo, el gobierno es el que autoriza las licencias de las exportaciones de armamento. Lo hace a través de la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y Doble Uso (Jimddu). En esta instancia, que sesiona en secreto cada mes, participan 10 funcionarios públicos, cinco de ellos del Ministerio de Industria y Comercio, dos del de Defensa, dos del de Interior y uno del de Exteriores, explica el experto Albert Caramés en su ensayo titulado Industria militar y comercio de armas.
Según una nota publicada el pasado 6 de agosto por el diario El País, en 2007 la Jimddu aprobó mil 344 licencias de exportación de armas y sólo rechazó 31 (2% del total).
Como resultado de esas autorizaciones, el prestigiado Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI) concluyó que España había abandonado los espacios 10 o 12 que tradicionalmente ocupaba entre los países exportadores de armamento, para brincar al octavo lugar mundial, dice Tica Font, vicepresidenta del Centro Delás de Estudios sobre Justicia y Paz, en el informe Exportaciones españolas de armas 1997-2006.
En 2006, España obtuvo por exportación de armas 845 millones de euros, 102% más que en 2005. En 2007 sus ingresos crecieron 10% más que el año previo. El informe de Font señala que la "tendencia al alza" entre 2000 y 2006 fue de 509%.
Mabel González Bustelo, responsable de la campaña de desarme de Greenpeace, dice a Proceso que a su organización le preocupa la reducción de las exportaciones de armamento español a los países de la OTAN y de la Unión Europea: de 70% a 36% en el período que va de 2004 a 2007.
Explica: "Si bien esto no es plausible, al menos es más fiable que se cumplan los lineamientos internacionales en su uso". En cambio, señala, se incrementaron las exportaciones a "países sensibles que difícilmente cumplen los ordenamientos europeos, como Colombia, Israel, Marruecos, Pakistán y China".
Ejemplifica: España vendió en 2007 municiones a Ghana por un monto de 3 millones 500 mil euros, pese a que existe un embargo armamentista contra ese país debido a que en él la policía practica de manera sistemática los asesinatos y comete graves violaciones a los derechos humanos. También está la venta de armas a Israel, a pesar de que su ejército reprime a los palestinos y lanza ataques contra los territorios ocupados. Y Colombia es un cliente destacado de España desde 1999, pese a que en ese país sudamericano existe un conflicto permanente entre fuerzas guerrilleras y paramilitares, donde todos los actores violan los derechos humanos".
Continúa: "Todo esto coloca al gobierno de Rodríguez Zapatero en una posición contradictoria e incongruente. Por un lado, apuesta por la paz y el multilateralismo, pero es justo durante su gestión que la industria militar ha tenido el mayor crecimiento de la historia. En ello el gobierno obviamente no es ajeno".
Así mismo revela que si bien España firmó el tratado de Dublín, "algunas organizaciones no gubernamentales supimos de las enormes resistencias del gobierno para que quedaran excluidas de ese tratado algún tipo de bombas de racimo producidas en este país".
Además, señala que la administración de Rodríguez Zapatero fue "condescendiente" con los empresarios de la industria militar, quienes cabildearon para "conocer de manera anticipada el texto de la Ley de Control de Armas que se aprobó en diciembre pasado".
Compradores mexicanos
A pesar de que en sus informes correspondientes a 2008 Human Right Watch y Amnistía Internacional señalaron que en México se violan derechos humanos y permanece la práctica de la tortura, España vendió entre 1997 y 2006 armas tanto "al Estado mexicano" como a "particulares" de este país por un monto de 885 mil euros.
En entrevista, Tica Font, vicepresidenta del Centro Delás, dice que ello aparece en los registros oficiales de las exportaciones de armas de España. Con base en ellos, señala que en 2007 un "particular mexicano" adquirió 14 mil euros en armamento de categoría 2, donde están clasificados rifles, obuses, morteros y lanzaproyectiles.
"Resultaría irrisorio que el Estado mexicano adquiera armamento por ese monto, pero resulta notable si hablamos de un particular", comenta. Precisa, sin embargo, que las bases de datos no ofrecen la identidad del comprador.
En 2006, también un "particular mexicano" adquirió 5 mil 300 euros en armas de categoría 1, donde se clasifican pistolas, revólveres, fusiles, armamento pequeño o ligero.
Un año antes, en 2005, el monto de las exportaciones españolas a México de la categoría 1, referente a armas convencionales, fue de 8 mil 888 euros, mientras que en la categoría 10 (aeronaves y sus componentes) fue de 39 mil 749 euros. En este último caso, no se especifica si la compra (seguramente componentes, debido al monto) fue realizada por una entidad pública o privada.
México ocupa el lugar número 13 entre los países que en 2007 adquirieron tecnología o materiales de doble uso, que pueden ser desde computadoras o componentes no militares, incluso nucleares, pero destinados a un fin militar y de defensa. Ese año se registró un gasto de 425 mil euros ejercido por una empresa mexicana, en categoría cero: materiales, instalaciones y equipo nuclear utilizado para separación de isótopos. El año previo, se registra una exportación a México por un monto de 3 millones 456 mil euros.
El Centro Delás obtuvo también múltiples registros de las exportaciones de armas italianas. En ellos aparece México como quinto comprador, después de Israel, Líbano, Singapur y Malasia. Según el número de referencia 13841 de los registros italianos, México realizó una compra de armamento por un monto de 435 mil 167 dólares. Sin embargo, el registro no precisa si la compra fue hecha por el gobierno mexicano o por particulares.
-¿Qué responde el gobierno español ante las evidencias del aumento de las exportaciones de armamento producido en su país? -pregunta el reportero a Font.
-Con el silencio -contesta.
El pasado 4 de abril, al recibir el premio de periodismo Ortega y Gasset que otorga el Grupo Prisa (editor del diario El País) por una fotografía de su serie Vidas minadas, que muestra a víctimas de minas antipersonales, Gervasio Sánchez denunció que "las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro...".
Ante la vicepresidenta María Teresa Fernández y media docena de ministros y legisladores, acusó: "En la anterior legislatura se duplicó la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente insistía en su mensaje contra la guerra. Hoy fabricamos cuatro tipos distintos de bombas de racimo... Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos".
Gervasio recuerda que durante el brindis realizado después de la entrega del premio "varios periodistas que ocupan puestos importantes en medios de comunicación españoles me felicitaban, y yo me preguntaba ¿qué no son ellos los que debían abrir el debate sobre el tema de la venta de armas españolas, que es un tema fundamental?". l
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