Con un evento fuera de control la estructura de las tribus coreaban “¡Obrador, Obrador; Chucho no, Chucho no!”.
Sin dejar hablar a los oradores los miles de perredistas se enfocaron a denostar a su dirigente nacional, Jesús Ortega, quien en todo momento movía la cabeza en señal de desaprobación. Mientras Alejandro Encinas mostraba un rostro sonriente.
Los líderes perredistas, como Dolores Padierna, que están apostados en el estrado no se despegaron de sus celulares pues cooperaban para controlar a sus huestes.
En tanto, al exterior del Auditorio cientos de perredistas ya no pudieron ingresar debido a que la organización fue desbordada y amagaban con dar un portazo.
Se espera que de un momento a otro Jesús Ortega dirija su menaje entre mentadas y abucheos.
Rodolfo Montes/Milenio Diario
No hay comentarios.:
Publicar un comentario