Hugo Chávez designa a Roy Chaderton embajador de Venezuela en Estados Unidos
Lula da Silva pide a Barack Obama diálogo directo entre La Habana y Washington
Morales y Bachelet califican de positivos el discurso y la actitud del estadunidense
Presidentes de América Latina y el Caribe, durante la reunión de ayer en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago. Foto Reuters
Reuters, Afp y Dpa
Puerto España, 18 de abril. La quinta Cumbre de las Américas ha marcado un giro en las relaciones entre Estados Unidos y los países de América Latina y el Caribe, luego de que el presidente Barack Obama tuvo gestos cordiales con las naciones más críticas de la Casa Blanca.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, no sólo se dijo convencido de que las golpeadas relaciones bilaterales entre Caracas y Washington mejorarán, sino que anunció que ya designó como su nuevo embajador en Estados Unidos a Roy Chaderton, diplomático de larga carrera, abogado de 67 años y actual representante de esta nación ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Chaderton ya ha sido canciller y embajador en Colombia, Francia y México.
Esto ocurrió después de que, en la mañana, Chávez regaló a Obama el libro Las venas abiertas de América Latina, que detalla la historia de dominación y saqueo de las grandes potencias en la región, del escritor uruguayo y colaborador de La Jornada Eduardo Galeano.
Chávez dijo esperar el visto bueno de Washington a la designación para conducir una nueva era de relanzamiento político y económico entre los dos países, después de que el cargo ha estado vacante desde septiembre, cuando ordenó retirar la delegación diplomática estadunidense, a la que acusó de intromisión en temas de la política venezolana.
El clima positivo y dialoguista que marcó el paso de Obama por Trinidad y Tobago contrastó del todo con las tortuosas relaciones durante la presidencia de George W. Bush, su predecesor, que derivaron en el fracaso diplomático de la anterior cita hemisférica en Argentina, en 2005, en la cual salieron a relucir los diferendos políticos y en materia económica y comercial.
El nuevo contexto ha sido tan diferente ahora, con un Barack Obama que se mostró afable y complaciente con los pedidos de intercambio de palabras breves con los gobernantes de la región, sin distinción alguna, que inclusive Chávez –uno de los más críticos con Washington– pareció haber desatado la fiebre de la obamamanía al ser de los primeros en acercarse, estrechar su mano y decirle que quería ser su amigo.
Hay progresos en la cumbre, manifestó el presidente estadunidense tras la reunión, que se desarrolló en un ambiente cordial, según relatos de algunos jefes de Estado que participaron en el encuentro. Los mandatarios sudamericanos también se mostraron satisfechos por haber podido reiterar su pedido de que Cuba sea reincorporada incondicionalmente a los grupos regionales y de que Washington levante el embargo comercial que aplica a la isla desde hace 47 años.
Este día el mandatario de la potencia petrolera sudamericana elogió a Obama y le regaló el libro Las venas abiertas de América Latina, texto clásico de la izquierda latinoamericana.
Obama lo recibió con una sonrisa, y bromeó: Pensé que era uno de los libros de Chávez. Estaba justo a punto de darle uno de los míos. Chávez escribió de puño y letra: Para Obama, con afecto, gesto que se suscitó luego de que se abrió paso durante la reunión de su homólogo estadunidense con los gobernantes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
Luiz Inacio Lula da Silva, presidente de Brasil, recomendó a Obama que envíe a la secretaria de Estado Hillary Clinton a Venezuela y a Bolivia para ayudar a restablecer las dañadas relaciones con esos países. Lula afirmó que no es posible que vuelva a haber una cita de naciones del hemisferio en la que no esté Cuba y que el continente fracasará en sus intentos de integración mientras la isla siga bloqueada. Pidió además que se abra un diálogo directo entre La Habana y Washington, y sostuvo que un restablecimiento de las relaciones será la señal importante que marcará el futuro de los vínculos entre Estados Unidos y América Latina.
Pero Chávez fue más allá al apuntar que iba a proponer la travesura de que la próxima Cumbre de las Américas se efectuara en La Habana, en medio de risas y aplausos de sus homólogos.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, calificó de razonable la posibilidad de que Cuba esté en la próxima Cumbre de las Américas, tras el éxito grande en consensos que se han dado aquí, en lo que describió como reunión que pasará a la historia.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó que el organismo sigue con interés el cambio de política de Estados Unidos frente a Cuba, que saluda como señal de nuevos aires y nueva flexibilidad de cara a los desafíos.
El presidente boliviano, Evo Morales, dijo que halló elementos positivos en el discurso de Obama, aunque advirtió que aún no se nota el cambio con su país. Apuntó: si Obama cumple su palabra, va bien, pero refutó su pedido de olvidar el pasado, porque no podemos olvidar nuestra historia, que se debe corregir y acabar con el intervencionismo.
Michelle Bachelet, presidenta de Chile y también de la Unasur, calificó la reunión de muy positiva y llamó a no repetir errores para buscar ese cambio en la historia que queremos, de que todos los países de nuestro continente podamos construir un mejor destino para todos nuestros ciudadanos, luego de que la víspera Obama señaló que era importante reconocer los errores del pasado.
Que en la Cumbre de las Américas el gobernante de Estados Unidos diga que va a iniciar una nueva etapa en la relación con Cuba me parece que justifica el encuentro, subrayó la mandataria de Argentina, Cristina Fernández, resumiendo el estado de ánimo generalizado.
El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, fue otro de los que se tomó la foto con Obama, aunque en su discurso criticó el bloqueo contra Cuba y el colonialismo sobre Puerto Rico.
Esta es la cumbre de Obama, resumió un diplomático brasileño. Su popularidad quedó impresa en las camisetas, gorras y libros que llevan su cara, y que se venden generalmente acompañados con la leyenda Trinidad y Tobago te ama, mientras en imágenes de televisión se mostraba cómo otros mandatarios pedían a Obama que autografiara libros y se tomara fotografías con ellos.
El gobernante de Colombia, Álvaro Uribe, destacó que iba a enmarcar un papel en el que su homólogo estadunidense le dedicó una frase.
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